[SEFF 2017] La peor juventud

Laurent Cantet le pone un buen broche a la Sección Oficial con 'El taller de escritura'
[SEFF 2017] La peor juventud
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[SEFF 2017] La peor juventud

¿De qué se habla hoy en Sevilla? Sin ir más lejos, del ilusionante estreno en salas comerciales de Oro, cuya première mundial tuvo lugar en el festival, y que puede convertirse en la gran esperanza blanca (al menos, cualitativamente hablando) del cine español para 2017. Aunque tampoco es que sea mucho decir, nos tememos.

¿Qué hemos visto? El último arreón de la Sección Oficial es El taller de escritura, una nueva exhibición del talento moral de Laurent Cantet tras las espléndidas El empleo del tiempo y La clase. En esta ocasión, el cineasta utiliza como maguffin un aula veraniega de iniciación a la literatura para chavales con pocas aspiraciones de convertirse en el nuevo Houellebecq. Pero la mancha de tinta china llega de la mano de Antoine, un díscolo alumno que personifica las zozobras generacionales actuales: xenofobia, fascinación por la violencia, desarraigo, desesperanza y, sobre todo, algo tan francés como el ennui (lo peor que le puede pasar a la juventud es el aburrimiento). Un filme de línea clara y clarividente, a pesar de cierta concesión final. También hay una clase, pero más bien del programa de estudios de la Academia Rushmore, en Mrs. Hyde, divertida y algo forzada cinta de Serge Bozon presentada en Las Nuevas Olas. Isabelle Huppert se pone la bata de una apocada profesora de FP que, después de un accidente, se transforma en la prima de la Antorcha Humana, aproximadamente. A destacar los estilismos de Romain Duris. Y no se nos olvida Penélope, de Eva Vila, telúrica y rural relectura (o resignificación, “palabro” que ha puesto de moda el festival) de La Odisea que acaba siendo una parsimoniosa reflexión sobre la vejez y otras erosiones. Y, sí, también se cuela la independencia de Cataluña en el potaje, aunque sea de refilón radiofónico, justo antes del muy cañí consultorio de Elena Francis. Qué cosas.

¿Con quién has estado? Con Paolo Taviani, flamante Giraldillo de Honor, y que ha presentado fuera de concurso Una questione privata, la “historia banal de un triángulo amoroso, la misma que lleva reescribiéndose una y mil veces desde la Antigua Grecia”, comenta el cineasta, que en esta ocasión ha llevado todo el peso del rodaje por la delicada salud de su hermano Vittorio (“al acabar cada toma miraba a mi derecha esperando su aprobación, pero me encontraba la silla vacía”). Afortunadamente, Paolo se encuentra en plena forma, e incluso fantaseó con la idea de rodar una teleserie basada en El corsario negro, de Salgari, uno de sus iconos de la infancia (“no descartaría utilizar nuevas tecnologías, porque en mi época lo máximo que teníamos en cuestión de efectos especiales era el pedestre vuelo final de Milagro en Milán; pero debo darme prisa, de lo contrario no llego al último capítulo”). Aunque no se le ve hombre de mirar atrás, ni mucho menos: “No soy nostálgico ni vivo del pasado, aunque no sería quien soy si no fuera por el neorrealismo italiano, que pongo a la altura del Renacimiento. Pero quiero seguir haciendo películas hasta que el cuerpo aguante, a ver si alcanzo el récord de Oliveira”, bromea el octogenario director.

¿Qué esperamos de esta jornada? Aunque seguirá habiendo proyecciones, el foco está puesto en la gala de clausura y la entrega de premios, que se antoja reñida y, seguramente, con acento francés.

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