[SITGES 2018] Halloween, un rutinario regreso a Haddonfield

David Gordon Green se alía con Jason Blum para devolvernos a Michael Myers en una continuación del clásico de Carpenter que cumple con lo mínimo pero no se atreve a aportar nada
[SITGES 2018] Halloween, un rutinario regreso a Haddonfield
[SITGES 2018] Halloween, un rutinario regreso a Haddonfield
[SITGES 2018] Halloween, un rutinario regreso a Haddonfield

En 2008, David Gordon Green anunció públicamente su intención de hacer un remake Suspiria de Dario Argento. Cinco años después, anunció la cancelación del proyecto, pero eso no impidió que esa reimaginación del clásico italiano viese la luz. Lo ha hecho este mismo año, dirigido por Luca Guadagnino (Call Me By Your Name) y fue el film de inauguración del Festival de Sitges, que ya cierra sus puertas. La casualidad ha querido que en la misma edición del certamen catalán se haya producido también el estreno en España de Halloween, film con el que Gordon Green -bajo la producción de Blumhouse- nos devuelve a las calles de Haddonfield en una continuación del clásico de John Carpenter estrenado en 1978.

[SITGES 2018] Halloween, un rutinario regreso a Haddonfield

Ante la perspectiva de recuperar al icónico Michael Myers había varias opciones, pero por la que ha optado Green es la más cómoda y poco arriesgada: una secuela que omite a todas las que ha habido previamente, ambientada 40 años más tarde, con Laurie Strode convertida en abuela paranoica por el trauma que sufrió en el pasado y toda una saga familiar que se convertirá en el objetivo final del asesino enmascarado. Por desgracia, esta 'nueva' Halloween navega entre la reverencia y la simple rutina, sin añadir nada al imaginario de la franquicia ni abrir nuevos caminos.

Su problema no viene tanto de la realización, eficaz por parte de Green y con algunos momentos verdaderamente atmosféricos, sino de su guión. Se intenta dar un trasfondo a los personajes que todos conocemos pero no se logra más allá de seguir ampliando los arquetipos del género, no hay nadie con verdadera tridimensionalidad y aunque en un slasher no es el punto más importante, cuando un film como el presente intenta tener cierto empaque y aportar algo a la psique de sus personajes, debería trabajarse con bases más sólidas. Sólo hay pequeñas pinceladas que lleven al que parecía ser el objetivo de Green y son tan intermitentes que no acaban de ser suficiente.

Cuando la película se eleva es cuando Myers avanza hacia sus objetivos con la superlativa música de Carpenter de fondo. Ahí sabes que nada puede fallar y efectivamente no lo hace. Cuando el corazón de la película está en el lugar adecuado y trabaja con su icono, ampliando su leyenda, añadiendo capas al historial sanguinoliento del hombre del saco. Aquello que tan bien hizo Rob Zombie con sus dos películas de la franquicia, probablemente dos de las revisitaciones más infravaloradas y notables de los iconos del cine de terror en la actualidad. Incluso que en secuelas oficiales como Halloween II o sobre todo, Halloween IV: El regreso de Michael Myers, donde el legado y la familia cobraban un protagonismo absoluto.

[SITGES 2018] Halloween, un rutinario regreso a Haddonfield

En resumen, Halloween es simplemente correcta y cumple con los mínimos, tiene momentos pensados para el fandom y como slasher da el pego cuando se permite limitarse a ser un ejercicio de género. Pero la duda que asalta es qué necesidad había de volver atrás para hacer algo tan poco interesante. Un film que a buen seguro ayudará a engrosar las cuentas corrientes de sus responsables pero que en términos cinematográficos no perdurará más allá del fin de semana de su estreno. Una lástima, porque si hubiera intentado ir en cualquier otra dirección (o ser más bestia o más íntima) habría dado de qué hablar. Pero, lo dicho: se ve -y se olvida- sin demasiado esfuerzo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento