'Warcraft' es la película más taquillera basada en un videojuego

¿Oís eso, lectoras y lectores? Son centenares de críticos de todo el mundo rechinando los dientes cual orcos. ¿A qué se debe? Pues a las últimas noticias sobre la taquilla de Warcraft: El origen. Pese a unas críticas tirando a infames, y pese a que su periplo en EE UU está siendo poco lucido, la cinta de Duncan Jones basada en la saga de píxeles medieval-fantásticos es ya la película basada en un videojuego más taquillera de la historia, con 377 millones de dólares (algo más de 322 millones de euros) amasados en taquilla. Muy superior a, sin ir más lejos, los 42 millones alcanzados en 2012 por Resident Evil: La venganza, y quedando justo por encima de los 336 millones (sin ajustar a la inflación) de Prince of Persia. Las arenas del tiempo en 2010.

En realidad, la taquilla de Warcraft en Estados Unidos representa una fracción ínfima de sus ingresos. Tras su estreno al otro lado del Atlántico, que tuvo lugar el 10 de junio, el filme ha recaudado 'sólo' 38,5 millones de dólares, cayendo un 70% tras su primer fin de semana. Cifras que bastarían para ganarle un lugar en la lista de grandes batacazos del año, dado que su presupuesto de rodaje fue de 160 millones de dólares. ¿A qué se debe, pues, esta morterada de millones? Pues a su éxito fuera de EE UU, en general, y a su éxito en China, en particular: la cinta lleva recaudados 200 millones de dólares en el Celeste Imperio, donde el fandom de los juegos de Blizzard Entertainment es multitudinario. Pero la cosa no viene sólo de ahí: sin ir más lejos, dos países tan poco dados a la blockbusteritis como Francia (11 millones de dólares) y Alemania (13 millones) se han dejado grandes sumas en los cofres de la Horda y la Alianza, mientras que la taquilla en Rusia alcanza los 20 millones.

Así pues, una película a la que muchos daban como un batacazo seguro ha quedado como el hit sorpresa del año, obligando a Hollywood a redefinir sus conceptos  sobre las pérdidas y las ganancias. Es más: la idea de una secuela, que hace tan solo un mes se daba por imposible, resulta ahora más verosímil que nunca. Y, para colmo, Duncan Jones afirma estar dispuesto a embarcarse en ella, pese a haber padecido una postproducción maratoniana y un montaje que extirpó casi una hora de su película. Parece cosa de magia, ¿verdad?