Por si hubiera dudas sobre la opinión que un maorí judío puede tener sobre el tema, Taika Waititi dejó clara su postura sobre el nazismo (y el fanatismo en general) en su Jojo Rabbit. Y la cosa le salió bien, porque esta sátira en la que interpreta a un Hitler imaginario y grotesco le deparó el Oscar a mejor guion adaptado, más otras cinco nominaciones para el filme.
Tras recoger su estatuilla, ya en la sala de ganadores, Waititi expresó su disgusto con el estado actual de la cosa ultra, especialmente en EE UU. "Hicimos la película como respuesta al resurgir de la intolerancia y los discursos de odio", explicó el cineasta neozelandés (vía io9).
"Y ahí está la gracia: al final [de la II Guerra Mundial] había una norma muy clara según la cual, si eras un nazi, ibas a la cárcel", prosigue Waititi. "Pero ahora esa norma ha cambiado un poco. Si eres un nazi, siéntete libre de hacer una manifestación en la plaza del pueblo. Y puedes traerte a tus colegas".
Las palabras de Waititi aluden al resurgir de la extrema derecha en EE UU, como actos multitudinarios como la manifestación que tuvo lugar en Charlottesville (Virginia) en 2017, en medio de una fuerte polémica sobre la retirada de monumentos de líderes de la Confederación. El acto, denominado 'Unite the Right', llevó a la proclamación del estado de emergencia en la ciudad, y dejó una víctima mortal: la activista de izquierdas Heather Heyer.
Protagonizada por Waititi, Scarlett Johansson y Sam Rockwell, entre otros, Jojo Rabbit muestra los efectos del adoctrinamiento nazi en un niño que crece en la Alemania de la II Guerra Mundial. El protagonista sufre una crisis de identidad cuando descubre que su madre oculta a una adolescente judía en su casa, mientras la guerra se recrudece.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios