'Heridas abiertas': ¿la 'True Detective' femenina que nunca tuvimos?

No te vayas, mamá. Amy Adams aprieta y ahoga: todos somos niñas en busca de afecto en la adaptación de la novela de Gillian Flynn producida por HBO.
'Heridas abiertas': ¿la 'True Detective' femenina que nunca tuvimos?
'Heridas abiertas': ¿la 'True Detective' femenina que nunca tuvimos?
'Heridas abiertas': ¿la 'True Detective' femenina que nunca tuvimos?

¿Qué tiene la mirada de Amy Adams que nos mantiene en estado de alerta? ¿Qué tiene el rostro pecoso de Sophia Lillis que expresa los momentos más vulnerables de nuestra juventud? Ellas, devastadas, por momentos rotas, siempre a la defensiva, eternamente magníficas, son presente y pasado de Camille Preaker, reportera a media jornada, superviviente a jornada completa. Las conocemos en un pueblo de la América profunda donde la Camille adulta regresa para investigar una serie de asesinatos y enfrentar sus fantasmas del pasado.

'Heridas abiertas': ¿la 'True Detective' femenina que nunca tuvimos?

Y cuando pensábamos que la soga invisible que rodeaba su cuello no podía asfixiar más, llega un colosal tour de force entre madre e hija, entre Adams y Patricia Clarkson. Porque si un primer plano sin pizca de maquillaje de Adams aprieta, la frialdad de esa Clarkson que se arranca las pestañas nos ahoga sin contemplaciones.

Heridas abiertas no es la nueva Big Little Lies. Se acerca a la True Detective femenina que nunca tuvimos. Jean-Marc Vallée conquista con sutiles transiciones al pasado y esa poética visual que se congela en nuestras retinas, como los dedos de las manos de dos hermanas que se buscan en el aire mientras sus dueñas patinan con las mochilas abiertas.

Nos convertimos en niñas perdidas en busca desesperada de afecto, desvalidos y maravillados ante tanto talento.

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