"¿Cómo me pudo gustar esto?": 8 series míticas que no aguantan una revisión

Nos encantaron cuando éramos jóvenes... y, ahora, nos parecen un pestiño: recordamos shows que jamás se merecieron las horas que pasamos viéndolos en la TV
"¿Cómo me pudo gustar esto?": 8 series míticas que no aguantan una revisión
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Como cantaban los Astrud, "la nostalgia es un arma". A lo cual nosotros añadimos que dicha arma suele apuntar directamente a nuestras cabezas. Sin ir más lejos, saber que Justin Lin (nada menos) va a convertir El coche fantástico en una serie de animación digital nos ha hecho evocar dulces recuerdos de cuando veíamos a David Hasselhoff luciendo chupa de cuero, pecholobo y cochazo inteligente... para, acto seguido, darnos cuenta de dos cosas: la primera, que nos hemos vuelto viejos, y, la segunda, que la serie era un pestiño reivindicable sólo desde el revival. Así pues, nos hemos armado de valor y hemos indagado en la lista de shows que más nos arrebataron hace unos años, concluyendo que muchos de ellos valían menos aún que las pegatinas (con los rostros de sus protagonistas, faltaría más) que usábamos para adornar nuestras carpetas del instituto. Aquí está el resultado de nuestra purga: si ya no cumples los 30, léelo a tu cuenta y riesgo. 

El coche fantástico

Lo sentimos, pero es lo que hay: el anunciado regreso digital de KITT nos ha inspirado este informe, y a él le corresponde encabezar nuestra lista de roturas. 34 años después de que su primera temporada se emitiese en EE UU, es el momento de admitir que los valores de producción del show, si bien superiores a los de otros productos de la misma época, no justifican unos guiones repetitivos, un humor al que, siendo generosos, podemos calificar de "tontorrón" (la labor del coche de marras como secundario cómico era, como mínimo, cargante) y, sobre todo, una estética que resulta casposa incluso medida en parámetros ochenteros. Y eso, porque no entramos en detalle sobre sus continuaciones en forma de telefilme futurista (KITT 2000, Knight Rider 2012) o de aquel remake de 2008 digno de pasar directamente al desguace.

El Equipo A

Una de las series de acción más populares de la historia, la saga de Hannibal Smith, Murdock, M. A. Barracus Fénix inspiró una adaptación al cine tan meritoria como infravalorada. Pero el buen trabajo de Liam Neeson y el director Joe Carnahan no es óbice para reconocer que el original era una bosta como un castillo. Severamente criticada en su momento debido a su frivolización de la violencia (con aquellas balaceras que jamás causaban víctimas mortales), El Equipo A impregnó la cultura popular de España, convirtiendo frases como "¡Me encanta que los planes salgan bien!" en lemas de una generación. Y, debido a esa traicionera nostalgia, hemos indultado momentos como la intervención de Ana Obregón, quien, como correspondía a una actriz española en el Hollywood de los 80, interpretaba a una femme fatale de origen latinoamericano. En general, podemos decir que el tono de esta serie era tan reaccionario y tan gazmoño a la vez que, de haberse producido en nuestro país, llevaría la firma de José Luis Moreno.

El halcón callejero

Gracias a los intríngulis de la distribución televisiva, y a la escasa oferta disponible cuando aquí sólo existían los dos canales públicos, España acogió con los brazos abiertos shows que habían pasado sin pena ni gloria en EE UU. El halcón callejero (conocida como 'El cóndor'  en Latinoamérica) es un buen ejemplo de esto. En su país de origen, las aventuras del policía Jesse Mach (Rex Smith) y esa moto experimental capaz de reventar todas las normativas de tráfico (¡500 kilómetros por hora en ciudad!), duraron una temporada escasa. Pero, como su emisión española (1985) tuvo lugar en plenas vacaciones de verano, el show despertó verdadero furor por estos pagos, e incluso tuvo uno de los máximos honores al alcance de una serie de entonces: un póster en las páginas centrales del Teleindiscreta. A estas alturas, y al igual que otras series con vehículos superpoderosos (El trueno azul, Airwolf) o con coartada tecnológica (Automán), su legado es menos desastroso que sencillamente aburrido.

