A la pareja de cineastas búlgaros Kristina Grozeva y Petar Valchanov los hemos ido siguiendo desde que en 2015 estrenaran La lección, sobre una maestra que trata de mantener su honestidad en un entorno corrupto y mediocre. Con ese filme ganaron el Premio Kutxa Nuevos Directores del Festival de San Sebastián de 2014, y con su segundo largometraje, Un minuto de gloria, triunfaron en el de Gijón de 2016.
Esos dos trabajos forman parte de una trilogía sobre la corrupción de Bulgaria que están a punto de completar y mientras ultiman los detalles de su nueva producción compiten en Seminci con su cuarto largometraje, The Father, en el que se desvían de ese camino para ofrecernos una hilarante road-movie, entre la comedia y el drama, sobre un padre y un hijo enajenados por el duelo e incapaces de ponerse en la piel del otro.
The Father es una película ‘bola de nieve’, es decir, una historia que va volviéndose más y más loca a medida que va sumando rencillas, mentiras piadosas y malas decisiones a la carrera. Todo comienza en el entierro de Valentina, la madre y esposa del hijo y el padre protagonista. Pavel, el hijo, llega tarde, provocando el enfado de su progenitor, que cree que no muestra el respeto que el momento merece. Él trabaja como cineasta de publicidad y sus quehaceres le han apartado y distanciado cada vez más de sus padres. Su progenitor, por su parte, es un artista a quien nadie le tose.
Y lo que empieza con el pie torcido, porque Pavel, además, le ha ocultado a su mujer embarazada el fallecimiento de su madre, derivará en una huida hacia delante cuando el padre, al borde del desconsuelo y la enajenación, decida ir a ver a un médium después de que una vecina les confiese que no deja de recibir llamadas de la difunta desde el más allá. El lío, y menudo lío, está servido.
Tanto el padre como el hijo, interpretadas con una entrega absoluta por parte de Ivan Savov e Ivan Barnev, crispan los nervios del espectador hasta límites insospechados, pero hay un retrato tremendamente humanista y conmovedor en la imagen de estos dos hombres perdidos y corriendo hacia ninguna parte tratando de escapar del dolor por la madre y esposa muerta.
De este modo, Grozeva y Valchanov no dan respiro alguno ni a los personajes ni a los espectadores, y The Father es un continuo trajín de dimes y diretes, de tensión y muecas hasta la escena climática final. No es este el lugar para explicar el desenlace, por supuesto, pero el sosiego que se alcanza le reconcilia a una con esas dos masculinidades a lo carnero, atrapadas en su testarudez.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios