“¡Te juro que es verdad!”: Las teorías más absurdas sobre películas clásicas

Es un topicazo, pero tiene mucho de verdad: sólo la mitad de una película transcurre en una pantalla. El resto del filme, la hilazón de su argumento y de sus personajes, tiene lugar en la cabeza de quienes lo ven. Y, muchas veces, la proporción que corresponde al espectador es aún mayor. De ahí que David Lynch, Darren Aronofsky y Lars Von Trier tengan tantos espectadores... Y que haya habido cinéfilos capaces de cocinar teorías de lo más peregrinas sobre sus cintas favoritas.

CINEMANÍA te ofrece a continuación una selección de las más apabullantes, recomendando un sano escepticismo al lector: si te da por seguirlas al pie de la letra, es posible que tu chaveta corra peligro. Y es que algunas de estas lecturas paralelas, avisamos, dejan a las teorías conspirativas sobre El resplandor a la altura del betún.

La teoría Con vete tú a saber qué ocultas intenciones, el grupo de David Gilmour y Roger Waters concibió su disco The Dark Side of the Moon (durante muchos años, el álbum más vendido de la historia) para que se sincronizara al dedillo con la película de Victor Fleming. Si quieres hacer la prueba, baja el volumen de la tele, pon tu copia del filme en el reproductor, espera a que el león de la Metro-Goldwyn-Meyer ruja por tercera vez, y dale al play del disco. Verás cómo las canciones del long play guardan inquietantes correspondencias con las imágenes: sin ir más lejos, el sonido de un corazón latiendo que cierra la última canción suena justo en el momento en el que Judy Garland arrima la oreja al pecho del Hombre de Hojalata.

¿La realidad? Alan Parsons, que trabajó como ingeniero en el disco, afirmó en 2003 que todo es una leyenda urbana, y que la banda (demasiado ocupada en aguantar las paranoias de Roger Waters) ni se lo planteó durante la grabación. Aun así, los floydianos más acérrimos piensan que el grupo preparó esta coincidencia como homenaje a su miembro fundador Syd Barrett.

La teoría Como todos sabemos, poder cambiar de identidad en todo momento es un requisito para todo espía que se precie, pero en el caso de nuestro agente con licencia para matar favorito la cosa funciona justo al revés. Según este rumor, el nombre ‘James Bond’ es un seudónimo empleado por los agentes del MI6 que usan el número 007. Así se explica, por ejemplo, que el hombre al servicio de Su Majestad haya pasado de ser un macarra con estilo (Sean Connery) a un señor maduro de cuestionable sentido del humor (Roger Moore), y de ahí a un perfecto gentleman (Pierce Brosnan) y a un mazas con los modales de un rinoceronte (Daniel Craig).

¿La realidad? Se trata de una leyenda fomentada por los cambios de protagonismo en la saga. Según nos recuerda el sitio de fans Commander Bond, Georges Lazenby reconocía gadgets empleados en otras películas cuando recorría el laboratorio de Q en Al servicio secreto de Su Majestad, y algunos personajes como el agente de la CIA Felix Leiter pasaron de una película a otra, y de un actor a otro, sin grandes modificaciones.

La teoría Cuando Tom Hanks se reencuentra con Robin Wright tras muchos años sin verla, descubre que ella padece una enfermedad incurable (culpa, sin duda, de sus años de excesos) y que tiene un crío concebido en la única noche que pasaron juntos. Qué romántico, ¿verdad? Pues, según esta teoría, ni por asomo: el niño no es de Forrest, sino de uno de los múltiples novios de Jenny, y la muy fresca quiere endosárselo al millonario disminuido psíquico.

¿La realidad? Como aquí entramos en la especulación pura y dura, sólo podemos decir que hay mucha gente malpensada. Señalemos, eso sí, que en la novela original de Winston Groom, el devenir del personaje es justo el opuesto: cuando Forrest y Jenny vuelven a verse las caras, ella es una respetable ama de casa, y se esfuerza en ocultar la verdad para evitarse follones con su marido.

La teoría Si has visto ambas películas, seguro que ya te estás imaginando la respuesta a la cuestión de arriba: Ferris Bueller (Matthew Broderick) no existe, y es sólo un álter ego de su amigo Cameron (Alan Ruck). Empleando la doble personalidad de Ferris cual si de un Tyler Durden se tratara, el apocado Cameron puede liarse con Mia Sara, hacer novillos y arrojar coches deportivos a un lago sin que sus complejos anden de por medio.

¿La realidad? Pese a sus chistes, a sus locuras y a la canción de Yello, Todo en un día es un filme bastante melancólico, y en él la frustración de Cameron está muy presente. Pese a ello, nos tememos que la explicación es mucho más sencilla: John Hughes reconocía que Cameron está basado en él mismo, y que Ferris es un retrato del más liante de sus amigos del insti.

