"¡Si no se cobra, no se rueda!": Películas con (grandes) problemas laborales

Algunos prosiguieron sus rodajes como si nada, mientras que otros peligraron o se quedaron sin estrenarse. Los conflictos entre patronos y trabajadores también afectan al cine. Por YAGO GARCÍA
"¡Si no se cobra, no se rueda!": Películas con (grandes) problemas laborales
"¡Si no se cobra, no se rueda!": Películas con (grandes) problemas laborales
"¡Si no se cobra, no se rueda!": Películas con (grandes) problemas laborales

Catástrofes naturales. Incendios. Muertes en el reparto o el equipo, broncas entre el director y el actor principal... Todas estas desgracias pueden abatirse durante el rodaje de una película. Pero hay otra clase de incidentes, con los cuales no se contaba mucho hasta ahora pero que parecen ir en aumento: los conflictos laborales. Las horas extras impagadas, los ritmos maratonianos y los sueldos escasos hacen mella en la moral de cualquiera, y los profesionales del cine no son una excepción. Máxime si consideramos que este es un sector en el que las condiciones de trabajo suelen ser difíciles, por decirlo suavemente. En este informe, CINEMANÍA ha seleccionado 7 filmes recientes que peligraron (y, algunos, perecieron) por las disputas entre patronos y trabajadores.

Abierto hasta el amanecer (R. Rodríguez, 1996)

¿Dónde estuvo el problema? Dadas sus habilidades para rodar con los proverbiales cuatro céntimos y un chicle, tanto Robert Rodriguez como Quentin Tarantino (aquí, guionista, actor y lamedor de los pinreles de Salma Hayek) estaban ya más que acostumbrados a saltarse las estrictas normas sindicales del cine en EE UU. Pero aquí se pasaron de la raya, al contratar a personal de rodaje no afiliado a ninguna central. A los sindicatos no les hizo ninguna gracia, e impulsaron huelgas para cancelar la producción.

¿En qué quedó la cosa? Tanto Robert como Quentin afirmaron que, contratando a personal no sindicado, reunieron un equipo más comprometido con la película. Y debía ser verdad, porque Abierto hasta el amanecer no sólo siguió adelante sin problemas, sino que este incidente permitió a sus autores añadir más chicha al making of Full Tilt Boogie (tan delirante, o más, que la propia peli).

Shantaram (cancelada)

¿Dónde estuvo el problema? Basada en el libro del criminal Gregory David Roberts, quien se refugió en la India tras huir de una cárcel australiana, Shantaram es una de esas películas que parecen gafadas desde el principio. Johnny Depp, quien impulsó el proyecto tras una guerra de pujas con Russell Crowe, abandonó y regresó a la producción varias veces debido a broncas con los productores, Peter Weir (Único testigo) fue expulsado de la silla del director en favor de la hindú Mira Nair, y las fechas de rodaje quedaron en la estacada debido a la época de monzones. ¿Faltaba algo más? Pues sí: la huelga de guionistas de 2008.

¿En qué quedó la cosa? Pues en nada, literalmente. Uno de los puntos más conflictivos de la preproducción de Shantaram había sido precisamente el puesto de guionista: Depp insistía en que el propio autor del libro debía hacerse cargo del libreto, mientras que Warner Bros. prefería a Eric Roth (Forrest Gump). El paro en el sector literario de Hollywood, además de detener el rodaje de 20 filmes, fue la última paletada de tierra sobre un proyecto que ahora está oficialmente muerto y enterrado.

La mula (rodada en 2009, pendiente de estreno)

¿Dónde estuvo el problema? Para un productor, un plante de los actores, los guionistas o el equipo de rodaje puede ser un quebradero de cabeza, pero pese a ello resultar solventable. Ahora bien: si quien dice "hasta aquí hemos llegado" una semana antes del fin de rodaje es el director, ¿cómo demonios lo arreglas? El director irlandés Michael Radford planteó precisamente este problema cuando al despedirse de esta película, harto de no cobrar y de trabajar sin presupuesto.

