Destino oculto

Seductora interacción entre Matt Damon y Emily Blunt.
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Hay un período en la vida de Philip K. Dick del que nadie sabe nada, ni sus biógrafos, ni sus ex mujeres, ni él mismo. Se había mudado a Vancouver para asistir aun congreso sobre ciencia-ficción, y se le fue la cabeza. Cuando la recuperó, meses después, no se acordaba de dónde había estado, ni qué había hecho ni con quién. Pero sí recordaba que unos señores con traje y sombrero se habían acercado a hablar con él y, educadamente, le habían pedido que les siguiese. El escritorsiempre creyó en la existencia de fuerzas superiores que controlan la realidad cotidiana del individuo a través de las drogas, los medios de comunicación o la tecnología. En The Adjustment Team, el relato corto que publicó en 1954 y en el que Destino oculto se inspira vagamente, esas fuerzas son unos señores con traje y sombrero.

Dada esa convicción, es lógico que Dick tuviera dudas sobre si las acciones y decisiones humanas tenían influencia alguna sobre el futuro. La unidad de PreCrimen de Minority Report, por ejemplo, extraía a los individuos de situaciones precisas para evitar que escogieran libremente convertirse en asesinos. Y los señores con sombrero de Destino oculto se aseguran de que todo en nuestro mundo transcurra según el Plan. Que, en su debut tras la cámara, el guionista George Nolfi convierta el clásico debate filosófico entre el determinismo y el libre albedrío en mero telón de fondo de la historia contemporánea de un amor imposible –o, mejor, no planeado y, por tanto, inaceptable– repleta de persecuciones no es algo necesariamente malo. Después de todo, la ciencia-ficción dickiana es demasiado oscura y demasiado demente para Hollywood –sólo sus obras más accesibles, como ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? pueden salir airosas de un tratamiento mainstream–, y aquí el previsible fracaso de la suspensión de credibilidad y algunos mecanismos argumentales risibles son neutralizados por la precisa construcción de su pareja protagonista y la seductora interacción entre Matt Damon y Emily Blunt.

El problema es que, como muchos de los relatos dickianos de los años 50, éste está permeado por la Guerra Fría y su paranoia, que sirven para explicar el conformismo que destruye a muchos de sus personajes. En la película, en cambio, no hay metáfora, de manera que, al presentarnos a un grupo de mensajeros del destino que se pasean vestidos de forma anacrónica por el Nueva York actual, se acerca a la lectura místico-religiosa. Afortunadamente, la retórica de Nolfi es más técnica que espiritual, como lo era la de Spielberg en Minority Report. Sin embargo, aquella película también tenía algo muy importante de lo que ésta carece: verdaderos villanos y, por tanto, una palpable sensación de amenaza y peligro.

NANDO SALVÁ

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Destino oculto
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    Un político está dispuesto a sacrificar su posición por amor a una joven bailarina. Sin embargo, unos misteriosos agentes parecen hacer todo lo posible para impedírselo. ¿Será que tiene al Destino en su contra? Adaptación de un relato de Philip K. Dick.

  • RESUMEN: Seductora interacción entre Matt Damon y Emily Blunt.

  • ESTRENO: 04/03/2011

  • [The Adjustment Bureau] Ciencia-ficción, thriller / EE UU / 2010 / 106 minutos / Director: George Nolfi Actores: Matt Damon, Emily Blunt, John Slattery, Terence Stamp, Anthony Mackie, Michael Kelly Guión: George Nolfi, Philip K. Dick

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