Venecia 2014: Día 5 - La esperanza de una inundación

Tres películas decepcionantes confirman el bajón dramático que ha pegado el festival tras los buenos dos primeros días.
Venecia 2014: Día 5 - La esperanza de una inundación
Venecia 2014: Día 5 - La esperanza de una inundación
Venecia 2014: Día 5 - La esperanza de una inundación

¿De qué se habla en Venecia hoy? De que, en este preciso momento, el cielo se ha abierto por la mitad y está cayendo un tormentón que promete anegar Lido. Teniendo en cuenta lo poco prometedores que los próximos días de festival resultan, tampoco pasaría nada.

¿Qué hemos visto? 1. Loin des hommes, de David Oelhoffen, que utiliza le guerra de independencia de Argelia como excusa para llevar a cabo un homenaje al western —el argumento es clavadito al de 3:10 to Yuma (1957), la atención al paisaje desértico es puro John Ford—. Su único problema es que está inspirada en El extranjero de Albert Camus y en lugar de miga existencial tiene personajes de cartón piedra.

2. The Cut, de Fatih Akin: retrata el genocidio armenio de forma tan tosca y maniquea que convierte Raza, de José Luis Sáenz de Heredia, en cine complejo. Resultaría risible de no ser porque es muy cabreante que a este fantoche no solo le sigan financiando películas, sino que su crédito en los festivales siga intacto. Sin duda la peor película programada hasta el momento en Venecia 2014.

3. Hungry Hearts, de Saverio Constanzo. Una película genuinamente bizarra y por eso no del todo carente de valor, que trata de funcionar a la vez como exploración de las ansiedades derivadas de la maternidad y como cine de terror psicológico –o sea, de actualizar La semilla del diablo— pero que ni en un sentido ni en el otro es capaz de ofrecer más que mero postureo.

¿Qué has comido? Espaguetis al nero di sepia, plato de pasta muy típico aquí. En la Trattoría África, mítico restaurante que los asiduos a este festival veneraban y que hace dos años cerró por motivos desconocidos, los preparaban de muerte. Los de hoy han sido una pobre imitación. Una buena dosis de vinacho ha ayudado a bajarlos.

¿Con quién has hablado? Con un montón de gente: Álex de la Iglesia ha estado meditando sobre el Dios y sobre Messi, sobre el odio y el desprecio, sobre la vida y la muerte y sobre los peligros intestinales de la comida mexicana. Guillermo Arriaga ha demostrado una vez más que se toma a sí mismo demasiado en serio. Charlotte Gainsbourg es el tipo de persona que te recibe con la coraza puesta y al cabo de cinco minutos te está abriendo las puertas de su alma. Y Chiara Mastroianni sigue siendo una mujer absolutamente arrebatadora por la que, a la más mínima señal, uno lo dejaría todo, ahora mismo.

¿Qué esperas de la jornada de mañana? Bien poca cosa: Olive Kitteridge, miniserie de la HBO dirigida por Lisa Cholodenko que el festival programa enterita para tapar un buen hueco; lo nuevo de Amos Gitai, uno de los cineastas vivos más plúmbeos, y un corto de 19 minutos de Manoel de Oliveira, que ya va por los 105 años. Parece ser que la memoria le falla a veces, pero por lo demás está hecho un toro.

Veneciómetro: El festival empezó potente pero ha dado un bajón dramático. Hace frío en todos los sentidos. El León de Oro carecería de sentido si no va a parar a Birdman, la película inaugural, o a The Look of Silence, presentada el segundo día de certamen.

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