Los crímenes de Oxford

ÁLEX DE LA IGLESIA Y UN EJERCICIO DE OFICIO, QUE NO DE ESTILO
Los crímenes de Oxford
Los crímenes de Oxford
Los crímenes de Oxford

Luis Martínez

ÁLEX DE LA IGLESIA SE DESNUDA. Umm. Que no cunda el pánico (o cualquier otro fluido corporal). Más allá de una frase destinada a captar la atención (que también), se trata del mejor resumen de Los crímenes de Oxford. Para bien y para mal. Como bien dice Sydney Lumet: “Un director con estilo es un mal director”. Pues bien, como aventajado discípulo, el responsable de este thriller oxoniense se aplica el cuento y decide emplear toda la sabiduría acumulada desde Mirindas asesinas en borrar cualquier traza de sí mismo. Poco (excepción hecha del genio automutilado) de la alexiana exageración creativa… Todo el estilo marca De la Iglesia arrojado a los perros. Todo al servicio de la historia. De otro modo, también algo melodramático: el director acaba con el autor (y con ésta se acabaron las imágenes de folletín). Álex convierte la novela homónima de Guillermo Martínez en una eficaz maquinaria de tensar nervios. Y lo hace con las herramientas de un subgénero ideal para mentes inquietas: la lógica-ficción. Los que disfrutaron con Gödel, Escher, Bach: un Eterno y Grácil Bucle, de Douglas Hofstadter, lo harán con Sheldon (Hurt). Por arriba, los teoremas de incompletitud de Gödel (en cualquier sistema, siempre es posible dar con una afi rmación no demostrable dentro del mismo sistema); por abajo, el principio de indeterminación de Heisenberg (es imposible determinar con exactitud la posición y el movimiento a la vez de una partícula). En medio, Wittgenstein (al que, por supuesto, siempre se le cita la misma frase del Tractatus logico-philosophicus: “De lo que no se puede hablar...”). Y en esta maraña para iniciados, llega el ex estudiante de filosofía Álex. Los crímenes de Oxford funciona, lejos del rutinario y cansino hacer de Ron Howard en El Código Da Vinci, a fuerza de plegarse a las exigencias de una producción debidamente internacional, debidamente ortodoxa, debidamente comercial. El siempre deslumbrante John Hurt ayuda a que nos traguemos sin rechistar la píldora roja. En el lado contrario, el aroma a europudding por culpa de lo heterogéneo del reparto, y, claridad obliga, el excesivo subrayado de determinadas escenas lastran una narración que, por momentos, se antoja errática. Sea como sea, ver a Álex de la Iglesia en culos (liberado de su propio estilo) nos descubre una faceta no siempre valorada: la de director con oficio. Que, en un bucle lejanamente gödeliano, no es sino la forma más elegante del estilo. Que se lo pregunten a Hitchcock si no.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Los crímenes de Oxford
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    Martin es una joven estudiante que encuentra por casualidad a una mujer asesinada al tiempo que conoce a Arthur Seldom, un prestigioso profesor de Lógica al que Martin desea como director de su tesis. Sin embargo, ese asesinato no ser&aacut

  • RESUMEN: ÁLEX DE LA IGLESIA Y UN EJERCICIO DE OFICIO, QUE NO DE ESTILO

  • ESTRENO: 18/01/2008

  • [THE OXFORD MURDERS] THRILLER / ESPAÑA / 2007 / 110 MIN / WARNER. DIRECTOR: ÁLEX DE LA IGLESIA ACTORES: ELIJAH WOOD, JOHN HURT, LEONOR WATLNG. clubcultura.com/clubcine/clubcineastas/delaiglesia/oxford/index.htm

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