(SEMINCI 2015) Atrapando almas

Mika Kaurismaki encandila con su retrato de género de la Reina Cristina, Pere Vilà agota
(SEMINCI 2015) Atrapando almas
(SEMINCI 2015) Atrapando almas
(SEMINCI 2015) Atrapando almas

¿Qué películas hemos visto? Día grande en Seminci con la llegada de las nuevas películas de Mika Kaurismaki, Pere Vilà Barceló y Avishai Sivan. Ninguno de los tres defraudó a los connoisseurs de su cine. Para los que no habíamos visto nada aún, el descubrimiento fue como un terremoto, del que te puedes salvar gozosamente (The Girl King), o en el que puedes perder la consciencia y perecer, bien porque lo que estás viendo es demasiado fuerte (Tikkun), o bien porque te lo están contando tan despacio que caes en la falla del cansancio, que no del desinterés.

Fue “La divina” Greta Garbo la primera estrella que se metió en la piel de La reina Cristina de Suecia, allá por 1933. Aunque con su sola presencia la ambigüedad de su condición sexual estaba servida, no fue hasta Abdicación, con Liv Ullman retomando el papel de la revolucionaria monarca, cuando empezara a asomar el lesbianismo como rasgo distintivo del personaje histórico. Pues bien, Mika Kaurismaki hace hincapié en ello, basando su película en la relación que mantuvo la “Reina Virgen” con la cortesana Ebba Sparre, aunque no solo, ya que por su película desfilan personajes históricos como el filósofo Descartes, el canciller Oxenstierna, la madre María Leonor de Brandeburgo, o el futuro rey y primo carnal de Cristina, Carlos Gustavo. En cualquier caso, una personalidad histórica excepcional (con la mayoría de edad recién cumplida supo poner fin a la Guerra de los Treinta Años), que merecía una película como la del director finlandés, quien gracias a un guión de narrativa arrolladora, con diálogos labrados a golpe de picahielo y generosas dosis de humor inteligente, consigue acercar la Historia a la actualidad y forjar un icono, un modelo de comportamiento pop. Un experimento que ya había puesto en práctica Sofia Coppola con María Antonieta desde otros presupuestos estéticos, y con otra intencionalidad discursiva, pero sin tanto arte ni gracia dialéctica.

Me insiste el que fuera mi mejor amigo (nos traicionamos, y ahora él realiza anuncios para Coca- Cola) en que las películas deberían ser productos autosuficientes, que no tuviesen la necesidad de ser explicados con una sinopsis, o cualquier otro tipo de material hermeneútico, al lado. No es que esté de acuerdo, pero a veces, con determinado cine, es mejor estar informado, saber al menos “de qué va la película”, para que si después no te lo explica el realizador, puedas ir completándolo tú. L’artèria invisible, de Pere Vilà Barceló (aquí ganó FIPRESCI, el Premio de la Crítica Internacional, por su anterior La lapidation de Saint Etienne, lo que es todo un síntoma a la hora de pronosticar este tipo de cine) no es que sea una película críptica, sino que el realizador se toma su tiempo para explicarla -el detonante de la acción principal no se desvela hasta la hora del metraje-, lo que puede agotar incluso a los espectadores más avezados en imposturas narrativas. Vuelven a protagonizar Nora Navas y Francesc Garrido, aunque la pareja de la actriz barcelonesa (cuyo Premio a la Mejor Actriz está casi cantado tras su trabajo en La adopción) es en esta ocasión Àlex Brendemühl. Más pataleos que aplausos, como era de esperar, por parte del discreto público vallisoletano.

Más injustas fueron las protestas ante las valientes imágenes de Tikkun, película que contiene los veinte últimos minutos más potentes de cine vistos dentro de la Sección Oficial del festival. Dirigida por el israelí Avishai Sivan y protagonizada por Aharon Traitel (su propia educación jasídica benefició la credibilidad de la película), Tikkun, que quiere decir “rectificación”, y que en el judaísmo se utiliza para referirse a aquellas almas que regresan al mundo de los vivos para rectificar algún asunto pendiente de su vida pasada, desarrolla la crisis de fe y el despertar en el apetito carnal que experimenta un joven ultraortodoxo tras sufrir un accidente doméstico en el que casi pierde la vida. Rodada en tan solo 21 días en un exquisito blanco y negro fotografiado por Shai Goldman, Tikkun ya obtuvo el Premio Especial del Jurado y el Leopardo de Plata en el último Festival de Locarno, además de cuatro galardones más en el Festival de Jerusalén.

