'Spanish Toy Story'

¿Qué lugar tendrían nuestros juguetes más clásicos en las aventuras de Buzz y Woody? Descubrelo en este especial de Pixar a la española.
'Spanish Toy Story'
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'Spanish Toy Story'

El futbolín

Nuestro juguete más internacional tiene un origen trágico: fue creado por el poeta gallego Alejandro Finisterre en Valencia en 1937 (cuando la ciudad era sede provisional del gobierno de la República), para proporcionar una distracción a los niños heridos durante la Guerra Civil. Finisterre siguió perfeccionando su invento durante su posterior exilio en Guatemala, pero un golpe de estado en dicho país (1956) le impidió registrarlo. El inventor murió en 2007 sin ver reconocidos sus derechos sobre la patente.

Papel en la película: Sus problemas de mobilidad (siempre en un férreo 2-5-3 por culpa del travesaño) impiden a los jugadores de futbolín tener un papel importante, pero dan lugar a una épica subtrama: tras un partido particularmente violento, el equipo naranja es derrotado por el equipo rojo, cuyo guardameta se funde en un beso épico con la Barbie Reportera.

Madelman y Geyperman

Las figuras de acción españolas por antonomasia son un buen ejemplo de un conflicto clásico: versatilidad versus tamaño. Creados en 1968 e inspirados en la línea G. I. Joe, los Madelman (que, recordemos, "lo pueden todo") poseen un práctico tamaño de 17 cm. y una enorme cantidad de variedades (del buzo al astronauta, pasando por el explorador ártico).  Los Geyperman, por su parte, llegaron más tarde (1976) con un formato más grande y una orientación mucho más orientada a lo militar: además de encontrar entre ellos modelos tales como un policía nacional (con el predemocrático uniforme verde) y un viril soldado de la Legión, sus accesorios les aportaban apoyo motorizado en forma de jeeps, helicópteros e incluso un tanque.

Papel en la película: Llegados al cuarto de Andy por un error de mensajería, un grupo de Madelman y otro de Geyperman se enzarzan en una guerra fratricida pese a los esfuerzos de Buzz y Woody por impedirlo. El conflicto es detenido manu militari por los soldaditos verdes, en un golpe de mano llamado “Operación Libertad Juguetera”.

Las muñecas de Famosa

La empresa Fábricas Agrupadas de Muñecas de Onil, S. A. lleva desde 1957 produciendo estas coquetas figuras que, como sabemos, se dirigen al portal todos los años. Junto a las diminutas Barriguitas, la estrella indiscutible de la línea es Nancy, muñeca de considerable tamaño aparecida en 1968 cuya evolución nos lleva de una pequeña rechoncha, con resabios aún de la Mariquita Pérez de la posguerra, a una jovencita fashion de cabeza enorme con unas cuantas decenas de kilos menos.

Papel en la película: Cual si de una invasión zombie se tratara, las muñecas de la hermanita de Andy se dirigen, pasito a pasito, al cuarto de éste para hacerle llegar su cariño y su amistad. Todo va bien… Hasta que la Nancy vaquera y Jessie se encuentran cara a cara. Suena la música de El bueno, el feo y el malo…

Pin y Pon

Creados por la empresa Famosa en 1970, Pin y Pon (“Así son, pequeñitos”) comparten una muy deseada casita de ensueño, habiendo evolucionado de un aspecto casi medieval (el diseño de los primeros modelos recordaba a dos duendecillos) a una apariencia que diríase inspirada en el manga japonés. Nosotros nos quedamos con su apariencia más ochentera, en la que la simplicidad de los diseños, sus colores vivos y sus flequillos les daba la apariencia de dos indie kids dispuestos a irse de fiesta al madrileño club Ocho y Medio.

Papel en la película: Pese a compartir domicilio con Pin, que le considera un buen amigo, el pobre Pon languidece en una historia de amor imposible muy posmoderna, ambientada con música de The Smiths. La aparición de una sabia muñeca Güendolina (1958) proporciona la solución al conflicto: ambos son hermanos. Pin decide tirarle los tejos al aventurero espacial Buzz Lightyear, mientras que Pon muestra desde entonces una preocupante manía por mover objetos con la mente y convertirse en algo llamado “Caballero Jedi”.

Tente

La respuesta española al mítico Lego, este juego de construcción se caracterizó siempre por su sofisticación: el orificio central presente en cada pieza permitía un número mucho mayor de combinaciones, que llevó a diseños tan llamativos como los Roblock, robots articulados de diseño inspirado en los Transformers. Su accidentada historia (demanda de Lego incluida) terminó en 2007 con el cierre de la empresa. Actualmente no se fabrica.

Papel en la película: Despechado por pertenecer a una linea descatalogada, el juego de Tente del cuarto de Andy cobra conciencia de sí mismo y comienza a expandirse en formas surrealistas que darían vértigo al Leo DiCaprio de Origen. Antes de que la cosa termine en un Matrix juguetero, Buzz Lightyear consigue desactivar a la pérfida inteligencia artificial, que se desmorona tarareando una cancioncilla country.

Chinitos de la suerte

No se sabe de dónde salieron ni cuál era su propósito, pero estos diminutos amuletos de aspecto oriental llenaron, a mediados de los 90, las incipientes tiendas de Todo a Cien, así como las muñecas y los cuellos de los chicos y chicas más a la última. Su altura mítica llega a tales extremos que, hoy en día, webs como esta permiten crearlos y customizarlos a medida.

Papel en la película: Su pequeño tamaño y tendencia a aparecer en grandes multitudes nos han desvelado la verdad: los chinitos son los parientes, desaparecidos hace mucho tiempo, de los marcianitos verdes. El reencuentro es emotivo, pero da lugar a una seria disputa teológica: entregados al culto de El Gancho, los pequeños aliens no entienden por qué sus parientes insisten en adorar a “La Pulseeeeera”.

Buzz Lightyear

¿Qué tiene que ver con España el astronauta más zumbao del cuarto de Andy? Muy sencillo: como juguete cosmopolita que es, Buzz puede ser configurado para hablar en varios idiomas, lo que se pone de manifiesto cuando sus compañeros se ven obligados a reiniciar su sistema. El resultado es un comando espacial que se mueve como Antonio Banderas en La máscara del Zorro, y cuya voz (en la versión doblada) recuerda mucho a la de Diego el Cigala.

Papel en la película: Lo sentimos, chicos, pero tendréis que ver Toy Story 3 para saberlo...

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