Furia ciega: las 8 mejores peleas de 'Daredevil'

¿Por qué vemos Daredevil? ¿Será porque nos apasionan los dramas judiciales? ¿Por el noir? ¿Porque Charlie Cox o Deborah Ann Woll (según preferencias) nos ponen a tono? ¿Por fidelidad a los cómics de Marvel? Pues va a ser que no: si bien la serie de Marvel-Netflix reúne todos los méritos antes descritos, nuestro principal motivo para seguirla son los tortazos. Siguiendo la tradición de los cómics, las aventuras televisivas del Hombre Sin Miedo destacan por no cortarse un pelo a la hora de ofrecer nudillos pelados, huesos fracturados, narices aplastadas y articulaciones dislocadas (y eso, si los personajes tienen suerte) en escenas de lucha que quitan el hipo. ¿Cuál de ellas es la mejor? Pues no podemos quedarnos solo con una: por eso te ofrecemos esta selección de ocho momentazos poco aptos para cardiacos.

Un primer episodio para presentar a los personajes, y un segundo para propinar el alarde técnico y meterse al público en el bote: esa era la estrategia. Estos tres minutos de tollinas scorsesianas en el que Matt hace picadillo de mafioso ruso mientras busca a un niño secuestrado, ayudaron a poner a la serie en el mapa mientras demostraban que al Hombre Sin Miedo solo se le da una cosa mejor que arrear tortazos: recibirlos.

Aunque desde el episodio 2 ya sabíamos que Daredevil iba a ser una serie más que solvente, costó algo más convencernos de que la serie reflejaría como debe ser el lado más loco de la mitología del justiciero ciego: ese que tiene que ver con los ninjas de La Mano. Después de la aparición de Stick, fue esta exhibición de artes marciales con flamígera conclusión la que dejó claro que aquello sí era posible. No sabemos cuántos puntos de sutura tuvo que ponerle Claire (Rosario Dawson) a Matt gracias a la exótica arma (un kusari-gama, si tenéis curiosidad) de su rival, pero suponemos que fueron bastantes.

Generalmente, cuando Matt Murdock y Wilson Fisk se enfrentan mano a mano en los tebeos, el resultado suele ser que el Hombre Sin Miedo se lleva las del pulpo: el personaje de Vincent D'Onofrio, con su combinación de peso descomunal y agilidad felina, es un enemigo duro de pelar. Pero, si bien el uniforme (recién estrenado) de Daredevil salió de este combate con unas cuantas abolladuras, fue un gustazo ver a Matt noqueando a su archienemigo, por una vez.

Haber ofrecido una escena tan tremenda como la del pasillo puso a Daredevil en un serio aprieto: desde aquel instante, los espectadores íbamos a escudriñar cada temporada en busca de momentos igual de macanudos (de "macana", claro). Si bien no ha igualado a ese momento en estatus mítico, esta espiral descendente hacia el infierno de los mamporros reafirmó el papel de Matt Murdock como nuestro proveedor favorito de ultraviolencia. Y después de habérselas visto con Frank Castle, que tiene más mérito.

¿Pensabas que Matt Murdock iba a llevárselo todo en esta lista? Ni por asomo, estando en ella Frank Castle (John Bernthal): el justiciero más asesino de Marvel tuvo muchos momentos de gloria en la segunda temporada, pero todos ellos se quedaron en poco cuando dio con sus huesos en prisión y tuvo este contraste de pareceres con sus compañeros reclusos. Una vez finalizada la tangana, mientras los guardias entraban para reprimir el motín (¿qué motín?), el hombre conocido como Punisher pudo citar a otro ilustre y decir aquello de "Yo no estoy encerrado con vosotros: vosotros estáis encerrados conmigo". 

Una vez más, Matt Murdock le cede el primer plano a otro personaje. Y qué personaje, porque estamos hablando de Elektra (Elodie Yung), quien se marca aquí un enfrentamiento antológico con un secuaz de Stick y La Casta. Además de ver cómo la actriz (y su doble) se ganan el sueldo a base de bien, podemos darnos el gusto de contemplar a la señorita Natchios rematando la faena al estilo clásico, con sus puñales sai bien hundidos en la carne del pobre imbécil. Pero él se lo ha buscado.

El summum y el acabose (hasta ahora) de las escenas de lucha en Daredevil ha sido esta battle royale que enfrenta al Hombre Sin Miedo, Stick, Elektra y Punisher, por un lado, y a una horda de secuaces de La Mano, por otro. Dejando de lado su tremendo desarrollo y su trágico final (¿hay alguien que no sepa lo que ocurre a estas alturas?) podemos decir que es el momento en el que la serie más se ha acercado a esas páginas de Frank Miller en las que los ninjas se desbordan de cada viñeta.

Aún tendrán que pasar unos días hasta que decidamos cuáles son las mejores peleas de la tercera temporada de Daredevil. Pero hay un momento que puede pasar a la historia desde ya, y es este festival de contusiones en la cárcel, con un Matt que se abre paso por un festival de reclusos con malas pulgas sin siquiera arrugarse el traje (lo de las manchas de sangre es otra historia). Si quieres saber cómo se hizo este momento cumbre, puedes leerlo aquí mismo.