Cosas de casa

Sin ánimo de hacer sangre con temas espinosos, digamos que Bill Cosby (con La hora de Bill Cosby) Will Smith fueron culpables de invasión de sitcoms con protagonistas afroamericanos que llegó a España entre los últimos 80 y los primeros 90. Pero, mientras que los gags de El príncipe de Bel Air siguen haciéndonos reír, y si su reparto de secundarios (empezando por Jeffrey y el tío Phil) resulta memorable aún hoy, este spin-off de la muy olvidada Primos lejanos apenas ocupa un hueco en nuestra memoria... salvo por un detalle. Un detalle patizambo y con gafas, además: no en vano muchos espectadores de los 90 no decían "voy a ver Cosas de casa", sino "voy a ver 'el Úrquel". Reconozcamos el esfuerzo de Jaleel White, quien se pasó nada menos que diez años interpretando a Steve Urkle y aguantando las calabazas de Laura Winslow, mientras los guiones del show iban perdiendo la gracia temporada tras temporada.

Beverly Hills 90210: Sensación de vivir

Vamos a ver: si su spin-off Melrose Place la superaba de largo en absurdo, melodrama y desvergüenza (ajena), ¿por qué hemos incluido a Sensación de vivir en nuestra lista de shows que no aguantan el paso del tiempo? Pues precisamente por eso. A fuer de exagerada, Melrose Place acabó jugando en la misma liga de clásicos del culebrón yanqui como Falcon Crest, Dallas Santa Barbara, y como tal habría que juzgarla. Pero esta otra producción del simpar Aaron Spelling (¿a santo de qué pensabas que su hija Tori Spelling se había colado en el reparto?) trataba de ser 'fresca' y 'desenfadada' bajo términos que hoy se nos aparecen como realmente eran: la visión que un grupo de guionistas de mediana edad podría tener del día a día de un grupo de pijos californianos. En su día, eso sí, los medios españoles acusaron a Sensación de vivir poco menos que de ser un anticipación del apocalipsis consumista, libertino y made in USA. Y, sólo por eso, nos sigue cayendo un poco simpática.

Los vigilantes de la playa

Lo sentimos por David Hasselhoff, pero nosotros no tenemos la culpa de que se haya ganado los méritos para aparecer dos veces en este reportaje. Porque, si queremos analizar cómo fue recibida esta serie en la España del año noventa y pocos, necesitamos decir que era conocida como "Los vigilantes de la paya". Siendo la paya en cuestión una Pamela Anderson cuyo talento dramático iba en proporción inversa al relleno de su bañador naranja. La prueba de la falta de fuste de esta serie está en que, una vez más, pocos espectadores de entonces podrían recordar los incidentes de su guión, pero sí las siluetas de la propia C. J. -el personaje de Anderson-, así como las de Erika Eleniak y otras Baywatch babes. Ahora bien: el hecho de que el show contuviese kitsch por arrobas sí que la hace merecedora de cierto cariño. Así lo ha sabido ver Dwayne Johnson, organizando a partir de ella un remake cinematográfico que apunta muy alto en cachondeo y desenfreno.

Blossom 

En principio, la serie protagonizada por la jovencita Mayim Bialik debería rayar más alto en nuestra memoria. ¡La canción del título (doblada, por desgracia, en la emisión española) era obra del gran Dr. John! Asimismo, el show mostraba una familia poco convencional (un padre soltero y músico, una hija adolescente y repipi, un hijo ex yonqui, otro hijo deportista y un abuelo vivalavirgen) y trataba de abordar con buen criterio temas como la aceptación de la homosexualidad. El problema estaba en que todo esto iba envuelto en un tono tan blandito y tan pastel como los sombreros de punto que solía lucir la heroína, algo que se acentuó con las sucesivas temporadas, conforme Joey Lawrence (el hermano deportista del que hemos hablado antes) fue ganando más y más protagonismo. Con decir que el tono moralizante de Blossom le inspiró más de un pullazo al equipo de guionistas de Friends, está dicho todo.

Las gemelas de Sweet Valley

Sin repercusión alguna en EE UU, donde sólo aguantó tres temporadas, este show inspirado por una interminable serie de libros juveniles (que no young adult) se benefició de un fenómeno similar al de El halcón callejero, volviéndose popularísima en España durante sus años de emisión. ¿La razón? Sencilla: por cosas de las agencias de ventas, se vio simultáneamente en Antena 3 TVE. Con las mellizas Brittany Cynthia Daniel como las chicas titulares, una muy responsable y la otra muy juerguista, el show se quedaba en una sitcom de institutos bastante normalita, incapaz de seducir a quienes ya habíamos disfrutado como cumbres del género tales que Salvados por la campana, Colegio Degrassi, Yo y el mundo o, sobre todo, Parker Lewis nunca pierde. Ahora bien: lo que jamás le perdonaremos (pero nunca jamás de los jamases) es que pusiera de moda el pelo a capas. ¿A cuántas chicas inocentes obligaría a pasar por la pelu?

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