¿Es 'Podría destruirte' la mejor serie de HBO de 2020?

La identificación de los distintos tipos de violación, la superación ante el trauma y el problema racial protagonizan la magnánima tragicomedia de Michaela Coel.

Hay series que nos arrancan las entrañas y nos dejan hechos polvo, aún más si cabe al enterarnos que detrás hay una historia real. Podría destruirte llegaba a HBO para mostrar el reflejo del trauma y la superación ante las violaciones que sufren en el mundo las mujeres de forma diaria y sistemática. Un punto de vista que nace de la necesidad de Michaela Coel de contar la propia historia de su vida.

Coel es una joven actriz, guionista, escritora y cantautora británica, ganadora de un premio BAFTA por la creación de la comedia Chewing Gum (disponible en Netflix). Durante la escritura de la segunda temporada, esta sufrió un terrible acontecimiento, cuando en una noche de descanso fue drogada y sufrió un asalto sexual. Algo que vendría a su mente en forma de pequeños recuerdos borrosos, y que llevó a que la co-directora, guionista y protagonista de la serie escribiera esta historia en forma de ficción durante dos años y medio. Un tiempo que dejó aparcado todo lo demás, como explicaba durante una entrevista para BBC. "Ha sido bastante difícil pero catártico, porque con la serie estoy reflexionando sobre una época oscura".

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Identificando una violación

A través de sus 12 episodios, Podría destruirte narra la historia de Arabella (Coel), la joven voz de la generación millennial. Enamorada de un chico italiano y en plena escritura de su segunda novela como joven promesa del panorama británico, esta es drogada y violada durante una noche de fiesta en Londres, la ciudad en la que habita. Su adicción al alcohol y las drogas, y su comportamiento errante y ególatra hacen que pronto ella sea la que esté en el punto de mira, dentro de una sociedad que culpa a la víctima. Sin embargo, en todo momento tendrá el apoyo de sus dos grandes amigos: Terry (Weruche Opia) y Kwame (Paapa Essiedu), quienes intentarán buscar todas las formas posibles de prestar su ayuda.

Mientras que Arabella se hace consciente de lo que realmente ha padecido en sus propias carnes, esta busca distintas formas de enfrentarse al trauma, donde el humor se convierte en un aspecto fundamental. "A veces estamos en una profunda negación y no es que estemos rogando a la gente que nos crea, sino que en realidad la gente nos está suplicando que les creamos lo que nos ha pasado".

De esta forma, una vez asumida la confrontación con esta verdad, la violación se convierte en un aspecto controvertido y poco tratado, donde psicólogos, entorno, grupos de apoyo o la controvertida adicción a las redes sociales (en ocasiones enfermiza) se convierten en herramientas para pugnar por seguir adelante. Algo que ni la justicia puede ya remendar, y menos teniendo en caso la impunidad ante la mayor parte de los casos. "Señalarnos y culparnos  a nosotros mismos es lo más inútil. Necesitamos ser un poco más amables con nosotros mismos y perdonarnos por las veces en las que no dijimos que no lo suficientemente alto".

La ficción recoge de forma magistral este recorrido, puesto que es bien presente el desgarrador relato de alguien que ya lo ha vivido y que jamás vuelve a ser igual que antes. Además, hace un repaso por los distintos tipos de abusos sexuales a los que podemos enfrentarnos: desde quitarse el condón en pleno acto sexual, sin previo aviso, a mentir para acostarse con otra persona.

"Toda la serie trata sobre ese momento en el que te roban el consentimiento y pierdes el momento en el que tenías capacidad para tomar una decisión". Una visión que va mucho más allá de estereotipos u orientaciones sexuales. No obstante, la ficción no obvia el tema de ciertas denuncias falsas o de las personas que se creen con potestad de juzgar a las otras de manera inexorable. Un complejo, audaz y repleto discurso sobre todas las caras posibles de los abusos sexuales.

El problema racial

Por si no fuera suficiente con este espejo situado ante nuestras narices, Podría destruirte recoge el tema del racismo en Londres. Algo que bien podría sucederse en cualquier ciudad de Occidente en la actualidad. El doble rasero de la sociedad hacia la comunidad negra: los puestos de poder, las oportunidades laborales y vitales, el señalamiento...

La ficción es mostrada en todo momento desde una perspectiva cómica a la par que dramática, lo que nos hace empatizar con los personajes. Algo que hace que nos acerquemos hacia el encierro hacia su propia colectividad y entendamos de una mayor manera el problema de la inserción social. Una ficción perfecta para revisionar en pleno Black Lives Matter para visibilizar los problemas raciales antes los que nos encontramos en Europa y que nosotros mismos no queremos ver. Las violaciones y el racismo deben seguir siendo denunciados y atacados, ahora más que nunca. 

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