¿En qué quedó la cosa? La mula fue terminada por un desconocido tocado con un pasamontañas, y los intríngulis de su financiación causaron demandas judiciales por doquier entre las tres productoras implicadas, además de otra acción legal contra el entonces director del ICAA Ignasi Guardans. A día de hoy, este filme con Mario Casas y María Valverde como protagonistas sigue inédito: tal vez su disparatada producción se convierta alguna vez en el argumento de una película.

La piel que habito (P. Almodóvar, 2011)

¿Dónde estuvo el problema? Que "un film de Almodóvar" salte a los titulares tampoco es tan raro. Pero sí lo fue el hecho de que esta historia de horror biológico y sexual, con Elena Anaya y Antonio Banderas, interrumpiese su rodaje por un solo día. En concreto, durante la huelga general del 29 de septiembre de 2009 2010. Lo más inesperado de todo: Almodóvar fue el primero en secundar la huelga, convocando personalmente el paro.

¿En qué quedó la cosa? Pues, suponemos, en que el día después de la huelga tanto el personal como los actores volvieron a sus puestos, y aquí paz y después gloria. Eso sí: otras producciones españolas como Torrente 4: Lethal Crisis prosiguieron su calendario habitual sin interrumpirlo durante esa fecha.

Los Vengadores (J. Whedon, 2012)

¿Dónde estuvo el problema? Pues sí, lectores: los problemas laborales de Hollywood también afectan a los superhéroes. En este caso, fue la American Federation of Musicians (sindicato de músicos) quien protestó contra la producción estrella de Marvel Studios por quítame allá una deslocalización. Resulta que Disney y la propia Marvel decidieron grabar la banda sonora de Alan Silvestri en Londres en lugar de en EE UU, para así ahorrarse dietas y seguros médicos para los integrantes de la orquesta. La AFM señaló que Los Juegos del Hambre había usado también ese sistema a fin de economizar costes.

¿En qué quedó la cosa? En agua de borrajas. Tanto Los Vengadores como Los Juegos del Hambre encabezan el top de películas más taquilleras de 2012, y sus estrenos no sufrieron ningún escollo. A los músicos, dar la nota no les sirvió para nada.

El Hobbit (Peter Jackson, 2012)

¿Dónde estuvo el problema? Deserciones, incendios, retrasos infinitos... Y problemas sindicales: decididamente, lo del cineasta neozelandés y la precuela de El Señor de los anillos ha sido puro masoquismo. Una de las mayores catástrofes que se abatió sobre El Hobbit durante su producción fue el boicot impulsado por el sindicato New Zealand's Actors Equity (NZAE), el cual denunció las (presuntas) malas condiciones laborales del rodaje, sin seguros médicos, horarios o salarios mínimos.

¿En qué quedó la cosa? Cuando Jackson anunció que estaba considerando llevarse la película fuera de Nueva Zelanda, la presión popular a favor de El Hobbit llegó a cotas astronómicas. Empezando por la de los empleados de WETA, el taller de efectos especiales fundado por el director, que llegaron a las manos con los piquetes de NZAE. Finalmente, la película pudo rodarse a pesar de los pesares.

Los Miserables (Tom Hooper, 2012)

¿Dónde está el problema? Tenemos que utilizar el tiempo presente, porque la película que protagonizan Russell Crowe, Hugh Jackman y Anne Hathaway está inmersa desde hace una semana en una tormenta sindical. Encabezada, además, por los maquilladores y peluqueros del filme. Por lo visto, las horas extras impagadas impuestas por el director y los productores dejan a la altura del betún a las sesiones de ejercicio adelgazante de Crowe. Exacto: aquellas que nos hacían sudar con sólo leerlas en Twitter.

¿En qué quedará la cosa? Aún es pronto para saberlo, pero con el estreno de Los Miserables previsto para diciembre, más les vale a la patronal del cine PACT no escatimar en sus concesiones...

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