Todos los easter eggs de 'X-Men: Apocalipsis'

Como saben todos los amantes de los cómics, el mundo de los mutantes es enrevesado como poco: con cinco décadas de publicación, más innumerables spin off y crossovers, cualquiera se atreve a explorar todos sus secretos. Pero si a eso le añades la aparición de un ente primigenio (y muy parecido a Oscar Isaac) que lleva haciéndole la cusqui a la humanidad desde el Egipto faraónico, entonces apaga los rayos ópticos y vámonos... o no. Aguerrido como siempre, el equipo de CINEMANÍA ha sorteado a los Cuatro Jinetes, a los Centinelas y a los sicarios del Club Fuego Infernal para realizar este trabajo sobre X-Men: Apocalipsis, la cuarta película mutante de Bryan Singer y la tercera en la serie de precuelas que comenzó con X-Men: Primera generación y prosiguió con X-Men: Días del futuro pasado. Después de este ímprobo esfuerzo, creemos habernos ganado de sobra la plaza en la Escuela Xavier de Jóvenes Talentos: ¿habrá convocatoria de becas este año?

Esto no es para nota, que digamos, pero estamos seguros de que más de un fan se emocionó cuando escuchó la música que acompaña al logo de Fox antes de la secuencia inicial. Se trata de un fragmento del tema compuesto por John Ottman para X-Men 2. Tema que, a su vez, era una variación del de Michael Kamen para la primera X-Men, el cual se inspiró muchísimo en la sintonía de la serie animada de los 90.

Desde su primera aparición, los esbirros de Apocalipsis se llevan todos los guiños que permiten su entidad bíblica y su historia en los cómics. Sin ir más lejos, aquellos que aparecen en el prólogo del filme tienen poderes similares a los de Fuego Solar, Autumn Rolfson y Polaris, personajes que (en los cómics) se han visto seducidos en un momento u otro por En Sabah Nur. Más adelante, cuando el villano encuentra a ese Ángel con las alas chamuscadas, la canción que suena de fondo es The Four Horsemen, aclamado tema de unos Metallica primerizos. Ya que estaba, Singer podría haber incluido a Raphael cantando Jinetes en el cielo...

¿Cuál es el vínculo, aparentemente imposible, entre los X-Men y Amanece que no es poco? Pues que William Faulkner (el escritor que tanto apasionaba a ese José Sazatornil con tricornio) fue el guionista de Tierra de faraones, cinta de 1955 dirigida por Howard Hawks a la que Singer reconoce como inspiración para ese prólogo egipcio (y piramidal) en el que vemos a Apocalipsis por primera vez.

Siguiendo el precedente de casi todas las películas de la saga, los créditos de X-Men: Apocalipsis nos llevan en un viaje vertiginoso por una espiral de información genética. Pero, en este caso, la película se deja de biologías, porque dicha espiral está formada por la historia de la humanidad, nada menos. O, más propiamente, por una sucesión de hechos históricos transcurridos desde los días del antiguo Egipto (cuando Apocalipsis se queda en conserva) hasta la década de 1980, cuando transcurre el filme.

Todos los lectores del cómic de X-Men lo saben: en las viñetas, Scott 'Cíclope' Summers (aquí, Tye Sheridan) es un señor extremadamente responsable, y serio hasta los mismos límites de lo rancio (no decimos de qué lado). Por el contrario, su hermano pequeño Alex 'Kaos' Summers (Lucas Till) es un gamberro que ejerce como oveja negra de la familia. En este filme, sin embargo, Bryan Singer decidió invertir las tornas: según ha revelado el director en entrevistas, el Kaos adulto no es sólo aquí el hermano mayor, sino que también ha acabado trabajando como un respetable ejecutivo en una empresa de Omaha. Por el contrario, Scott es un antisocial y un bandarra. Y un peligro para el jardín de la mansión Xavier, también.

Ni Bryan Singer, ni sus productores ni el guionista Simon Kinberg parecen tener en mucha estima X-Men Orígenes: Lobezno. De hecho, parecen empeñados en anular la historia de esa película cueste lo que cueste. Por ejemplo, ¿te has fijado en ese voluminoso mutante al que vemos caer derrotado en el ring mutante de Berlín? Pues es Fred J. Dukes, alias 'Mole', aquel ex mercenario con muchas arrobas de más interpretado por  Kevin Durand en el filme de 2008. Aunque no tenemos mucho tiempo para conocerla, parece que esta versión de Mole ha recuperado su uniforme de los tebeos.

¿Recuerdas a Rondador Nocturno? Seguro que sí: era el muti que casi apuñala al presidente de EE UU en X-Men 2 (2003), pero que al final resultaba ser un chaval de lo más majo y con pasado circense. No sabemos por qué Bryan Singer ha decidido recuperar a este acróbata que se teletransporta haciendo "¡bamf!", pero eso nos crea una pequeña duda: si aquí Kurt Wagner (su nombre real) anda en torno a la adolescencia, ¿significa eso que su versión de la anterior película rondaba ya los cuarenta tacos? Lo que sí está claro, pero clarísimo, que esta encarnación de Kurt no es hijo de Mística. A no ser que nos hayamos perdido algo...

