Así es 'Narcos: México', el reinicio de la narcosaga de Netflix

El éxito de netflix se traslada al México de los años 80 para ahondar en el primer cártel organizado del país. Hablamos con el creador y sus protagonistas.
Así es 'Narcos: México', el reinicio de la narcosaga de Netflix
Así es 'Narcos: México', el reinicio de la narcosaga de Netflix
Así es 'Narcos: México', el reinicio de la narcosaga de Netflix

‘Narcoboda’: dícese de aquella celebración estrafalaria y multitudinaria donde se dan cita los más altos cargos públicos y políticos de un país junto a los narcotraficantes más poderosos. Es 14 de febrero. Entramos al Palazzio Videmar, en el barrio de Peralvillo de Ciudad de México. Allí se ha trasladado el rodaje de Narcos: México para celebrar un bodorrio hortera y ochentero ambientado en Guadalajara.

Los periodistas caminamos por un gran salón repleto de mesas ovaladas, con flores rosas y blancas, copas a medio beber y servilletas arrugadas. A un lado, vemos un escenario con instrumentos de música desperdigados por ahí, como si alguna banda los hubiera abandonado precipitadamente. Varias lámparas de araña cuelgan del tejado, tan presuntuosas como el vestido de la novia, un ‘quiero y no puedo’ de volantes. Minutos antes, a través de una pantalla hemos visto a Diego Luna y Ernesto Alterio, todo solapas y cuellos de camisa vueltos hacia arriba, discutir acaloradamente en este mismo escenario, mientras cientos de extras fingían bailotear de fondo. El actor mexicano, en la piel del fundador del cártel de Guadalajara Miguel Ángel Félix Gallardo, y Michael Peña como Enrique Camarena Salazar, agente de la DEA, protagonizan esta nueva entrega de Narcos, que nos traslada de la Medellín de Pablo Escobar y la Cali de los Orejuela al México de los 80 para ahondar en el nacimiento del primer conglomerado del narcotráfico a gran escala.

En la escena que ruedan hoy, acudimos a la fiesta de la boda que Félix Gallardo ha organizado para el hijo de su socio, el gobernador de Sinaloa. “Me atraía México porque, a diferencia de Colombia, aquí el narcotráfico no para de empeorar”, nos cuenta Eric Newman, el creador, durante el rodaje. “La relación entre México y EE UU también es más complicada. Norteamérica es el gran mercado de la droga, pero hemos criminalizado su uso en vez de tratarlo como un problema de salud. Es muy estadounidense pesar que hay morenitos enviándonos cosas que no queremos cuando en realidad sí queremos su cocaína. Otra cosa que diferencia a México de Colombia es la complicidad del Gobierno en este negocio”.

El principio del fin

Todos estos aspectos fueron fundamentales para que Newman optara por trasladarse de Cali a Guadalajara, aunque en un principio pensó en confiar la cuarta temporada de la serie a otro mexicano, y sin necesidad de volver atrás en el tiempo: Amado Carrillo, cabeza del cártel de Juárez, “que se cree que murió en 1997, cuando se sometía a una cirugía estética”, nos cuenta Newman, y al que ya vimos en la tercera temporada. Mientras el showrunner investigaba este suceso, dio con el establecimiento del cártel de Guadalajara a finales de los 70 y con el comienzo del negocio de la droga (primero a través del tráfico de marihuana) en el país azteca. “Félix Gallardo nacionalizó una industria que hasta entonces eran unos feudos separados. Tijuana, Juárez, Durango… Creó una confederación de cárteles, y así nació el primer supercártel”. Otro aspecto que atrajo al creador fue el papel que jugó su compatriota, el agente de la DEA Enrique Camarena, como infiltrado y su asesinato a manos de Félix Gallardo: “Con la muerte de ‘Kiki’ fue la primera vez que el mundo se dio cuenta de que estábamos en una guerra”.

"No hay casi imágenes ni entrevistas de él", cuenta Luna sobre su personaje: "Veía esto como un negocio en el que debía ser muy precavido. Escribió cartas desde la cárcel que me ayudaron a crearlo, pero sobre todo lo construí con lo que otros decían de él”. Si Félix Gallardo es la cara de esta narcotrama, Kiki Camarena es la cruz. “Era un joven agente de la DEA que quería marcar la diferencia en el mundo. Le tocó enfrentarse a Félix Gallardo, algo mucho más gordo a lo que él estaba acostumbrado en Fresno. A veces se sentía sobrepasado, pero era muy decidido”, afirma Peña, y añade: “Siempre hay presión cuando interpretas a alguien real. Hablé con ‘Mika’, su esposa, una mujer fuerte. Cuando ‘Kiki’ murió, quiso ver el cuerpo. Yo no sería capaz de hacer eso ni con mi perro. También he buscado similitudes con ‘Kiki’ y he intentado entender el narcotráfico, aunque no lo he logrado. Si yo no puedo meter agua en un avión, ¿cómo entra la droga en EE UU?”.

Luna insiste en que es importante conocer esta historia para saber cómo se ha llegado al México actual: “Mucho de lo que hizo Félix Gallardo nos ha traído aquí. Esta entrega tiene un pulso actual, te ayuda a entender el presente. Es un recordatorio de lo que dejamos que pasara y por qué hoy estamos en esta realidad tan violenta en México. También es importante que la gente sepa qué hay detrás de una raya de coca que llega a un espejo, una mesa o un baño de un bar”. Aún recuerda la avalancha de tuits que recibió cuando se anuncio su fichaje por esta ficción: “Cuando se anunció la nueva entrega, recibí tuits de todo tipo. Me reprochaban que cómo podíamos hablar así de México. Pero la historia nos dice qué pasó antes para que no cometamos los mismos errores. En Narcos no hay malos o buenos porque tiene que haber un gobierno corrupto y un mercado del otro lado de la frontera que permita este negocio. La serie enseña que debemos ser críticos y reflexivos con la realidad en la que vivimos”.