La teoría Tras armar tremenda balacera en el cubil donde Jodie Foster ejerce la prositución, el taxista psicópata Robert De Niro no sólo se libra de acabar entre rejas, sino que también es aclamado como un héroe. ¿O no? Los defensores de esta interpretación afirman que, en realidad, el personaje no sobrevive al tiroteo final, y que los últimos minutos del filme son un delirio que le asalta mientras agoniza. Ahora entendemos por qué Cibyll Shepherd vuelve a ponerle ojitos tras el incidente en el cine porno…

¿La realidad? Dado que Travis está como una regadera, y que tanto Paul Schader (guionista) como Martin Scorsese no le andan a la zaga, esta es la teoría más plausible de todas las expuestas en este informe. Scorsese, no obstante, ha afirmado que su intención al rodar el final era hacerlo lo más desconcertante posible, así que es mejor hablar de una conclusión abierta.

La teoría ¿Por qué este mafioso de Los Ángeles (que, como nos recuerda amablemente Samuel L. Jackson, no tiene pinta de zorra) manda a sus matones de cabecera a recuperar un maletín misterioso cuyo contenido nunca vemos? Pues, según los defensores de este rumor, porque su alma está dentro del maletín. Quienes defienden esta suposición nos remiten a la tirita que Marsellus lleva en la nuca: según ellos, una tradición china (de la que, confesamos, no hemos encontrado constancia en otras fuentes) sostiene que el espíritu puede ser arrancado del cuerpo a través de la base del cráneo.

¿La realidad? El propio Tarantino ha reconocido no tener ni idea de qué contiene el maletín de las narices. Lo que sí afirma es que, en su primer borrador del guión, en el interior se hallaban los diamantes que roban los protagonistas de Reservoir Dogs. Perverso como siempre, Quentin prefirió eliminar este elemento para que así cada espectador formulase su teoría.

La teoría Una chica de clase alta sin fortuna seduce a un hombre rico para quedarse con su dinero. Después, en el barco que les lleva a ambos al lugar de su próxima boda, conoce a un yogurín de clase obrera con el cual corre una juerga épica, y al que manipula como quiere. La jugada le sale tan bien que, cuando el barco naufraga, el pobre pardillo se sacrifica voluntariamente para que ella siga perpetrando maldades. Y, después de leer lo anterior, seguro que el timbre moral de Rose DeWitt Butaker (y la inteligencia de Jack Dawson) te resultan menos evidentes…

¿La realidad? Por una vez, ofrecemos una respuesta contundente: James Cameron escribió su epopeya como un melodrama, y el melodrama no se caracteriza por sus ambigüedades morales, así que Kate es buena, y punto. No os metáis con ella en nuestra presencia, que nos conocemos…

La teoría Tras el subidón inicial de Matrix, los hermanos Wachowski nos bajaron los humos mostrándonos la ciudad humana de Sión en Matrix Reloaded. Y muchos nos preguntamos por qué los humanos libres del yugo de las máquinas mataban el rato bailando de esa forma tan fea. Pero el despiporre llegó con Matrix Reloaded, cuando vimos a Keanu Reeves usando sus poderes de elegido en el mundo físico. ¿No habíamos quedado en que dichas habilidades (reventar robots malos con el pensamiento, por ejemplo) se debían a la naturaleza artificial de Matrix? Pues esta teoría nos ofrece una respuesta: el presunto mundo real también es una ficción creada por las máquinas.

¿La realidad? Pese a las incoherencias anteriores, nos tememos que los Wachowski iban totalmente en serio, y que el final de la trilogía les salió del alma, con incoherencias y todo. Se siente.

La teoría El motivo de que el sabio amigo de Marty McFly negociara con terroristas libios a fin de adquirir combustible para el De Lorean no era sólo su falta de sentido común. Algunos fans de la saga sostienen que Doc desea morir de forma espectacular: eso explicaría, no sólo su tendencia a negociar con elementos poco recomendables, sino también su decisión de subirse a la máquina del tiempo sin haberla probado antes, y sus alardes de valentía en Regreso al futuro III.

¿La realidad? Como sabemos aquellos que disfrutamos con las aventuras de Marty y Doc, este científico se caracteriza por un optimismo incorregible, y eso parece poco suicida. Por otra parte, esta teoría arroja luces interesantes sobre el diseño del Condensador de Fluzo.

La teoría Tratándose de esta revista, tenía que salir algún contubernio relacionado con la saga galáctica, ¿verdad? Pues allá vamos: si tanto el droide astromecánico más insolente como el wookie de los rugidos aparecen en las precuelas de Star Wars, y por tanto están al cabo de la calle de cómo se formó el Imperio Galáctico, ¿por qué no hacen uso de ese conocimiento para ayudar a la Rebelión? Pues, básicamente, porque ambos son espías que trabajan para el maestro Yoda, y deben actuar con cautela para que sus planes de restauración de la Orden Jedi no se vayan al traste.

¿La realidad? Muy bonito todo, desde luego, pero nos tememos que esto sólo responde a un intento desesperado de algunos warries para tapar esos agujeros de guión tan característicos de George Lucas. Recordemos que, pese a las insistencias de ‘Tío George’, el argumento de Star Wars se ha ido escribiendo sobre la marcha.