Moonrise Kingdom

Wes Anderson no renuncia a su rigor estilístico en esta sinfonía íntima y majestuosa acerca del primer amor.
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En la primera secuencia de Moonrise Kingdom, mientras una familia espera ociosa la hora de la cena, en el hogar se escucha The Young Person’s Guide to the Orquestra, una obra musical pedagógica de Benjamin Britten construida en forma de variaciones sobre una pieza de Henry Purcell –no por casualidad, un músico barroco– y creada con el fin de dar a entender y diferenciar los diferentes componentes de una orquesta sinfónica: vientos, cobres, cuerdas, percusiones. Y, precisamente, en esa música encuentra Wes Anderson de forma fulgurante una síntesis de la que aquí es su empresa estilística: en su séptima película cada uno de los personajes y de sus respectivas líneas narrativas funcionan a la manera de los distintos movimientos de lo que, en un clímax exaltante y atronador, se revela como una sinfonía tan íntima como majestuosa acerca del primer amor. De ese virulento arrebato primigenio se sirve Anderson para orquestar una trama tan juguetona como elegíaca, apoyada sobre la huida en paños menores de dos chiquillos enamorados –él, un boy scout huérfano; ella, la hija burguesa de una familia acomodada– hacia rutas salvajes. A la tristeza resignada de los adultos, el cineasta opone la pureza de sentimiento de estos dos niños resueltos a atravesar utopías infantiles inspiradas en Françoise Hardy –los primeros besos, los agujeros en las orejas, alguna romántica muestra de heroísmo– y un montón de peligros para no ser separados jamás. Si en Pierrot el loco Anna Karina y Jean-Paul Belmondo hubieran sido preadolescentes, su periplo habría sido parecido a éste.

La filiación francesa no es lo único que conecta Moonrise Kingdom con la obra previa de Wes Anderson. Nos reencontramos aquí con sus obsesiones –la necesidad de crear una comunidad–, los personajes de melancolía exacerbada –la joven heroína acosada por pulsiones autodestructivas–, las idiosincrasias formales –los travellings laterales, la parafernalia pop–, todo ello nos informa de la capacidad del cineasta para manejar los mismos elementos para proveer de placeres nuevos. Y el que aquí provoca resulta especialmente gratificante porque, como ya logró en Fantástico Sr. Fox (2009), Anderson se muestra capaz de alcanzar cotas de emoción insuperables sin comprometer su rigor estilístico. Después de todo, ambas películas comparten una retórica de cuento infantil que favorece el maridaje entre miniaturismo estético y narrativa de cartoon, entre la compulsiva atención al detalle y una energía endiablada que Moonrise Kingdom extrae de la búsqueda amorosa palpitante de sus protagonistas, de su necesidad de liberación, de su euforia irreductible, sobre la cual la realidad no tiene ningún efecto. De la maravillosa sensación de aventura que Anderson les –y nos– proporciona. 

NANDO SALVÁ

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Moonrise Kingdom
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  • Sinopsis:

    Un boy scout y una chica de 12 años se enamoran y deciden fugarse de sus hogares en una pequeña isla de Nueva Inglaterra durante el verano de 1965.

  • RESUMEN: Wes Anderson no renuncia a su rigor estilístico en esta sinfonía íntima y majestuosa acerca del primer amor.

  • ESTRENO: 15/06/2012

  • Comedia / EE UU / 2012 / Dir: Wes Anderson / Reparto: Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton, Jason Schwartzman, Jared Gilman, Kara Hayward / Guión: Wes Anderson, Roman Coppola

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