TIFF 2014: Día 8: Vamos, que nos vamos

En un extremo, 'The Imitation Game' o la fórmula Weinstein para ir a por el Oscar. En el otro, Abel Ferrara, Willem Dafoe y su 'Pasolini'.
TIFF 2014: Día 8: Vamos, que nos vamos
TIFF 2014: Día 8: Vamos, que nos vamos
TIFF 2014: Día 8: Vamos, que nos vamos

¿De qué se habla hoy en Toronto? Como preveíamos ayer, los periodistas abandonan el TIFF en manada ya. Hoy, a la hora de los bocadillos gratis en la sala de prensa, apenas se contaban una docena de bocas hambrientas. Esa es la prueba irrefutable de que el Festival va llegando a su fin y de que pocos se quedarán hasta el domingo para escuchar el palmarés mientras disfrutan del brunch tradicional de clausura. Entonces, ¿de qué se habla? De lo que se ha venido hablando todo el Festival, pocas películas sobre salientes y, de hecho, alguna muy mala. Hoy, por desgracia, una de las comidillas era lo mala que (dicen que) es The Cobbler, la última película de Thomas McCarthy (quien hizo las maravillosas The Visitor y Win Win), protagonizada por Adam Sandler. Y dicen que no es culpa de Adam Sandler. Es probable que McCarthy y el actor hayan intentado llegar a un punto medio que no funciona.

¿Qué hemos visto? The Imitation Game. Otra recuperación de última hora. El discurso del Rey de este año podría ser. Un nuevo intento de los Weinstein por adelantar posiciones en los Oscar, apoyándose sobre todo en la interpretación de Benedict Cumberbatch, como Alan Turing, y en el mensaje final de denuncia a la persecución de los gays en la historia a través de la trágica muerte que tuvo el genio matemático, quien  salvó 14 millones de vida durante la II Guerra Mundial descifrando enigma, el código de los alemanes, y cuyos estudios pioneros son el origen de la informática. Correcta, pero con problemas para decidirse si es una película bélica, otra mente maravillosa o una denuncia. Porque va pasando de un estado a otro, en vez de abrazar todos a la vez. Bueno, y luego está Desplat. Tenemos que empezar a hablar de Desplat y su sobrexposición.

The Equalizer. Sólo la mitad, lo admito, porque salí de los pelos a una entrevista y, justo en ese momento, después de media hora muy aburrida, empezaba la acción. Denzel Washington sacaba a la bestia y empezaba a repartir palos entre rusos. Aparte de eso, la increíblemente sobrevalorada Chloë Grace Moretz de prostituta rusa, un vago intento de Jodie Foster en Taxi Driver.

Pasolini. El retrato del director, escritor y poeta italiano que ha firmado Ferrara, con Willem Dafoe, que no necesita hablar italiano para meterse en la piel del genio. Recorren las horas antes de la muerte sin esclarecer de Pasolini y, sobre todo, homenajean su arte, desde el cine a la literatura, su comprensión del mundo y de la vida. "Todos estamos en peligro", dice, porque lo sabía y sentía más cerca que nadie.

¿Qué te has perdido (y habrá que recuperar)? Hoy no había ningún estreno interesante, así que para saber todo lo que me he perdido hay que echar la vista a los siete días anteriores. Por supuesto, ya es todo irrecuperable, al menos en Toronto. La semana que viene en el Festival de Nueva York ya habrá tiempo.

¿Con quién has hablado? Con Bérénice Bejo por The Search, la película del director (y su marido), Michel Hazanavicius, que presentaron en Cannes y, ante las malísimas críticas, a Toronto han traído un nuevo corte. Con esos antecedentes se notaba, claramente, la necesidad de la actriz de defender con muchas ganas esta historia de la guerra de Chechenia, la necesidad de abordar este tema, de comprometerse políticamente con tu arte, si así lo sientes, y de dejar claro, que esto no es The Artist, que tenían que alejarse un poco de aquel éxito.

Con Patricia Clarkson. Un lujo, por su dedicación absoluta en la entrevista, mandando callar a las publicistas cotillas en el pasillo y alargando el tiempo lo que hiciera falta. Hablamos de Learning to Drive, un guión que ella mismo dio a Isabel Coixet hace ocho años, cuando rodaron Elegy. Ocho años que ha estado peleando porque la película siguiera adelante. Al preguntarle por la directora y su compañero de reparto en aquella y ésta, Sir Ben Kingsley, se le han saltado las lágrimas. Y luego se ha reído recordando las escenas de sexo tántrico y lo poco que le gusta conducir.

Con Thomas McCarthy, de Adam Sandler, de las malas críticas que ha recibido The Cobbler en Toronto y de su deportividad para encajarlas. Según él, ya llegarán mejores. Y mientras él puede seguir haciendo cine: en tres semanas empieza el rodaje de Spotlight, con Mark Ruffalo.

¿Qué has comido? Un desayuno de campeonas: huevos revueltos, bacon y fruta. Con lo que he podido aguantar hasta el primer rato de más de media hora sentada: el pase de Pasolini a las 4.30 de la tarde. Sólo quedaba una opción: palomitas. Lo de comer poutine en el cine se lo dejaremos a los canadienses, sólo ellos defienden ese 'plato' creado por algún chef de resaca.

¿Qué esperas de la jornada de mañana? Despedida y cierre. Mañana acaban los pases de prensa. Todavía alcanzaré a recuperar A Second Chance, última película de Susanne Bier, que luego irá a San Sebastián; y a hacer algunas entrevistas: hablaremos de pelucas con John Travolta y de amor con el Capitán América, Chris Evans. Y, por último, con el buen taxista o conductor de metro que me lleve hasta el aeropuerto.

Día 1: El juicio a Robert Downey Jr.

Día 2: Happy Bill Murra Day!

Día 3: Paraíso electrónico

Día 4: Llegaron los ‘hipsters’ y los zombies

Día 5: ¿Buenas vibraciones?

Día 6: Un ecuador sin brillo

Día 7: Silencio en la sala

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