"Vaiana' está robándonos nuestra cultura"

Movimientos sociales en Hawai y otras islas del Pacífico Sur cargan contra la nueva película de Disney
"Vaiana' está robándonos nuestra cultura"
"Vaiana' está robándonos nuestra cultura"
"Vaiana' está robándonos nuestra cultura"

De entre las muchas controversias que alimentan los grandes estudios de Hollywood con cada nuevo estreno, la del racismo parece la más pujante. Si casos como las acusaciones de witewashing contra Ghost in the Shell han prendido la mecha, un trabajo Disney de animación podría desatar otro incendio: el de la apropiación cultural. Se trata, claro, de Vaianala epopeya náutica ambientada en el Pacífico Sur, que ya ha sufrido objeciones y que ahora experimenta un ataque numeroso y coordinado. Diversos movimientos sociales y expertos de la zona (especialmente en Hawai) arremeten contra el filme acusándolo de colonialista y de perpetuar estereotipos.

"Con toda su pirotecnia visual, su música y sus colores [Vaiana] perpetua la vieja historia de que el Pacífico sólo sirve para entretener", afirma (vía NBCNewsVince Diaz, profesor de Antropología originario de Guam. Pese a que el estudio organizó un comité de investigación para preparar el filme, señala Diaz, dicho comité trabajó con poca transparencia. Y, además, la tribu a la que pertenece la protagonista resulta un megamix de diversas culturas de la zona: las melodías de la música son de Fiji, sus percusiones, de Tahití, y los tatuajes de Maui (Dwayne Johnson), samoanos.

La cineasta hawaiana Anne Keala Kelly, otra de las voces críticas, remacha que la película está hecha a base de estereotipos ("Polinesia no es una raza: hay millones de habitantes en el Pacífico, y cientos de culturas") y, además, aprovecha para introducir un tema tan espinoso como el de las relaciones entre EE UU y la población nativa de Hawai, país que fue anexionado por la superpotencia en 1898 y que tuvo que esperar hasta 1959 para ser reconocido como estado de la Unión. La luminosidad de Vaiana, afirma Kelly, es una forma de barrer bajo la alfombra las reivindicaciones del nacionalismo hawaiano:  "En Hawai, el impacto de la ocupación estadounidense es algo que nadie quiere ver: es pobreza, enfermedades, diáspora, segregación, altas tasas de criminalidad y suicidios".

Así pues, aunque el codirector John Musker afirme que los responsables del filme pasaron tres semanas recorriendo el Pacífico Sur, es probable que los activistas de la zona sigan en pie de guerra. Al menos, hasta que reciban una compensación económica: Vince Diaz y otros antropólogos reconocen haber escrito a Disney exigiendo que el estudio hiciese donativos a ONG locales, y, por lo pronto, la casa de Mickey Mouse ya ha creado un fondo de becas para estudiantes de las islas por medio millón de dólares. Un fondo que Anne Keala Kelly califica de "limosna". "Ellos ganan miles de millones expoliando nuestras culturas", afirma.

"Esta narrativa es benevolente en apariencia, pero en realidad es una forma insidiosa de perpetuar el colonialismo", afirma Alisi Tulua, portavoz de una ONG. Se esté de acuerdo con ella o no, está claro que esta controversia es el síntoma de procesos inesperados y que pueden tener grandes consecuencias tanto en lo social como en lo económico. Sólo una pregunta, para terminar: ¿cuáles hubieran sido las reacciones si Disney hubiera rodado Aladdin en 2016? 

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