Venecia 2014: Día 7 – Despertando al león

¿De qué se habla en Venecia hoy? De que, justo cuando la competición se había acomodado en la más insolente mediocridad, han aparecido por ella dos soplos de aire fresco. El tipo de cine que justifica la existencia de los festivales.

¿Qué hemos visto? 1. A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence, de Roy Andersson. Con ella, el sueco completa su trilogía sobre lo que significa ser humano. Y puede que no esté a la altura de Canciones del segundo piso (2000) y You, the Living (2007), pero en todo caso su colección de impasibles viñetas son un irresistible muestrario de lo ridícula que nuestra existencia resulta, y un prodigio de calmada tensión entre lo cómico y lo trágico, entre el absurdo y la absoluta desesperación.

2. Nobi, de Shinya Tsukamoto. Que el cineasta nipón es un perturbado es algo que ya sabemos desde que en su día vio la luz Tetsuo: el hombre de hierro (1988), pero ni siquiera poseer ese dato logra mitigar el shock que provoca esta película que convierte la Segunda Guerra Mundial en un auténtico circo de los horrores: las arterias chorrean, los intestinos explotan y las cabezas son devoradas mientras un grupo de hombres perdidos en la jungla filipina son despojados de su más esencial humanidad. Cine alucinógeno y totalmente aterrador.

¿Qué has comido? Una dorada a la plancha y ensalada mixta. Demasiado hecha y, por tanto, más seca que la mojama. Una forma como otra cualquiera de arruinarte la velada.

¿Con quién has hablado? Con Frances McDormand, que daba entrevistas por primera vez en aproximadamente una década y que, quizá por eso, ha estado simpática, locuaz y absolutamente brillante. Roy Andersson, que hace grandes películas pero a la hora de hablar de ellas se convierte en un negado.

¿Qué esperas de la jornada de mañana? La ópera prima de un turco y la segunda película de una francesa. Los fotógrafos se podrían tomar el día libre de no ser porque también se pasará por aquí Milla Jovovich, que ha protagonizado la adaptación shakespeariana Cymbeline. Sí, Jovovich y Shakespeare en la misma frase.

Veneciómetro: Gracias a las últimas presentaciones la temperatura de la competición ha aumentado notablemente. Y aunque imaginar a Tsukamoto recogiendo el León de Oro resulta completamente descabellado, que lo recibiera Roy Andersson sería algo bueno tanto para la futura memoria del festival, como por supuesto para el propio cineasta, como para salvaguardar algo que en los palmarés de los festivales suele olvidarse: la cordura.