La vida familiar de Michael Fassbender en X-Men: Apocalipsis es una versión condensada de la que aparece en los tebeos... y todo lo fiel que permiten los siempre fraccionados derechos de los personajes. Según las viñetas, el Amo del Magnetismo matrimonió con otra superviviente del Holocausto, llamada Magda, que murió trágicamente tras dar a luz a dos gemelos: Wanda (alias 'Bruja Escarlata') y Pietro (alias 'Mercurio'). Después, una cana al aire (y adúltera, además) dio como resultado a Polaris, antiheroína de pelo verde y arisco carácter, amén de esposa de Kaos. Aquí, Bryan Singer y Simon Kinberg han optado otra vez por invertir las cosas: en ausencia de Wanda (búscala en Capitán América: Civil War si te apetece verla), aquí Magneto tiene una hija legítima... y un hijo adulterino con la cara de Evan Peters y ganas de vivir la vida a todo correr. Algo que ya se nos insinuó en X-Men: Días del futuro pasado, por cierto.

Por conflictiva que sea, una amistad siempre será más sólida si hay gustos en común. Que se lo digan al profesor Xavier y a Magneto: según nos indican las películas de Bryan Singer (incluyendo X-Men, X-Men 2 y esta misma), el libro favorito del telépata calvo y de su magnético rival es Camelot, de Terence H. White. Publicado en inglés como The Once And Future King, se trata de una serie de novelas cortas que revisan la historia del Rey Arturo con un estilo presidido por el humor y el pesimismo. La primera parte de la obra fue adaptada al cine por Disney en 1963, con el título castellano de Merlín el encantador.

Para detectar la siguiente jugarreta de Singer y Kinberg hace falta un doctorado en mutantología, pero la cosa merece la pena. Porque, efectivamente, la historia de Tormenta en los cómics nos indica que la mutante que controla el clima pasó su adolescencia en las calles de El Cairo, trabajando como carterista. En cuanto al peinado mohicano que luce Alexandra Shipp en la película, se trata del estilismo que adoptaba la Tormenta de las viñetas tras una crisis existencial, cuando decidía dejar de ser una buena chica y vivir la vida loca. ¿Dónde está la gracia de esto último? Pues en que el cómic donde Ororo se hacía ese restyling apareció, precisamente, en 1983: el año en el que está ambientada esta película.

Quién lo iba a decir: uno de los mejores guiños de Apocalipsis viene dado por una referencia a Star Trek. El episodio que sale por la tele cuando Apocalipsis acompaña a Tormenta a su casa es Who Mourns For Adonais?, uno de los capítulos más aclamados del show, en el que Spock, Kirk y compañía se encuentran con nada menos que el dios griego Apolo. Al igual que el supervillano, la deidad exige adoración a los tripulantes del Enterprise, acabando todo como el rosario de la aurora. Este no es el único vínculo del filme con el mundo trekkie: Singer recurrió a George Takei (el intérprete del señor Sulu) para que leyera la voz en off de un falso documental sobre la leyenda del supervillano, que, en realidad, es un homenaje a In Search Of..., un programa sobre enigmas paranormales que tuvo de presentador a Leonard Nimoy.

La cara de susto que pone James McAvoy cuando Moira McTaggert (Rose Byrne) le dice que está casada y con un hijo no se debe a lo que todos estáis imaginando. Aunque el 'profe' tiene un vástago en los cómics (apodado Legión) que le ha dado más de un disgusto, aquí el guiño viene dado por el hijo de Moira, Proteus, un mutante y uno de los enemigos más feroces de los X-Men. Por suerte, parece que a la doctora le ha salido el niño más normal en esta versión. Al menos, que sepamos...

Aunque mucho más desagradable aquí que en los tebeos, Calibán (Tómas Lemarquis) está llevado al cine con bastante coherencia: aparecido también a comienzos de los 80, se trata de un mutante cuyo poder es, precisamente, identificar a otros mutantes. Normal que aquí aparezca como un traficante de información, ¿no? Por otra parte, señalemos que 'Cali' también ha formado parte, en alguna ocasión, de los Cuatro Jinetes.

Sabemos que ha pasado mucho tiempo, pero ¿recuerdas el comienzo de la primera película de X-Men? Exacto: aquella escena (impactante todavía hoy) en la que un Magneto adolescente casi arrancaba las verjas del campo de concentración nazi con sus recién despertados poderes. Al igual que en ese filme, y que en X-Men: Primera generación, Apocalipsis no se priva de recordar el Holocausto, con su villano animando al Amo del Magnetismo a que deje el horrible lugar (convertido en museo) hecho una escombrera.

