Verdades y mentiras de 'Midnight in Paris'

A estas alturas, todos sabemos que Midnight in Paris es la mejor película de Woody Allen en muchísimo tiempo. Es más: puede que muchos de vosotros la hayáis visto... Y os hayáis quedado a cuadros ante las mil y una referencias culturales que el genio de Manhattan, siempre tan leído, despliega en su nuevo trabajo. Fieles a nuestro afán de servicio público, en CINEMANÍA hemos elaborado una práctica guía de referencia para que acompañéis a Owen Wilson en sus aventuras parisinas.

Eso sí, tenemos que avisar que aquí os esperan muchos SPOILERS. ¿Estáis preparados para seguir adelante? Pues preparad vuestros zapatos de baile, porque nos vamos a los años 30...

1.- ¿Quién era la mujer de Rodin, y quién su amante?

Por mucho que el espabilado de Michael Sheen le coma la oreja a Rachel McAdams con sus historias, los hechos fueron los que nos recuerda Carla Bruni: Auguste Rodin mantuvo una apasionada relación con la escultora Camille Claudel, pero cuando su otra amante, Rose Beuret, cayó gravemente enferma, el autor de El pensador se casó con ella en 1917, tras 53 años de relación. La pobre Camille acabó muriendo en un sanatorio mental, abandonada por todos. Para más información, aconsejamos ver La pasión de Camille Claudel (B. Nuytten, 1988).

2.- ¿Vivía Cole Porter en París en los años 30?

Es cierto que el compositor de Let's Do It (Let's Fall In Love) y su esposa Linda Porter poseían una casa en la capital francesa (y otra en Venecia, y otra en Londres, y...) a la que viajaban muy a menudo, para descansar y disfrutar junto a sus respectivos amantes. De este modo, y dado que el matrimonio pasó esa década en un desenfreno subido, es posible que el genial músico animase alguna fiesta high class que otra...

3.- ¿Era la mujer de Scott Fizgerald tan insoportable como parece?

En el momento más McFly de Midnight in Paris, Owen se ve obligado a calmar a la temperamental Zelda Fitzgerald ofreciéndole "una pastilla del futuro". Lamentamos decir que, en la vida real, no hubo píldora que salvara a esta mujer de sus neurosis... Provocadas, en su mayor parte, por el alcoholismo de su marido, así como por las inseguridades sexuales de este. En 1930, Zelda fue diagnosticada con esquizofrenia, y pasaría el resto de su vida (murió en 1948) peregrinando de sanatorio en sanatorio.

4.- ¿A quién interpreta Kathy Bates?

Con la sutileza del camión de Will Smith, la oronda actriz dispensa apreciaciones literarias a diestro y siniestro. Y puede hacerlo, puesto que su personaje es Gertrude Stein: amiga de Picasso (quien le pintó un retrato que puede verse en el filme), de Hemingway y de muchos otros, esta filósofa y coleccionista de arte estadounidense ha quedado como una de las figuras intelectuales más influyentes de su tiempo. Para colmo, como pronunciar frases históricas ("Una rosa es una rosa es una rosa": no es un trabalenguas) no le bastaba, la Stein fue pionera también en su vida sentimental, conviviendo sin empacho con su novia Alice B. Toklas, a la que también vemos (de lejos) en la película.

5.- ¿Dirigió Buñuel una película sobre gente encerrada en un salón?

Pese a que, cuando Owen Wilson se lo sugiere, el cineasta aragonés se queda musitando "¿Qué sentido tiene?", al final acabó pillando el chiste. El ángel exterminador (1962) es el título de la película cuya premisa le apunta nuestro héroe en Midnight in Paris. Visto lo visto en el filme de Allen, al de Calanda le costó tres décadas darle forma a su guión.

6.- ¿Estaba Dalí obsesionado con los rinocerontes?

Decididamente, el pintor de Figueres (Adrien Brody en la película) tenía un penchant con los mamíferos ungulados con protuberancia nasal. Pero no lo sacó a relucir hasta los años 50, período en el que manifestó su obsesión a través de recreaciones de un famoso grabado de Alberto Durero. Siempre fascinado por la geometría, Dalí se obsesionó tanto con la forma de su cuerno (proyección de una espiral logarítmica) como con las conexiones de este animal con el mito del unicornio.

7.- ¿Hay algún personaje ilustre que se nos haya pasado por alto?

En el censo de individuos notables que propone Midnight in Paris, es fácil perder la pista de dos cameos con mucha gracia. La bailarina Josephine Baker (escandalosa y exitosa artista de color) se marca un charlestón con Owen y los Fitzgerald en su primer encuentro, mientras que el poeta T. S. Eliot recoge a nuestro héroe en su coche. A este último sí que se le menciona, pero su actitud en el filme, tan simpática, contrasta con el personaje real, excelente literato pero también ultraderechista acérrimo, integrista cristiano y neurótico contumaz, muy poco amigo de fiestas.

8.- ¿Sería posible un encuentro entre Gauguin, Degas y Toulouse-Lautrec?

Cuando Woody quiere rizar el rizo, embarca a sus protagonistas en un viaje en el tiempo dentro de un viaje en el tiempo para que puedan conocer a estos tres ases de la pintura. Pese al jolgorio, hay que decir que en la Belle Epoque (es decir, entre 1871 y 1914), Toulouse-Lautrec y Degas ya estaban bastante mayores, mientras que Paul Gauguin vivía retirado en la Polinesia.

9.- ¿Existió Adriana?

Esta es la única afirmación categórica que podemos extraer de Midnight in Paris. Y su respuesta es "no", porque el personaje al que interpreta Marion Cotillard es puramente ficticio. Es cierto que el panorama artístico de París en el período de entreguerras rebosaba de mujeres independientes, con aspiraciones literarias y multitud de amantes ilustres (el mejor ejemplo, Anaïs Nin), pero el romance más allá del tiempo que vive el protagonista es una destilación de este arquetipo concebida por Woody. De hecho, en las primeras fichas publicadas del filme, el nombre de su personaje era sencillamente "Musa".