'Jessica Jones': ¿la mejor creación de Marvel?

La detective con superpoderes (y superheroína a su pesar) interpretada por Krysten Ritter protagoniza la serie que podría ser el mayor logro del estudio hasta la fecha.
'Jessica Jones': ¿la mejor creación de Marvel?
'Jessica Jones': ¿la mejor creación de Marvel?
'Jessica Jones': ¿la mejor creación de Marvel?

En un año en el que las tibias Vengadores: La era de Ultrón Ant-Man no han contribuido tanto al entusiasmo generalizado por las futuras producciones de Marvel Studios como los avances o noticias de casting de Capitán América: Civil War Doctor Extraño –esa sensación ya demasiado alarmante del Hollywood actual por la cual el camino hacia una película interesa mucho más que su destino–, lo mejor que ha podido pasarle en el campo creativo a la Casa de las Ideas ha sido el estreno de Daredevil Jessica Jones. 

El comienzo de la andadura de Marvel en Netflix con dos series tan potentes pero distintas y complementarias ha abierto una dimensión de su universo superheroico que, en ocasiones, resulta mucho más atrayente y enriquecedora que el constreñido desarrollo que está sufriendo en la gran pantalla, demasiado reacio a la exploración de nuevos territorios. Disfrutando de una excepcional libertad creativa, los showrunners de Daredevil Steven S. DeKnight sobre los zapatos de Drew Goddard– y Jessica Jones Melissa Rosenberg– pueden dotar a sus historias de un tono más adulto que los divertimentos ligeros de otras series como Agentes de SHIELD Agente Carter mientras aprovechan el formato serial para dedicar tiempo a la gran asignatura pendiente de Marvel: los villanos. Ninguno de los malos cinematográficos, ni siquiera Loki, aguanta la mínima comparación con el Wilson Fisk de Vincent D'Onofrio o el Kilgrave de David Tennant.

Pero ya que Daredevil se sirve de personajes más conocidos fuera de los círculos de aficionados a los cómics y durante su primera temporada utilizó una estructura de relato superheroico más convencional –justiciero enmascarado, segunda identidad, aliados variopintos, maestro que enseña a manejar los poderes–, es justo reconocer que ha sido gracias a la reciente Jessica Jones con la que la división televisiva de Marvel ha terminado de explotar su potencial acumulado. Por eso, junto a los siguientes motivos, nos atrevemos a considerar su primera temporada la mejor película de superhéroes Marvel hasta la fecha. Entraremos en SPOILERS, así que recuerda: no leas si aún no has terminado de ver la serie. No queremos tener problemas con ella:

