Pozos de ambición (There Will We Blood)

Paul Thomas Anderson dirige su particular 'Ciudadano Kane', una obra consciente de saberse un nuevo clásico.
Pozos de ambición (There Will We Blood)
Pozos de ambición (There Will We Blood)
Pozos de ambición (There Will We Blood)

Cualquier aficionado al fútbol ha soñado alguna vez en marcar el gol. El definitivo: la pelota que Gigghia le cruzó a Barbosa en el maracanazo (¿en cuál estabas pensando?). Cualquiera con un gusto no discutible por la literatura se ha visto escribiendo la última palabra de Pedro Páramo (por no citar lo más obvio). Y si de música hablamos: ¿quién no firmaría OK Computer? ¿Y con qué sueñan las ovejas eléctricas enganchadas al feo vicio de la sala oscura? Pues con Ciudadano Kane (por citar lo más obvio). No tenemos claro si Paul Thomas Anderson siente la más mínima afición por el balompié, pero lo que no se le puede discutir es que, hoy por hoy, es el primero de la clase. De la clase de cine, se entiende.

Pozos de ambición es, por decirlo de una vez, el sueño legítimo, que cualquier cineasta alberga, de construir Ciudadano Kane. Hasta la fecha, el talento de Anderson se había abierto paso hasta completar una filmografía cosida a un conocimiento profundo y sin prejuicios de la historia del cine. La energía nerviosa del mejor Scorsese, la escritura en verso libre de Renoir, el barroquismo compositivo de Robert Altman, el sentido del espectáculo de Spielberg o la personalidad de François Truffaut conviven sin estridencias en sus películas con el humor escatológico de Adam Sandler, la originalidad de Tim Burton y, por supuesto, la sabiduría de su amigo Tarantino. En efecto, la tradición y la modernidad, lo viejo y lo nuevo en un equilibrio, por inestable, tremendamente creativo.

La historia de Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis), petrolero, es uno de esos cinco relatos que, según Borges, resumen los límites de lo que se puede contar: uno de los cinco cuentos posibles de la literatura universal. No hay más. La historia de una ambición. Macbeth con petróleo. Lejos de Anderson el feo vicio de la originalidad. ¿Qué es El Quijote? Un libro de caballerías. ¿Y qué es Pozos de ambición? La búsqueda del Vellocino de oro. Eso sí, una vez encontrado, la locura desaparece y no hay nada más que nada. De por medio, temas tan americanos como los de la frontera, la familia y la culpa. No en balde, si el cine es algo, es un western. Una interpretación icónica de Day-Lewis cerca de esas composiciones volcánicas de Brando, una banda sonora electrizante a cargo de Jonny Greenwood (sí, el de OK Computer citado arriba), una sonoridad visual (usted me entiende) que recuerda a la de Terrence Malick (¿o era Kubrick?) y, empezábamos por aquí, la consciencia de saberse, como Ciudadano Kane, una película radicalmente nueva (léase moderna) y clásica a la vez, son algunas de las herramientas que maneja el director. Eso sí, la escritura ahora es más sencilla, pegada al rostro del protagonista, más grande. Desde Boogie Nights a la genial Punch-Drunk Love pasando por la excesiva Magnolia, Anderson se ha empeñado en convertirse en un pilar. Juntemos a los Coen, a Tarantino, al otro Anderson (Wes) y a unos pocos más y... Hemos llegado: otro nuevo Hollywood es posible.

LUIS MARTÍNEZ

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Pozos de ambición (There Will We Blood)
  • Director:
  • Género:

    Drama

  • País:
  • Sinopsis:

    Daniel Plainview crea un imperio. De por medio, la ambición, la mentira, el pecado, la destrucción… Shakespeare en la tierra del petróleo.

  • RESUMEN: Paul Thomas Anderson dirige su particular 'Ciudadano Kane', una obra consciente de saberse un nuevo clásico.

  • ESTRENO: 15/02/2008

  • DRAMA / EE UU / 2007 / 158 MINUTOS / BUENAVISTA DIRECTOR: PAUL THOMAS ANDERSON ACTORES: DANIEL DAY-LEWIS, PAUL DANO, CIARÁN HINDS GUIÓN: PAUL THOMAS ANDERSON FOTOGRAFÍA: ROBERT ELSWIT MÚSICA: JON BRION PRODUCCIÓN: PAUL THOMAS ANDERSON, JOANNE SELLAS therewillbeblood.com

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