Universo de plastilina: Lo mejor de Aardman

Esta semana, '¡Piratas!' nos devuelve al estudio de animación más talentoso de Gran Bretaña, esta vez buscándole las cosquillas a la mismísima Reina Victoria. Exploramos la obra de los creadores de 'Wallace y Gromit'. Por YAGO GARCÍA
Universo de plastilina: Lo mejor de Aardman
Universo de plastilina: Lo mejor de Aardman
Universo de plastilina: Lo mejor de Aardman

Si te encuentras con un filme en el que un capitán pirata (con su barba, su loro su sombrero y su galeón) se bate en duelo con la Reina Victoria y con Charles Darwin, empiezas a tener tus dudas. Al ver que el mundo en el que se desarrolla la historia está lleno de inventos disparatados y de animales con mucha personalidad, esas dudas se van confirmando. Y, cuando compruebas que los protagonistas son figuras de plastilina animadas en stop motion (o sea, en claymation), está clarísimo: ¡Piratas!, que acaba de llegar a los cines, es una película de Aardman, el estudio de animación más talentoso y popular de Gran Bretaña.

Fundado hace 40 años (que se dice pronto) por David Sproxton y Peter Lord (codirector de ¡Piratas!), con el gran Nick Park como talento oficial de la casa, y con una fidelidad ejemplar a las marionetas en estos tiempos tan digitales, Aardman te sonará seguramente gracias a las aventuras de Wallace y Gromit, sus personajes de cabecera. Pero en la longeva trayectoria de esta factoría hay muchísimo más, y por eso les dedicamos este informe. Prepárate una tacita de té con pastas y unas rodajas de queso, porque aquí hay mucho que ver.

Sledgehammer (videoclip, 1986)

Antes de hacerse famosos con sus cortometrajes de animación, Peter Lord y David Sproxton hicieron su primera fortuna en el mundo de los videoclips. Sin ir más lejos, esta producción para el ex cantante de Genesis ha pasado a la historia como uno de los vídeos musicales más impactantes de los 80 gracias al trabajo del dúo, con momentos como el rostro hecho de verduras (nada que ver con la maldición de Wallace y Gromit, suponemos) o los pollos desplumados bailando claqué. En 1989, Sledgehammer ganó nueve premios MTV.

My Babe Just Cares For Me (videoclip, 1987)

Si ya tienes cierta edad, seguramente la primera vez que te fijaste en el trabajo de Aardman fue gracias a este vídeo para la canción de Nina Simone. Empleando a gran escala su mejor arma, la plastilina, rebosando swing y con un sentido del humor propio de los Looney Tunes, el equipo creó una pieza para niños y mayores que, al mismo tiempo, respetaba la atmósfera de club nocturno del tema. No es extraño que, con este empujoncito, My Babe Just Cares For Me se convirtiese en un éxito mundial.

Creature Comforts (1989)

Con un tono relajado que no oculta su humor negro, esta sucesión de entrevistas a los animales de un parque zoológico resulta un alegato punzante en pro del bienestar animal. O del humano, si consideramos que los actores de doblaje eran, en realidad, los internos de una residencia de ancianos y los residentes de una urbanización. Dirigido por Peter Lord, Creature Comforts fue la primera pieza de Aardman en ganar un Oscar, y su popularidad en el Reino Unido fue tan grande que acabó generando una serie televisiva en 2003 para Comedy Central.

Wallace & Gromit: Los pantalones equivocados (1993)

Más ingleses que el té de las cinco y que el pudding de Yorkshire (aunque ellos son de Lancashire), el inventor Wallace y su pacientísimo perro Gromit son los personajes más reconocibles de Aardman. Y también fueron los responsables de que el estudio británico se llevara su segundo Oscar a casa, gracias a esta aventura centrada en unos tecno-pantalones a control remoto, un diamante y un pingüino ladrón de guante blanco. Aún hoy, secuencias como la persecución en el tren eléctrico nos dejan con la boca abierta.

Wallace & Gromit: Un esquilado apurado (1995)

Sólo dos años después de Los pantalones equivocados, Wallace y Gromit ganaron su segundo Oscar al mejor corto de animación: esta vez, la pareja se esforzaba por salvar a un rebaño de ovejas secuestradas por un perro robótico. Un esquilado apurado acabaría teniendo un spin-off en forma de serie, titulado Shaun the Sheep y protagonizado por el cordero más espabilado de la granja, que dará lugar a una película próximamente.

Chicken Run: Evasión en la granja (2000)

El nuevo milenio no podía empezar mejor para Aardman: con dos estatuillas sobre la repisa, un contrato de distribución con Dreamworks, y el primer largometraje de la casa a punto de salir a la luz. Aunque no tan cubierta de premios como sus cortometrajes (no fue nominado al Oscar, pero sí al Globo de Oro y a los premios Annie), Chicken Run apostó por darle nuevos aires a la esencia british de la casa, con muchas referencias al cine de la II Guerra Mundial y con Mel Gibson (en la versión original) prestando su voz a un pollo tomatero.

Wallace & Gromit: La maldición de las verduras (2005)

Tras haber protagonizado la miniserie Cracking Contraptions en 2002, el perro y su inventor (¿o era al revés?) llevaban tres años de descanso. Les tocaba volver, pues, y lo hicieron por todo lo alto: protagonizando su primer filme largo, con un reparto vocal de lujo (siempre en inglés: Ralph Fiennes y Helena Bonham-Carter) y llevándose su tercer Oscar, esta vez en la categoría mayor. No nos extraña: además de rizar el rizo ofreciendo un remake rural e inglés de La mosca, sólo que con conejos, La maldición de las verduras hizo que la demanda del queso llamado 'Stinking Bishop' ('Obispo apestoso') se incrementara en un 500 por ciento.

Ratónpolis (2006)

Cuatro meses después de ganar el Oscar por La maldición de las verduras, los jefes de Aardman vieron como un incendio destruía el almacén donde guardaban todos sus modelos y diseños. Para colmo, las relaciones del estudio con Dreamworks se iban agriando cada vez más, presagiando la ruptura que tendría lugar en 2007. Tal vez por eso, esta película de ratones, alcantarillas, fútbol y joyas robadas resultó un patinazo: pese a contar con el mayor presupuesto de la historia de Aardman (164 millones de euros, ajustados a la inflación) y con un reparto de campanillas (Hugh Jackman, Kate Winslet, Ian McKellen, Andy Serkis y Jean Reno le prestaron sus voces en inglés), la película apenas cubrió costes.

Tras un fiasco (de taquilla) como Ratónpolis, no nos extraña que Peter Lord, Nick Park y su gente tardaran un lustro en volver a asomarse al formato largo. Con la distribución, esta vez, de Sony, y con Barry Cook, un veterano de Disney, respaldando en la dirección a Sarah Smith, el asalto de Arthur Christmas a la competitiva taquilla navideña no fue como para tirar cohetes, pero sí supuso un reencuentro con las mejores constantes del estudio. La ingeniería disparatada, los personajes con boca de buzón, las voces ilustres en versión original (Hugh Laurie, James McAvoy, el ex Monty Python Michael Palin y Eva Longoria, entre otros) convirtieron la historia del hijo torpe de Santa Claus en una delicia invernal, aunque no nos sorprendiera tanto como otras películas de la casa.

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