Quedas avisado... #JessicaJones #SoloEnNetflix @Krystenritter https://t.co/1feiS9bocG — Netflix España (@NetflixES) noviembre 29, 2015 SUPERHEROÍNA A LA FUERZA tumblr_ny4l5lYY5N1u59ltco2_r1_540 La mayor ventaja de Jessica Jones es que puede presentarnos a su protagonista sin necesidad de perder el tiempo contando cómo adquirió sus poderes ni zarandajas –ni siquiera recurriendo a tantos flashbacks como en Daredevil–, aprovechando que ya vivimos inmersos en un ambiente cultural donde esa clase de historias nos salen por las orejas. Jessica tiene superfuerza, puede parar un coche en movimiento (si va lento) y hasta es capaz de volar saltar muy alto y caer con estilo. Ok. Da igual cómo ha conseguido los superpoderes, lo que importa es ver cómo los utiliza para descerrajar puertas y soltar bofetones en su trabajo de detective privada. Krysten Ritter hace una labor tan impecable en su encarnación de Jessica abrazando todos los aspectos negativos del personaje, que incluso cuando toma las riendas de su vida se mueve a regañadientes entre una botella de bourbon y otra; durante toda la serie es como si el Tony Stark de Robert Downey Jr. no hubiera decidido que quería caernos bien después de todo. ¿No querías protagonistas difíciles y poco empáticos, consumidor moderno de series? Jessica Jones es para ti. Además, como corresponde a alguien con habilidades extraordinarias pero poca pericia en la lucha contra el mal, son tantos los planes que le salen mal y los golpes que se lleva a lo largo de los 13 episodios que será imposible que no despierte en ti la ternura espejo de los perdedores. SUPERVILLANO IMPECABLE evil Más allá de la cátedra que da David Tennat con su interpretación de Kilgrave, la construcción del personaje a partir de su referente en los cómics, el Hombre Púrpura, es todo lo que podríamos querer de un supervillano: que tenga un poder verdaderamente aterrador y difícil de evitar, que no pierda el tiempo en retorcidos planes de dominación mundial sino que actúe en constante beneficio propio, que tenga un aspecto impecable y acento inglés. Jessica Jones introduce la presencia de Kilgrave y la potencia de sus poderes de forma paulatina, sentando las bases del auténtico pavor que debe despertar al principio su misteriosa figura, para después sumarse a la necesaria manipulación del espectador dándole motivos para humanizar al personaje. Su capacidad para controlar las acciones de los demás mediante el habla –y la expulsión de ciertas feromonas–, la precisa crueldad que demuestra en numerosas ocasiones o los bien traídos paralelismos que pueden trazarse entre su actitud hacia Jessica y la de muchos maltratadores y violadores del mundo real son excelsas, pero no hay nada mejor para tensar los límites de un personaje maligno que los capítulos durante los que la protagonista lo mantiene encerrado en la cámara de contención y realmente no sabes si desear que se escape... a pesar de que no haya ni tonteado con la idea de una redención. En sus mejores momentos, es un genio del mal que ni siquiera piensa que está obrando negativamente. SECUNDARIOS RELEVANTES trish ¿Cómo se consigue estar a la altura de dos protagonistas tan radicales e insertarlos en un ambiente que enriquezca a la trama principal? Con un batallón de personajes secundarios muy bien perfilados ya desde el casting que, además, están llamados a darnos grandes alegrías en próximas temporadas. Ahí está la estupenda Trish Walker de Rachael Taylor, que no sólo es el contrapunto perfecto a Jessica, sino que tiene un papel primordial en el desarrollo de una historia donde las circunstancias le obligan a lucha constantemente contra el papel de dama en apuros; y vaya si lo hace. La presentación de Mike Colter como Luke Cage de cara a su próxima serie en el futuro también se siente como un acierto, sobre todo porque aquí lo vemos simplemente como complemento en la definición de Jessica, sin acaparar protagonismo. Will Simpson (Wil Traval), Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), Oscar Clemons (Clarke Peters)... Todos ellos son secundarios que, más allá de su presencia recurrente, van creciendo con identidad propia hasta hacerse indispensables; como las increíbles camisas de Malcolm (Eka Darville), el vecino yonqui con el arco dramático más impresionante de la temporada. Si hasta personajes suspiro como los reparadores de puerta (¡portugueses!) están diseñados para dejar huella. SEXO, SANGRE Y MUERTE sweetchristmas Ha tenido que pasar demasiado tiempo hasta que alguien se ha atrevido a mostrar relaciones sexuales entre gente con superpoderes de forma frontal y con buen gusto –eso excluye a Zack Snyder, evidentemente–. La vida sexual de los protagonistas de Jessica Jones está muy presente en la serie, entendida como parte de la existencia diaria sin hacer más aspavientos que los ocasionados por una cama no testada para soportar la fuerza de un coito entre superfuerza y superdureza. No es el único factor beneficioso de la libertad de movimientos ofrecida por Netflix: además del eros, la sangre explícita y la muerte violenta de personajes importantes acechan detrás de cada esquina en todos los capítulos, contribuyendo a esa siempre difícil sensación de suspense y de indefensión ante lo que va a pasar que, nos tememos, los superhéroes en la pantalla grande perdieron hace bastante tiempo. Véase: las tan criticadas resurrecciones después de casi cada muerte importante en el universo Marvel. VIÑETAS CON PIES EN LA TIERRA Jessjoneswhiskey En definitiva, lo mejor de Jessica Jones es que, según como se mire, habrá quien no la considere una serie de superhéroes por su aparente falta de fantasía (pero hay un puñado de personajes con poderes increíbles bien asentados en el mundo donde viven), a quien le choque como serie detectivesca por sus evidentes evasiones de la realidad (pero Jessica bien podría tumbar a lingotazos a Sam Spade), a quienes le abrume su constante oscuridad tonal, quienes encuentren insoportable la violencia explícita de los momentos más gore y quienes encuentren chirriantes los fenomenales golpes de humor. ¿Que quiere decir eso? Que Jessica Jones ha encontrado ese difícil punto medio en el que una serie (o una película) no necesita apellidos de género para ser definida, sino que se basta por sí misma. La Hell's Kitchen de Nueva York que presenta es reconocible, los protagonistas son identificables con sus luces y sus sombras, pero hay gente que pelea lanzando a los demás por los aires, un tipo se pasa una radial por los abdominales sin sentir cosquillas y una organización militar dispone de pastillas para intentar replicar cierto suero de supersoldado. Sus alicientes son más saboreabas por un público no iniciado que los de Los Vengadores, Iron Man 3 o Guardianes de la galaxia, por muy a favor que esté de ellas como altas expresiones de sus géneros. Jessica Jones no es una gran serie de superhéroes: es, simplemente, una gran serie. Y la mejor creación Marvel... hasta la fecha.

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