Venecia 2014: Día 2 – Sótanos

¿De qué se habla en Venecia hoy? De que, teniendo en cuenta el nivel al que nos tiene acostumbrados la Mostra, esta 71ª edición ha arrancado insólitamente robusta. De que hace demasiado frío para estar todavía en agosto, y aun así en los cines el aire acondicionado está a tope.

¿Qué hemos visto? 1. Tales, de Rakhshan Banietemad. A esta cineasta iraní no la conoce ni Dios fuera de su país a pesar de que su página en IMDb tiene como un centenar de títulos. Y, francamente, tras ver su nueva película dan ganas de revisarlos: a través de una sucesión de viñetas, traza un complejo retrato de la sociedad iraní contemporánea, lastrada por el paro, la corrupción, la burocracia y las drogas.

2. La Rancon de la gloire, de Xavier Beauvois. Mientras recrea una grotesca historia real --en 1977, dos pobres diablos robaron el ataúd de Charles Chaplin con la intención de pedir un rescate--, trata de funcionar a modo de sentido homenaje al Little Tramp. Quiere situarse en esa difícil tierra de nadie entre la comedia y la tragedia, pero más bien va dando tumbos entre ambos extremos de una escena a la siguiente. Tiene sus defensores, pero estos parecen tener más en cuenta el prestigio de Beauvois –para situarnos: es el director de De dioses y hombres (2010)—que por la tosquedad de sus constantes referencias al cine de Charlot y a la obviedad de su sentimentalismo.

3. En el sótano, de Ulrich Seidl: un puñado de honorables miembros de la Austria Más profunda le abren al misántripo cineasta –y él a nosotros— las puertas de sus plantas bajas: uno la usa para practicar su puntería con la pistola mientras canta ópera; otro la ha convertido en un mausoleo del nazismo, repleto de retratos de Hitler y pinturas wagnerianas, colecciones de cuchillos y maniquíes vestidos con el uniforme de las SS; y otro baja las escaleras para dejar que su Ama Dominatrix lo cuelgue del techo por el escroto. En suma, una película de lo más optimista: no importa lo jodida que sea nuestra vida. Demonios, podría ser mucho peor.

¿Qué has comido? Un par de tramezzini de prosciuto e funghi –un tramezzino es la mitad de un sándwich hecho con pan Bimbo, sin corteza)--; y Espaguetti a la Boloñesa, clásico entre los clásicos.

¿Con quién has hablado? Con Joshua Oppenheimer, director de The Look of Silence. Tipo muy listo. Comenta que durante el rodaje de la película temió literalmente que alguien iba a matarlo. Glups.

¿Qué esperas de la jornada de mañana? A Peter Bogdanovich, que llega a Venecia con la primera película que dirige desde 2001, que además es solo la segunda que rueda en 21 años. Protagonizada por Jennifer Aniston y Owen Wilson, She’s Funny That Way viene catalogada como una comedia lubitschiana. Considerando el historial de este hombre, sería muy bonito que la película resultara ser una maravilla. Pero eso no va a pasar.

Veneciómetro: Sin novedad en el frente: Birdman.