JASON SCHWARTZMAN: "Estar casado no me hace menos inseguro"

El narigón más querido del joven Hollywood protagoniza 'Bored To Death', la nueva joya de HBO
JASON SCHWARTZMAN: "Estar casado no me hace menos inseguro"
JASON SCHWARTZMAN: "Estar casado no me hace menos inseguro"
JASON SCHWARTZMAN: "Estar casado no me hace menos inseguro"

A EE UU LE LLAMAN LA TIERRA DE LAS OPORTUNIDADES por cosas así: un escritor minoritario, Jonathan Ames, relativamente famoso por sus artículos acerca del submundo transexual en Nueva York, su afición a hacerse colonoscopias y a hablar de sus genitales, presenta un proyecto de serie y es capaz de rodarla con tres estrellas de la talla de Ted Danson, Zach Galifianakis y nuestro entrevistado, Jason Schwartzman. ¿El resultado? Una hermosa reflexión sobre las necesidades de llevar una doble vida que nos salve de la abulia y el papel del sexo masculino en el mundo moderno, algo así como un Sexo en Nueva York para machotes.

“Me hace gracia que digas eso, ¡mi madre piensa lo mismo! Los personajes

están llenos de ternura. Especialmente Zach: ¡sería capaz de achucharle durante horas!”. Perdedores compulsivos, todo empieza cuando a Jonathan (o sea, Jason),

escritor bloqueado, le abandona su novia por no cumplir su promesa de dejar su adicción a la maría y el vino blanco. “Que conste que prefiero el vodka. Vino blanco sólo pruebo alguno orgánico”. Surge la necesidad de cambiar de vida, claro, y el escritor se convierte en detective privado. “Mis casos son patéticos: el robo de un skate, la desaparición de un bote de esperma…”. Eso sí, siempre con una elegancia cómica. “Mi gran referente no era Bogart o Mitchum… Para mí había que interpretar al personaje como si fuera Jean-Pierre Léaud, el álter ego de François Truffaut”.

La serie se convierte en un constante ir y venir (en metro) de Brooklyn a Manhattan, por cuyas calles se pasea Jason como si de un nuevo Woody Allen se tratara, a pesar de su origen angelino: “Ya, pero es que mis padres (su madre es la gran Talia Shire, Connie en El Padrino) son neoyorquinos, lo debo llevar en la sangre”. El rodaje

en exteriores es casi tan maravilloso como las tramas, por las que se pasean amigos como Parker Posey o Jim Jarmusch. Y el desamor, siempre el desamor. Curiosamente, Ames tiene una relación estable con la cantante Fiona Apple y Schwartzman se acaba de casar con su novia de toda la vida Brady Cunningham. “Estar casado no me hace menos inseguro”, concluye.

Rubén Romero

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