Nymphomaniac. Volumen 1

Lars von Trier se tumba en el diván… y se la menea
Nymphomaniac. Volumen 1
Nymphomaniac. Volumen 1
Nymphomaniac. Volumen 1

Si a alguien le perturba o le ofende una fábula sexual a estas alturas de la película, que aparte los ojos de la pantalla y se lo haga mirar. Dicho esto, la etiqueta de porno de autor que se había utilizado para avanzar lo nuevo de Lars von Trier era un señuelo. Una vez más. Capaz de las reflexiones sobre la naturaleza humana más descarnadas y apocalípticas, el danés sigue cambiando un buen chiste de la perrita Mistetas por las obras completas de Kierkegaard. La tradición oral pesa más que la letra impresa, parece querer decirnos. De ahí quizá que esta primera parte de Nymphomaniac sea sobre todo una película hablada, de descripciones y acotaciones tan precisas que, incluso en sus silencios y gestos, se pueda intuir la voz en off de su protagonista. Desde el lecho/diván, una vareada Charlotte Gainsbourg desgrana su historia mirando fijamente a ese primer espectador, Stellan Skargård. Se confiesa, pero no pide perdón, y se psicoanaliza sin esperanzas de encontrar respuestas. ¿No se estará en realidad entreteniendo midiendo las reacciones que provoca lo que cuenta? Conociendo al perverso Lars a uno le da por pensar que esta vez ése es su juego. Como un niño, tira la piedra y no sólo no esconde la mano, sino que se queda a mirar si aguantamos enteros o en cuántos pedazos nos rompemos.

Más allá de su afán de provocación, lo que queda de Nymphomaniac. Volumen 1 es su efecto de batidora conceptual. Puede no gustar a todos, pero hay algo innegable: Lars von Trier tiene una cabeza que funciona de otra manera. Lo mejor de él es que piensa distinto, y que cuándo se entreabren las puertas de ese engranaje lo que se ve resulta fascinante. ¿Qué mueve todo aquello? ¿Cuál fue la primera pieza? ¿Cómo consigue mantener en pie ese sistema? Perverso y complejo, nos señala el sitio al que mirar, aunque nuestros ojos deberían quedarse, al menos esta vez, en su dedo malicioso.

VEREDICTO: Sinfonía de ideas, intuiciones e instintos con la mano puesta en la entrepierna.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

  • Director:
  • Género:
  • País:
  • Sinopsis:

    Primera parte de la salvaje y poética historia del viaje erótico de una mujer autodiagnosticada como ninfómana, desde el nacimiento hasta la edad de 50 años.

  • RESUMEN: Lars von Trier se tumba en el diván… y se la menea

Mostrar comentarios

Códigos Descuento