'House of Cards': Real como la política misma

La primera serie creada por Netflix estrena su sexta y última temporada, esta vez con Robin Wright al mando. Sorpresa: hay menos ficción de lo que parece.
'House of Cards': Real como la política misma
'House of Cards': Real como la política misma
'House of Cards': Real como la política misma

En 2013 conocimos al senador Frank Underwood (Kevin Spacey) y su mujer Claire (Robin Wright), la pareja con menos escrúpulos de la historia de la democracia moderna, en House of Cards. Pero entonces llegó Donald Trump, y lo que parecía una reflexión sobre como el poder corrompe se convirtió en real. Aprovechamos el estreno de la última temporada para repasar las cosas que hemos visto primero en la ficción… y luego en los informativos.

El silencio es oro… Y nadie lo gestiona mejor que Doug Stamper (Michael Kelly), el fontanero oficial de Frank Underwood. Lo mismo te contrata a una prostituta, que te pasa información confidencial sobre los problemas de alcoholismo de tus compañeros de partido o amenaza con revelar cintas de contenido sexual de la presidenta de una comisión de investigación. Y es que Stamper está hecho todo un Comisario Villarejo. Sus tejemanejes se anticiparon varios años a los de Michael Cohen, abogado de Trump encargado de llegar a acuerdos con actrices porno para que no denunciaran a su jefe en plena campaña. 

No des de comer al trol. Hoy parece claro que Donald Trump llegó a la Casa Blanca gracias a la ayuda de sus amigos en Rusia. Lo curioso del caso es que, según confesaron en la cadena de televisión Rain los miembros de una granja de trols cibernéticos, para redactar las fake news, lo hacían viendo episodios de House of Cards: los chanchullos de Frank les resultaban muy inspiradores acerca de cuáles eran las preocupaciones de la sociedad estadounidense.

'House of Cards': Real como la política misma

Ministerio de Streaming. Mucho nos tememos que los trols rusos no han sido los únicos adictos a la serie de Netflix. La última temporada se rodó en 2015 y Trump llegó a la Casa Blanca en 2016. Las decisiones tomadas por Frank Underwood se parecen sospechosamente a las tomadas por Trump: restricciones al transporte aéreo para los no estadounidenses, el permanente desprestigio de la prensa, ruptura de los tratados con Rusia… Incluso en lo personal, con los constantes rumores de divorcio entre Donald y Melania, los Trump se parecen a los Underwood. Igual un día nos desayunamos con la noticia de que a Donald y Melania les gusta hacer tríos con su guardaespaldas…

Ponme esa cinta otra vez. Will Conway (Joel Kinnaman), el último rival de Frank, también creía tenerlo todo para acabar con él… pero nunca hay que dar a los Underwood por desahuciados. Un político lo es las 24 horas del día, y cualquier debilidad es aprovechada por sus enemigos: le pasó a Conway, al que le dio un ataque de ira en un avión privado casualmente grabado por uno de los hombres de Frank… y la cinta tardó muy poco en ser filtrada a los medios. Imposible no pensar en aquel feo asunto de cierta presidenta autonómica con un par de cremas antiarrugas en un supermercado.

Matar al mensajero. La segunda temporada de la serie se abría con el asesinato de la periodista Zoe Barnes (Kate Mara). Fue uno de las acciones que menos perdonamos a Frank. No por la muerte en sí, sino porque adoramos a Kate Mara y su personaje. Claro, que visto cómo se las gastan en la embajada de Arabia Saudí con los periodistas incómodos como Jamal Khashoggi, empujarla a las vías del tren casi fue hasta piadoso.

'House of Cards': Real como la política misma

El cazador cazado. Kevin Spacey estaba tan preocupado por encarnar a este trasunto de Donald Trump que no fue capaz de ver que su vida también se iba al garete. En un giro de los acontecimientos de lo más seriéfilo, se le acusó de “conducta inapropiada” con parte del equipo. Vamos, que tenía la mano muy larga. Su respuesta fue propia de Frank Underwood y su teoría de la “distracción”: una declaración oficial en la que reconocía su homosexualidad, a ver si así escampaba la tormenta mediática. No lo consiguió y fue despedido. Trump, sin embargo, sigue en su cargo. Parece que las leyes de la política son más clementes que las de Hollywood.

¿Y si…? Los últimos tiempos de la política española nos han tenido de lo más entretenidos con las constantes luchas internas: María Dolores vs Soraya vs Pablo (PP), Susana vs Pedro (PSOE), Carolina vs Pablo (Podemos)…  Paparruchas en comparación con lo que se vive en la Casa Blanca bajo los Underwood, donde la rivalidad va de los despachos a la cama matrimonial. Tan es así que Claire maniobró lo indecible para convertirse en vicepresidenta de los EE UU… para después traicionar a Frank y robarle la presidencia. Ese es el punto de partida de esta última temporada ¿Veremos a Melania Trump o Begoña Gómez hacerle lo mismo a Donald y Pedro?

La dueña del mundo. Para solucionar el despido de Kevin Spacey, los guionistas no se han andado con chiquitas: muerte por causas naturales y a correr. Pista libre, por lo tanto, para Claire Underwood, primera mujer en ocupar el Despacho Oval. Como era de esperar, Nuestra Dama de Hielo favorita se enfrentará a una serie de ataques misóginos que ríete tú de la amenaza nuclear. Brillan con luz propia dos nuevos protagonistas Diane Lane y Greg Kinnear, que interpretan a los hermanos Sheperd, inspirados en los petroleros hermanos Kock, los reyes del fracking y la contaminación. Vuelve la sangre, el sexo y las mentiras. Vuelve la política.

La última temporada de House of Cards ya está disponible en Netflix y en Movistar+.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento