Jóvenes y brujas

Jóvenes y brujas
Jóvenes y brujas
Jóvenes y brujas

¿Por qué funciona tan bien la magia como metáfora de la adolescencia? Porque, al igual que ella, es peligrosa, prodigiosa e incontrolable, tan llena de espantos como de maravillas. Algo que Andrew Fleming y el guionista Peter Filardi plasmaron muy bien en su Jóvenes y brujas de 1996. Considerada como un chiste por muchos (incluyendo quien suscribe) en el año de su aparición, ese filme sigue congregando a una legión de adeptas gracias a lo bien que se apaña para ser a la vez un cuento de terror esotérico y un drama juvenil sobre amistades que se derrumban. Poderes ambos ausentes de esta secuela que, durante la mayoría de su metraje, solo lo es de nombre.

Lo más triste de la nueva Jóvenes y brujas es que empieza medianamente bien y acaba resultando solo pasable, o menos. Una pena, porque a Zoe Lister-Jones se le notan las ganas de tejer un vínculo entre las lectoras de Sassy que vieron la original (y que podrían estar representadas por la mamá enrollada de Michelle Monaghan) y las de Teen Vogue que verán su filme ahora, o cuando la pandemia las deje. Pero, tras un comienzo prometedor que renuncia a la oscuridad de la versión anterior en pro del petardeoy la inclusividad woke (chistes incluidos al respecto), se hace evidente que este ritual presenta graves defectos de forma. 

Y esos defectos, que ya de por sí son graves cuando se los toma por sí solos, se vuelven aún más dolorosos cuando se los analiza a la luz de la primera entrega. Por ejemplo, de nada sirve que Cailee Spaeny resulte muy riquiña en sus tribulaciones (luciendo a la vez un muy winonesco look noventero) si la película la obliga a sostener la trama en solitario, con sus compañeras de aquelarre reducidas a meras comparsas sin conflictos ni trasfondo. Y el componente fantástico, más cercano esta vez a un filme de superhéroes que a una película sobre hechicería y conjuros, se queda sin fuste por culpa de un desarrollo facilón, carente de sorpresas, y una figura antagonista (latinajo para quien lo pille: "latet anguis in herba") cuyos manejos se ven venir desde el minuto uno.

Si la Jóvenes y brujas original sigue calando entre sus admiradores es, entre otras cosas, porque nos muestra la magia (o la adolescencia) como un proceso arduo de aprendizaje, caídas y resurrecciones. En cambio, esta secuela aparece lastrada por un montaje a hachazo limpio (basta con ver los tráilers para imaginar cuánto se nos ha escamoteado) y por un intento de hacerlo todo demasiado evidente y demasiado bonito, como si tuviera miedo de asustar a un público juvenil criado a base de narrativas young adult. Debido a todo esto, acaba resultando muy alejada de los grandes relatos de iniciación y demasiado próxima a Paulo Coelho y otros chamanes de baratillo.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Jóvenes y brujas
  • Director:

    Zoe Lister-Jones

  • Género:

    Fantástico, Terror

  • País:

    EE UU

  • Sinopsis:

    Un ecléctico cuarteto de aspirantes a brujas adolescentes obtienen más de lo que esperaban mientras se apoyan en sus nuevos poderes.

  • REPARTO: Cailee Spaeny, Michelle Monaghan

  • VEREDICTO: Un ritual prometedor, privado de energía por la autocomplacencia y el montaje a hachazos.

  • DURACIÓN: 97 min.

  • DISTRIBUIDORA: Sony

  • ESTRENO: 03/11/2020

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