Así se negó Studio Ghibli a recortar 'La princesa Mononoke' a pesar de las amenazas de Weinstein

Las memorias recientes del exejecutivo de Gihbli, Steve Alpert, revelan nuevos detalles sobre la presión del productor hacia Miyazaki.
Así se negó Studio Ghibli a recortar 'La princesa Mononoke' a pesar de las amenazas de Weinstein
Así se negó Studio Ghibli a recortar 'La princesa Mononoke' a pesar de las amenazas de Weinstein
Así se negó Studio Ghibli a recortar 'La princesa Mononoke' a pesar de las amenazas de Weinstein

Durante décadas, Studio Ghibli se ha caracterizado por impartir un cine de animación repleto de valores para jóvenes y adultos, que con el paso de los años toma más fuerza. Después de más de una veintena de títulos en su haber, el estudio tiene poco que demostrar. Aunque no siempre fue así, y es que para el lanzamiento de sus películas en el mercado estadounidense fue importante la presencia de figuras intocables en ese momento como Harvey Weinstein. Sin embargo, la fuerte presencia de Hayao Miyazaki siempre estuvo ahí y fue responsable de que películas como La princesa Mononoke no sufrieran cambios pese a las amenazas del productor y depredador sexual.

Aunque no es la primera vez que se había oído hablar sobre la presión de Weinstein hacia Ghibli, la historia es contada ahora por un exejecutivo del estudio, Steve Alpert, en su nuevo libro Sharing a House with the Never-Ending Man: 15 years at Studio Gihbli (Compartiendo una cosa con el hombre interminable: 15 años en Studio Gihbli). En su biografía Alpert habla sobre cómo Weinstein se volvió loco cuando exigió a Miyazaki que recortara Mononoke de 135 minutos a 90, algo a lo que el cineasta japonés se negó en rotundo. Esto hizo que el productor amenazara a Alpert: "¡Si no logras que [Miyazaki] corte esta película de mierda, nunca volverás a trabajar en esta industria! ¿Me entiendes? ¡Nunca!".

No queda ahí la cosa, y es que hasta el productor de Miyazaki le envío una espada de samurái a Weinstein, conocido por hacer cortes en las películas sin permiso de sus directores. Un objeto que enviaba junto al mensaje: "Sin cortes". Finalmente, Miramax (filial de Disney) produciría la película sin cambio alguno pese a la ira del productor. Miyazaki se quedó con la palabra final sobre el montaje final tras el acuerdo entre Disney y Ghibli, por lo que Weinstein no pudo hacer nada al respecto.

Miyazaki confesaba ya en 2010 en una entrevista para The Guardian que Weinstein lo "bombardeó" con "ataques agresivos" para llevar a cabo este corte. Sin embargo, el nipón conseguía lo que buscaba: "Lo derroté". El libro de Alpert confirma su historia y recoge además los ataques, desconocidos hasta el momento, hacia otros ejecutivos de Ghibli. El único cambio que recibiría una película de Miyazaki en EE UU sería en Kiki, la aprendiz de bruja, donde Disney añadió música y efectos de sonido, lo cual cabreó mucho a Miyazaki. Nadie volvería a atreverse jamás.

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