¡Ya no quiero actuar! 9 actores y actrices que dejaron la interpretación

Tom Hardy lo ha sido todo.

Villano de Batman con Christopher Nolan y ahora de Spider-Man, no puede haber otro Venom mejor. Ha sido Mad Max, el más callado de todos. Ha sido piloto, ha sido espía, ha sido luchador, ha sido vaquero y también ha sido tipo normal un par de veces con resultados tan increíbles como su mejor papel hasta la fecha en Locke. No por nada, pero aguantar una hora y media solo ante la cámara conduciendo no es nada fácil, en esta película algunos críticos le describieron como efecto especial.

Y así… Ha trabajado con los mejores, ha producido su propia serie, ha dirigido su propia película y tiene su propio meme como actor al que casi nunca se le ve la cara:

Entonces, claro, tras tocar techo se ha aburrido:

“Has subido a lo alto del Everest. Ya es un milagro que hayas llegado a cualquier lugar de esta maldita montaña, y mucho más haberla escalado. ¿Quieres volver atrás y hacerlo todo de nuevo o quieres bajar e irte a la playa?”

Esta fue la metáfora con la que tanteaba al periodista de Esquire sobre su posible retirada. De momento esto está en el aire porque Venom tiene dos películas más y porque también hay anunciada una segunda parte de Mad Max…

Pase lo que pase, Tom Hardy no será ni el primero ni el último actor en perder la pasión por la interpretación. Aquí van otras nueve historias sobre grandes actores que decidieron dejarlo:

RICK MORANIS

En los años ochenta este actor canadiense alcanzó la fama con películas míticas como Los cazafantasmas en 1984 y Cariño, he encogido a los niños en 1989.

Su historia personal es bastante triste. Su esposa murió de cáncer en 1991 y desde entonces comenzó a rechazar cada vez más papeles hasta que en 1997 se retiró por completo de la interpretación para poder criar a sus hijos.

“Soy un padre que está solo y criar a mis hijos es demasiado difícil si lo tengo que compaginar con los viajes que exigen las producciones cinematográficas”.

En un principio Moranis solo se iba a tomar unos años para ser padre al 100% pero de repente ese tiempo se convirtió en mucho más y al final se dio cuenta de que no echaba de menos la actuación.

GRETA GARBO

Probablemente en los años 30 no había otra estrella cinematográfica más grande que Greta Garbo. Se dio a conocer con The Temptress y saltó a la fama con Camille. Ella dejaba sin respiración a compañeros y espectadores. Estaba en la cima del mundo… Y entonces un día  en 1941 cuando solo tenía 36 años desapareció.

“Me he cansado de hacer muecas frente a la cámara”, declaró… Sin embargo siempre se ha dicho que el verdadero motivo fue su participación en el filme Two-Faced Woman, donde interpretó a una vampiresa alocada que reía y bailaba salsa. A nadie le gustó esa imagen de Garbo, para algunos críticos fue incluso insultante. La actriz, al parecer, no pudo aguantar tan feroces críticas.

SEAN CONNERY

¿Tan mala es La Liga de los hombres extraordinarios? Sí, tan mala que Sean Connery decidió abandonar la interpretación tras rodar esta película en 2003.

Igual no es por culpa de la película pero dejadnos pensar que sí, es mucho mejor versión.

En cualquier caso y como dijo Michael Caine este fue un caso de esos en el que el cine retira al actor y no el actor se retira del cine. Apenas le ofrecían buenos papeles, Caine bromeaba diciendo que Sean “no quería interpretar roles pequeños de hombres viejos y nadie le estaba ofreciendo papeles románticos de hombre joven”.

Desde su retiro se ha dedicado a jugar al tenis y al golf. No es mala vida tampoco para el primer James Bond.

CARY GRANT

Quizá el actor más elegante de la historia.

Uno de los pocos en saber interpretar a la perfección a hombres normales. El protagonista de Historias de Filadelfia o Encadenados de Alfred Hitchcock. El director dijo de él que había sido el único actor al que había querido en toda su vida.

En 1963 rodó uno de sus filmes más famosos, Charada. Poco después, con 62 años dejó Hollywood. Lo hizo para dedicarse enteramente a su hija con la actriz Dyan Cannon, se llamaba Jennifer y él siempre la definió como “mi mejor producción”.

