Donde viven los monstruos

Spike Jonze arriesga su pose 'cool' y demuestra que los adultos necesitan muchos más cuentos
Donde viven los monstruos
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Donde viven los monstruos

Como el letrero ese de los bares. Igualico: "Hoy hace un día estupendo, ya verás como viene alguno y lo jode". Lo mismo pasa con los cuentos. Siempre hay algún adulto dispuesto a reventarlos. Algún imbécil con una enjundiosa interpretación por aquí, con una denuncia de malignidad o sexismo soterrados por allá. Spike Jonze se la ha jugado. Ha arriesgado todo su crédito entre la modernidad reinante, que le adora, expuesto a convertirse en uno de esos imbéciles que saben más que los que escribieron los cuentos y que los que los leen. Si es que quedan niños que lean cuentos, que ésa sería la clave de Jonze: ya que los chavales están ocupados en otros menesteres, vamos a contar los cuentos a los adultos, que igual tragan.

De esa estrambótica y muy gondryniana (o incluso kauffmaniana) percepción sale esta brillante adaptación de un extraño relato de pocas páginas, con el que tenía mucho que perder. Y aunque aparentemente esos monstruos remitan a lo más florido de su corta filmografía de largometrajes (el feísmo de Cameron Diaz en Cómo ser John Malkovich, las tensiones entre realidad y ficción de Adaptation), Jonze ha retomado el cuento de Maurice Sendak despojado de muchas de las pretensiones que marcaban, para bien y para mal, su cine. Ha sido listo, y ha hecho una pirueta sólo apta para tipos con mucho talento.

Ha pasado de niño mimado por la crítica a auténtico monstruo del cine dejándose seducir por Max, un niño de los de verdad, para completar así un cuento que era como un delicioso canutillo (pongamos cannoli, puesto que James 'Soprano' Gandolfini pasa por aquí) que hay que rellenar con imaginación. ¿Crema pastelera o amarga ricotta? era la duda que desprendía el cuento original. "Para imaginativo, yo", debió de pensar Jonze, que encontró a su camarada de proyectos-que-te-dejarán-boquiabierto-si-lees-revistas-de-tendencias Dave Eggers, otro non plus ultra de la cultura contemporánea, sea lo que sea eso. Y tiraron por la vía de enmedio, listos ellos. Pasaron de las interpretaciones cañeras que hablan de Sendak como si fuera un forense de la agresividad y locura infantiles, pero también del mundo de ositos Haribo en el que campan los monstruos del sueño de Max. Que, por cierto, de sueño, nada. Una pesadilla fina, la de un chaval entre monstruos (los más humanamente tristes del cine desde Todd Browning) que no son sino adultos pidiendo auxilio, camuflando ese mal endémico del creador norteamericano, desde Wes Anderson y sus colorines hasta ¡sorpresa! este Spike Jonze que parecía crear al margen de esa tradición: se paunta (¿influído por el productor Tom Hanks?) al eterno retorno de la excusa de la familia rota. Aunque ahora ya verás como viene alguno y lo jode.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Donde viven los monstruos
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  • Sinopsis:

    Max, un niño algo rebelde, es castigado por su madre a la cama sin cenar. Su imaginación le lleva a una isla habitada por extraños seres...

  • RESUMEN: Spike Jonze arriesga su pose 'cool' y demuestra que los adultos necesitan muchos más cuentos

  • ESTRENO: 18/12/2009

  • [WHERE THE WILD THINGS ARE] DRAMA, FANTÁSTICO / EE UU / 2009 / 94 MIN. WARNER. DIRECTOR: SPIKE JONZE ACTORES: MAX RECORDS, CATHERINE KEENER, MARK RUFFALO GUIÓN: DAVE EGGERS, S. JONZE

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