¿Qué encuentro hemos celebrado? “El cine finlandés no es solo Aki Kaurismaki”, me decía hace años el especialista en cine nórdico Alejandro Pedregal. Y el Ciclo “Objetivo Finlandia”, que reúne lo mejor de la producción finesa contemporánea, junto a clásicos de la ficción y del documental como El reno blanco, The boys, Canción triste para la tierra triste, The collector, o The man who couldn’t say no, se está encargando de demostrarlo este año en Seminci, con la proyección de filmes imprescindibles, como el documental Los tres estadios de la melancolía, de la directora y miembro del Jurado Internacional Pirjo Honsalako, The iddle ones, sobre cómo afecta la crisis y el paro a los hábitos de vida de las nuevas generaciones, Corazón sueco, sangre finlandesa, musical acerca de la emigración, o Vapor de vida, que se desarrolla en el interior de una sauna. Pero el género favorito de los finlandeses sigue siendo la comedia, con películas como 21 ways to ruin a marriage, Rare exports: un cuento gamberro de Navidad, The grump, o Village People, programadas estas dos últimas entre quince títulos más de todo género y condición.

En la mesa redonda que se celebró en torno a esta cinematografía ayer en Valladolid participaron Liisa Penttilä, productora de cine y televisión, Mark Lwoff, Zaida Bergoth, productor y directora de The Good Son, Petri Rossi, de la Fundación de Cine Finlandés, y Harri Römpötti, autor del libro Objetivo: Finlandia. Rossi explicó que la Finnish Film Foundation recibe su financiación a través del Ministerio de Educación y Cultura, de los fondos que la administración finlandesa obtiene de la lotería. “Nuestro presupuesto anual es de 4 millones de euros” (es decir, un millón de euros más del que tiene Seminci este año, si no me fallan los cálculos). Por su parte, la directora Zaida Bergoth definió el cine de Finlandia como un cine que se caracteriza por el humor negro, la melancolía y las familias disfuncionales, y agradeció la buena acogida de las películas finlandesas en España. Por último, Liisa Penttilä consideró la coproducción con otros países como algo esencial para la supervivencia y el desarrollo de determinadas cinematografías, “enriquece el resultado no solo a nivel artístico sino económico”.

¿Qué vino hemos catado? Menú del Día en La Brocheta, con coliflor gratinada y gallo a la plancha regados con tinto de la casa y Casera, cortesía de mi gran amigo, y compañero de aventuras cinéfilas y cinematográficas, José A. García Juárez. Aprovecho la ocasión por cierto para felicitar a la Editorial Mensajero por sus cien años de historia, y los más de treinta que lleva publicando el anuario de estrenos Cine para Leer, cuyo último tomo recién salió a la venta al público.

Espigadera: Junto con Rams, el valle de los carneros, y 45 años quizás, Reina Cristina es la película que más ha gustado en el Festival, y Finlandia el país invitado de este año, por lo que la película, que se estrenará en marzo del 2016 en España, se postula a las Espigas.

¿Qué nos espera para la jornada de mañana? Entramos en la recta final del Festival, con la proyección de Mustang, la película cuyas protagonistas han sido descritas como Las vírgenes suicidas turcas, y del último trabajo de Oliver Hirschbiegel (director de El hundimiento), Elser, también ambientada en Alemania, durante el ascenso de Hitler y en la 2ª G.M. Pero el plato fuerte de la jornada tiene esta vez acento español: Isabel Coixet presenta su última película, la mejor de su filmografía a mi entender, e inmediatamente después impartirá una master class en el Salón de los Espejos del Teatro Calderón.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento