"Trabajar con Tom Cruise y Bryan Singer me hizo llorar"

Montador, músico, productor y director, John Ottman es una de las figuras más polifacéticas de Hollywood. Y también un habitual en la filmografía de Bryan Singer, con el que ha trabajado casi sin interrupción desde Sospechosos habituales (2005). Pero, ahora que la carrera de Singer va cuesta abajo debido a las acusaciones de abusos sexuales que pesan contra él, Ottman (nominado al Oscar por su trabajo en Bohemian Rhapsody) ha decidido ventilar cuentas pendientes. En concreto, acerca del rodaje de Valkiria (2008), filme en cuyo plató se dieron cita tres egos mayestáticos: el de Singer, el de Christopher McQuarrie (guionista del filme) y el de, en fin, Tom Cruise.

Según ha declarado Ottman a Deadline (vía The Playlist), Singer le dio cancha en la sala de montaje. Lo cual, lejos de suponer un respiro creativo, le puso en las manos del guionista, de la estrella y, a la postre, del propio director. "Tom llegaba, veía lo que había hecho y se pasaba una semana conmigo, sin apartar la vista de la sala de montaje, entonces Chris [McQuarrie] llegaba y veía lo que Tom había hecho", explica. "Entonces [McQuarrie] cambiaba un par de las cosas que había indicado Tom, y después, al cabo de un rato, llegaba Bryan para ver lo que habían hecho Tom y Chris y volvía a dejarlo todo como estaba antes".

John Ottman prosigue explicando que Cruise y McQuarrie no tardaban en volver a la sala de montaje, "y entonces se daban cuenta de que [Singer] había dejado las cosas como antes". La obligación de lidiar con esos tres talentos y sus afanes de meter cucharada acabó dejando al montador para el arrastre: "Recuerdo quedarme sentado y llorando. De verdad, lloraba porque no podía terminar mi trabajo porque todo llegó al extremo de que los cambios que yo estaba haciendo no suponían ninguna diferencia en ningún sentido". "Éramos como un barco sin timón navegando en círculos", remacha.

Asimismo, si bien no da detalles sobre el rodaje de Bohemian Rhapsody y la presunta mala conducta de Singer, Ottman sí deja clara una cosa: nunca volverá a trabajar con él.