Regreso a casa (Coming Home)

Desde la apabullante floración de Sorgo rojo (1987) hasta el nebuloso noir de La joya de Shanghai (1995), Zhang Yimou dirigió a su pareja Gong Li en siete películas, la mayoría de ellas pilares indispensables de la Quinta Generación del cine chino. Es tan tentador como delusorio buscar en las cicatrices biográficas correspondencias con la deriva de la obra artística, pero no deja de ser verificable que, desde su ruptura sentimental, las carreras de ambos tomaron rumbos mucho más acomodaticios y dependientes de las modas comerciales.

Regreso a casa es la segunda vez que colaboran después de que el agua haya pasado debajo del puente –La maldición de la flor dorada (2006) fue su película de reencuentro– y, si bien rodar con una ex no debe de ser la experiencia más placentera de la vida, se comprende que muchas veces avive la llama creativa de los viejos tiempos; que se lo digan a Godard/Karina o Allen/Keaton. La búsqueda de esa chispa podría ser una lectura alternativa tanto del relato esquemático de este melodrama seco, donde un represaliado de la Revolución Cultural regresa al hogar tras años de prisión para encontrar a una esposa amnésica que no lo reconoce, como de la alegoría que iguala el trauma del personaje de Gong Li con el de esa nación china a la que se obligó a pasar página y olvidar a golpe de revisionismo, sin contrición ni un Lang Lang al piano que endulzara sus peores recuerdos.