Tras el divorcio con Cannon, Grant se volcó con su hija. La llevó a todas partes y siempre la grababa para preservar cada momento de su infancia. En una biografía escrita por Jennifer, cuenta como en un principio ella sentía cierta vergüenza por la devoción que su padre la tenía. Sin embargo, con el tiempo ella solo puede agradecer a su padre todo el tiempo que le dedicó durante la última etapa de su vida.

CAMERON DÍAZ

Este es el típico caso de actriz que deja la interpretación y el espectador no se da cuenta hasta que pasa una década y un día viendo una película muy divertida por la tele se pregunta: ¿Oye y esta actriz? ¿Qué fue de ella?

Pues eso, un domingo cualquiera reponen Algo pasa con Mary y te preguntas… ¿Cuánto hace que no veo una película nueva de Cameron Díaz? Pues te lo decimos nosotros, desde 2014 con Sex Tape. Algo pasa en la nube. Desde entonces la actriz se ha mantenido alejada de los focos cuando tuvo una fuerte crisis de identidad y tuvo que huir de Hollywood para encontrarse a sí misma y convertirse, en sus propias palabras, en “una persona completa”.

Y la verdad es que le ha ido genial. Acaba de cumplir 45 años, ha publicado dos libros, un manual sobre salud y ejercicio y también un libro sobre el arte y la ciencia de envejecer.

GRACE KELLY

Tenía un Oscar por La angustia de vivir, película de George Steaton. Había trabajado con los mejores: John Ford, Alfred Hitchcock, Terence Young. Compartido planos con actores como Alec Guinness, Cary Grant, Frank Sinatra, James Stewart...

Un día de 1955, en pleno Festival de Cine de Cannes, la actriz fue invitada a una sesión de fotos en el palacio de Mónaco. Allí se encontró con Rainiero III de Mónaco y el resto ya es historia. Ambos se casaron en una espectacular ceremonia que siguió el mundo entero. Entonces Grace tenía 26 y estaba en lo más alto. Dejó Hollywood por amor.

Esta es, por decirlo así, la versión más amable de la historia. Como ocurre con todos los grandes cuentos hay otra forma de contarla.

Al parecer Grace Kelly siempre se sintió inferior a su hermana Peggy, la favorita de sus padres. Ni siquiera Hollywood consiguió que la balanza cayera de su lado. Pero… ¿Quién puede hacerle sombra a una princesa?

DANIEL DAY-LEWIS

El hilo invisible de Paul Thomas Anderson, una de las mejores películas estrenadas en 2018, fue la última película de Daniel Day-Lewis.

Fue tan intenso ese rodaje que al acabar el único actor del mundo con tres premios Oscar por papeles protagonistas decidió que ya era suficiente, que dejaba el cine. Él mismo lo explicaba así en una entrevista poco después de tomar la decisión:

“Inglaterra está muy dentro de mí, es parte del mundo del que me escapé. Viví fascinado por lo que era Londres después de la guerra, sobre el que mis padres me contaban historias. Y mi padre se parece mucho a Reynolds Woodcock. Antes de hacer la película, no sabía que iba a dejar de actuar. Paul y yo nos reíamos un montón antes de ponernos con ella... pero después, dejamos de hacerlo, porque los dos, de repente, nos llenamos de tristeza. Nos pilló por sorpresa. Y no sabíamos por qué había nacido ese pesar. Era muy difícil vivir con ello. Y lo sigue siendo”.

Parece que Daniel es tan intenso actuando como en la vida.

El caso es que no es la primera vez que toma esta decisión. En 1999 también anunció que lo dejaba todo para irse a vivir a Florencia donde quería aprender a ser zapatero. Esto duró hasta que Martin Scorsese le dio el papelazo de El Carnicero en Gangs of New York.

Veremos si alguien le vuelve a despertar del letargo esta vez.

GENE HACKMAN

Cada persona en el mundo tiene su Gene Hackman favorito. Puede ser el Lex Luthor del Superman de Richard Donner, el de Una jaula de grillos, el personaje que le hace la vida imposible a Tom Cruise en La tapadera o, por supuesto, el villano de Sin perdón...

Gene Hackman es un actor mítico que un día se cansó de sacrificarse por una industria que él definió como demasiado estresante.

Fue en 2004 cuando anunció su retirada y desde entonces el ganador de dos Oscar por The French Connection y Sin perdón, desde entonces ha escrito tres novelas.