Ahora mismo, estamos seguros de que a Brett Ratner le zumban un poco los oídos cada vez que una copia de X-Men: Apocalipsis se proyecta en algún cine del mundo. ¿Por qué decimos esto? Porque Bryan Singer no se ha privado de dedicarle un aguijonazo: cuando la chavalada mutante encabezada por Jean Grey (Sophie Turner) y Júbilo (Lana Condor) va al cine a ver El retorno del Jedi, acaba echando pestes de la película (o, al menos, discutiéndolo muy en serio) y rematando la discusión con una frase muy lapidaria... que, por supuesto, no tiene nada que ver con aquella X-Men 3: La decisión final dirigida por Ratner en 2006. Cómo íbamos a pensar nosotros eso, por favor.

En plena senectud, al bueno de Stan Lee no le hace falta apuntarse al Imserso para viajar gratis: con hacer un cameo en cada película basada en sus personajes, ya tiene garantizado que se pasará todo el año de plató en plató. En esta ocasión, además, el patriarca de Marvel viene acompañado: la señora que le acompaña en la escena de turno (cuando Apocalipsis hace despegar todos los misiles nucleares de la Tierra) es nada menos que Joan Lee, su esposa.

Hablando de cameos, la intervención en el filme de Hugh Jackman es interesante por varios motivos. El primero, porque transcurre en la base secreta del pérfido Stryker (Josh Helman) bajo el lago Alkali, un lugar que conocimos en X-Men 2. El segundo, porque viene a resumir la trama de Arma-X, un tebeo realizado por Barry Windsor-Smith en 1991, que narraba el origen del personaje de forma muy poco complaciente y muy gore (ay, si lo adaptaran al cine...). Y, el tercero, porque apunta a un posible nacimiento de ese amor que 'Lobi' siente por Jean Grey: según vemos aquí, la mutante pelirroja ayudó al garras aliviando parcialmente su amnesia. Oooh...

...Buenos son los dibujos animados. Viniendo como viene del Egipto faraónico, Apocalipsis debe de estar de acuerdo con esta reflexión, puesto que uno de sus monólogos de supervillano (ese que termina con "¡Construiremos un mundo mejor sobre las cenizas de este!") está tomado casi palabra por palabra de aquel que pronunciaba el personaje en un capítulo de la serie animada de X-Men. Exacto: hablamos de esos dibujos de los 90 que tanto nos gustan.

Considerado un icono de la saga durante décadas, el Pájaro Negro (el avión de los X-Men) aparece aquí en forma de prototipo. Una pena que acabe hecho pedazos, aunque después nuestros protagonistas se las apañen para robarle otro avión (de forma también muy similar a la de un pájaro) a su enemigo Stryker.

Tan grotesco como peligroso, el Rey Sombra es uno de los enemigos de los X-Men que más pesadillas debió provocar a los lectores juveniles y ochenteros del cómic. Y, aunque no aparece en esta película, X-Men: Apocalipsis sí que se inspira bastante en su primera aparición para una de sus escenas más importantes. Hablamos de ese combate psíquico que el profesor Xavier libra contra En Sabah Nur cuando este intenta poseerle en El Cairo.

Para los y las fans de los mutantes, las palabras "Fénix Oscura" son sinónimo de deleite y terror. Lo primero se debe a que el álter ego maligno de Jean Grey ha servido como eje a algunas de las historias mejor escritas del tebeo, y lo segundo a la nefasta manera con la que X-Men 3 trató de llevar dichos relatos al cine. A juzgar por lo que vemos aquí, Singer piensa cobrarse la revancha y darnos su propia versión del personaje: ¿has visto ese halo de fuego, con forma de pájaro, que rodea a Jean cuando esta libera todo su poder? Pues créenos si te decimos que, cuando a la chica le da por ahí, es el momento de mudarse a la galaxia de al lado.

Haz un sencillo test de asociación de ideas: dile a un lector veterano de los X-Men la palabra "Satán", y es muy probable que te responda "¡Rob Liefeld!". Este dibujante y guionista, que se hizo cargo de varias colecciones mutantes a principios de los 90, popularizó un estilo caracterizado por las musculaturas hercúleas (ellos), las curvas voluptuosas (ellos) y, sobre todo, unos uniformes llenos de correajes, bandanas, cinturones, hombreras y muchos, muchísimos bolsillos. Así pues, sospechamos que esa aparición final de los protagonistas en la Sala de Peligro de la mansión Xavier, ataviados con ropa cien por cien liefeldiana (especialmente Cíclope) debe de haber puesto al borde del ictus a más de un pureta. Pero, oye, si la próxima película estará ambientada en esa década, es lo que toca. Se siente.

La escena post créditos de esta película es de las que dejan a los legos con el gesto torcido: si los X-Men correrán al menos una aventura más, ¿a santo de qué vienen esos tipos recogiendo muestras de la sangre de Lobezno en el lago Alkali? Para descifrarlo, basta con fijarse en ese letrero donde se lee "Essex Industries": se trata de una referencia a Nathaniel Essex, alias "Mister Siniestro", genetista chalado y supervillano a tiempo completo, sobre cuya presencia en Lobezno 3 se ha especulado mucho. ¿Será él el personaje de Richard E. Grant en la futura película? Nosotros apostamos a que sí.