El cártel de Guadalajara

Entre los aliados de Félix Gallardo en el cártel de Guadalajara que veremos en Narcos: México, tenemos a Ernesto Fonseca Carrillo, alias ‘Don Neto’ (“un narco de la vieja escuela que une a los agricultores veteranos y a la industria que inicia Gallardo”, cuenta Joaquín Cosío) y Rafael Caro Quintero (“un campesino de Sinaloa que es un genio con las plantas y tuvo la idea del millón de dólares: inventó la marihuana sin semilla, una cepa mucho más densa y con mayor potencia”, adelanta Tenoch Huerta de su personaje). Tres personajes que siguen “frescos en la memoria criminal del país”, dice Cosío: “Quintero está prófugo, ‘Don Neto’ en arresto domiciliario y Gallardo, el gran cerebro de todo, continúa en la cárcel”.

El único nexo entre esta y las anteriores entregas es el antes mencionado Amado Carrillo (José María Yazpik): “Me afeitaron y me dejé crecer el pelo para parecer 10 años más joven que en la tercera temporada. Aquí Amado es más ingenuo. Ejerce de chófer de Gallardo y Fonseca, que es su tío”. Ellas también tienen su papel en el cártel de Guadalajara. Isabella Bautista es “una de las pocas mujeres que estuvo en el negocio de la cocaína en esa época”, asegura Teresa Ruiz: “Viene de una familia rica y, en vez de casarse como se esperaba de ella en aquellos años, decide que quiere adentrarse en el mundo de la droga”. Sofía Conesa (Tessa Ia), por su lado, es “una hija de papi”, la sobrina de un expresidente mexicano y amante de Rafa Caro que ve el universo del narcotráfico como algo “emocionante y excitante”. “Es la primera mujer en Narcos que no hace las cosas por el hombre con el que está, sino por ella misma”, asegura Ia.

Sin embargo, como bien saben los fans de esta serie, el crimen no crece sin el político corrupto, y ahí es donde entra Salvador Osuna Navas (Ernesto Alterio), mandamás de la Dirección Federal de Seguridad, el equivalente a la CIA en aquella época. “Es un hombre muy poderoso que da cobertura policial a las operaciones de Félix Gallardo a cambio de dinero. Es como un psicópata con placa”, explica Alterio.

Fenómeno narco

Así es 'Narcos: México', el reinicio de la narcosaga de Netflix

Peña prefiere no pensar en que es parte de un fenómeno tan grande como Narcos: “Crecí viendo telenovelas como Cristal, y películas como El club de los poetas muertos, Lecciones inolvidables y El destete de los hermanos corsos, pero decidí ser actor por las representaciones que hacía con mi hermano. Para mí, ninguna película era tan buena como sus imitaciones. Así que no pienso en las expectativas. Cuando salió Crash, no esperaba nada y ganó el Oscar. Lo único que está en mi mano es hacer el mejor trabajo que pueda”.Curiosamente, Newman concibió Narcos como una película. ¿Por qué optó por la televisión? “Porque en dos horas no tienes tiempo de redimir a un personaje como Pablo Escobar”. Paradójicamente, el creador tampoco pensó que la ficción funcionaría entre el público de habla hispana. “Ellos conocen la historia, la han escuchado infinidad de veces. Sabía que iría bien en Brasil, en EE UU, en Europa... pero lo inesperado fue lo bien que funcionó entre el público hispanohablante”. También le sorprendió que la serie haya conseguido un hito: “Que los americanos se alejen del móvil para leer subtítulos”. Todo un fenómeno. Yazpik, el único que repite, ya ha experimentado esta pasión por Narcos: “En Suiza, unos turistas se quedaron mirándome con miedo, pero luego me felicitaron por la serie. Y cuando salí en la tercera temporada, también me llegaron mensajes de apoyo de mexicanos que decían: ‘¡A poner bien alto el nombre de México!’. Yo pensaba: ‘¡Pero si soy Amado Carrillo! ¡No está bueno lo que hace!”.

Una fascinación que comparten los propios narcos, afirma Newman: “He sabido que les gusta la ficción porque no se limita a mostrar el típico ‘Ellos son los malos”. ¿Y glorifica la serie a estas figuras? “En El hundimiento, la gente se conmovía con los últimos días de Hitler. Lo mismo pasa aquí, que te envuelve y te metes en la historia”, asegura Huerta. “A mí estos personajes, como El padrino, me producen una mezcla de fascinación y horror”, añade Alterio. En México, además, existen vínculos culturales con el narcotraficante justiciero de antaño, “que castigaba al rico y premiaba al pobre”, explica Cosío: “Jesús Malverde fue un bandido que ahora es un santo y tiene un altar en Sinaloa. México ha sufrido y sufre tanto que estas figuras son sinónimo de esperanza”. Newman, sin embargo, aclara: “No hay nada glorioso en estos personajes. Escobar sopla las velas de cumpleaños en un lugar escondido de Medellín, alejado de su familia. No hay finales felices en el negocio de la droga”.

https://www.youtube.com/embed/iY_NKiA20BQNarcos: México ya está disponible en Netflix.

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