Igual que hizo James Cameron hace cuatro años, finalmente Kate Winslet también ha reconocido lo evidente: no había ninguna necesidad de que Jack (Leonardo DiCaprio) se sacrificara al final de Titanic, pues cabía perfectamente con Rose (Winslet) en la tabla a la que acabaron agarrados tras el naufragio.
Una queja repetida por millones de espectadores desde 1997, sobre todo muchos enfadados con la actitud egoísta y consentida de Rose (¡hey, rasgo del personaje!) al permitir que el amor de su vida acabara helándose los huesos en el fondo del Atlántico. ¿No podrían habérselas ingeniado un poco para subirse los dos encima de la tabla? He aquí unas sugerencias:
"Creo que, de hecho, [Jack] habría cabido en ese pedazo de puerta", ha declarado Winslet durante su última intervención en el show de Jimmy Kimmel, donde también habló de lo emocionante que era estar compartiendo esta temporada de premios con DiCaprio, quien fue su pareja protagonista en Titanic y años después en Revolutionary Road.
Después de su reencuentro en los Globos de Oro, tendrán ocasión de pedirlo en la noche de los Oscar, a donde Winslet acude nominada como mejor actriz de reparto por Steve Jobs y DiCaprio como mejor actor protagonista por El renacido.
De todas formas, por muy buenas palabras que se digan ahora, recordemos la teoría completa de James Cameron: no se trata de espacio sobre la tabla, sino de peso y flotabilidad de la estructura. "Jack sube a Rose en la tabla y luego se sube él; no es idiota, no quiere morir, pero entonces la tabla se hunde. Ahí es cuando queda claro que sólo puede flotar con una persona, y Jack decide que sea ella", ha mantenido siempre el Arquímedes del blockbuster hollywoodiense.
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