'Troya' marcó un antes y un después en la carrera de Brad Pitt

En la película de Wolfgang Petersen, la estrella de 'Érase una vez en Hollywood' encarnó a Aquiles, y la experiencia lo cambió para siempre.
‘Troya’.
‘Troya’.
CINEMANIA
‘Troya’.

Hoy en día Brad Pitt no solo es una de las mayores estrellas de Hollywood, sino que ha revalidado su condición de reclamo en el reparto de cualquier película consolidándose como actor aclamado. Sus dos últimos trabajos, Ad Astra Érase una vez en Hollywood, han recibido elogios unánimes e incluso un Oscar por su colaboración con Quentin Tarantino.

Por lo tanto, es un buen momento para echar la vista atrás y plantearse cómo el actor ha alcanzado un estatus tan dulce dentro de su trayectoria. Una extensa entrevista publicada el año pasado por el New York Times se ocupó precisamente de eso.

En ella, Pitt revelaba datos curiosos como que odia tremendamente la interpretación que hizo en 12 monos (un trabajo que le dio su primera nominación al Oscar), y también ha identificado el momento en el que su carrera dio un vuelco y entró en esa senda de enorme prestigio que culmina Ad Astra.

A mediados de la década pasada, Pitt se hizo con el control de la productora Plan B y a través de ella lanzó films como El árbol de la vida, 12 años de esclavitud o Moonlight, habiendo ganado el Oscar a mejor película los dos últimos.

Pero, ¿a qué obedeció este cambio de rumbo? Parece que a su aparición en Troya, dirigida por Wolfgang Petersen en 2004.

"Troya me hizo pensar 'a partir de ahora voy a seguir mi instinto'", recuerda el actor. "Tuve que hacer Troya, y supongo que puedo decirlo ya, porque había sido apartado de una producción y tenía que hacer algo para el estudio. Así que me colocaron en Troya. No fue doloroso, pero me di cuenta de que la película no estaba siendo desarrollada como a mí me gustaría. Y cometí mis propios errores en ella".

La película, que fue coprotagonizada por Orlando Bloom y Eric Bana, efectivamente no se llevó las mejores críticas a su estreno. "¿Qué quiero decir con esto? Que no podía largarme de esa película, y eso me estaba volviendo loco", prosigue Pitt.

"Trabajar con David Fincher me había cambiado. No quiero despreciar a Wolfgang Petersen; El submarino es una de las grandes películas de la historia. Pero Troya era un producto comercial. Cada plano era como '¡aquí está el héroe!', y no había misterio alguno", explica el actor.

Por entonces, Pitt ya había trabajado con grandes realizadores como Ridley y Tony Scott, Steven Soderbergh, Spike Jonze o el citado Fincher, pero la experiencia en Troya le hizo ser aún más selectivo con sus papeles. "En ese momento decidí que sólo iba a involucrarme en historias de calidad, a falta de una descripción mejor", concluye. "Fue lo que me condujo al resto de películas".

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