'Secuelitis' nacional: 7 éxitos del cine español que deberían tener continuaciones

Ahora que Carlos Iglesias vuelve al mundo de la emigración con 'Dos francos, 40 pesetas', recordamos otros 'hits' nacionales que piden una segunda entrega a gritos. Por YAGO GARCÍA
'Secuelitis' nacional: 7 éxitos del cine español que deberían tener continuaciones
'Secuelitis' nacional: 7 éxitos del cine español que deberían tener continuaciones
'Secuelitis' nacional: 7 éxitos del cine español que deberían tener continuaciones

Ocho años después, Carlos Iglesias por fin ha cumplido: este viernes llega a nuestros cines Dos francos, 40 pesetas, la segunda parte de aquel título de 2006 (Un Franco, 14 pesetas) que supuso un triunfo para el actor y director merced a un tema tan poco grato como el de la emigración. Con el rodaje de Torrente 5 recién finalizado, Nueve apellidos catalanes (la secuela de Ocho apellidos vascos) y [REC] 4: Apocalipsis anunciadas, más el estreno cercano de Carmina y Amén,nos ha dado por pensar en todos esos filmes nacionales que en su momento llenaron cines, sin que se haya comentado en ningún momento la posibilidad de darles una secuela en condiciones. Estas películas se merecen ser secuelizadas.

El orfanato

¿Por qué valdría la pena? Estamos de acuerdo en que al cine español se le da muy bien el terror. Pero en este apartado aún le queda una asignatura pendiente: forjar una saga de sustos como Tobe Hooper y John Carpenter mandan que le haga la competencia a [REC] y su progenie.

¿De qué iría? Tras el abrupto final de la primera historia, Laura (Belén Rueda) y los niños fantasma descubren que el orfanato de marras va a ser demolido por cosas de la especulación inmobliliaria, dejando sin hogar a la chavalería ectoplásmica. Urge una venganza espectral contra los magnates del ladrillazo...

¿Por qué valdría la pena? Si la primera Spanish Movie demostró en 2009 que aquí también sabemos hacer spoofs, ahora es el momento de darle sopas con ondas a especialistas en el subgénero como Friedberg & Seltzer cocinando una secuela en la que, además, los chistes hagan gracia.

¿De qué iría? Tras una entrega que se regodeaba en los triunfos de la filmografía patria, Javier Ruiz Caldera y la gran Alexandra Jiménez tienen un campo abonado para el humor en la crisis, representada como un tsunami tan arrasador como el de Lo imposible. El cine low cost, los blockbusters que levantan las cuentas del año y los Premios Feroz, entre otros elementos, podrían ser material para gags de primera, interrumpidos, eso sí, por el inevitable (y emotivo) homenaje post mortem a Leslie Nielsen.

¿Por qué valdría la pena? Antes de que os mostréis sorprendidos, hemos de recordar que el filme que levantó comercialmente la carrera de Woody Allen fue una producción nacional, y como tal figuró en el ranking de triunfos nacionales más taquilleros de 2011. Así pues, y tal y como pintan las cosas en su Manhattan de su alma, ¿por qué no refuerza el cineasta sus lazos con nuestro país?

¿De qué iría? Pues está clarísimo: de viaje de novios, o de lo que sea, con la bella Léa Seydoux (¡ay!), Owen Wilson visita Madrid... Y, una vez en la capital del reino, comienza a experimentar flashbacks que le llevan a los días dorados de la Generación del 27. Y ¿quién nos dice que en aquellos días no pululó por la ciudad una avispada aspirante a poeta con el rostro de Penélope Cruz, por ejemplo?

Dias de fútbol

¿Por qué valdría la pena? Basta ya de filmes de género y comedias desmadradas: 11 años después de triunfar en las taquillas (que no en la vida) la tragicómica pandilla de Alberto Sanjuán, Fernando Tejero, Raúl Arévalo y compañía se ha ganado el derecho a un agridulce reencuentro en pantalla grande.

¿De qué iría? Si los protagonistas de Días de fútbol pasaban las de Caín en una época en la que España estaba (o eso nos decían) en la Champions de la economía global, no queremos ni imaginarnos lo que les habrá deparado la vida en estos días de burbujas inmobiliarias y recesión generalizada. Bueno, o a lo mejor sí queremos. De hecho, nos gustaría verlo ya mismo.

Los 2 lados de la cama

¿Por qué valdría la pena? Vamos a ver, ¿es que sólo Torrente tiene derecho a contar con una tricuela (y con una cuatricuela, y cinquicuela, y...) en su curriculum? ¿Es que nadie echa de menos a la alegre pandilla musical de Emilio Martínez Lázaro?

¿De qué iría? Si El otro lado de la cama se centraba en las crisis de pareja, y Los 2 lados de la cama apuntaba a una escapada bisexual entre las heroínas... ¿A qué aludirá el título de Los 3 lados de la cama? Pues, por supuesto, a los hijos: mientras los retoños adolescentes de los protagonistas se inician en las cosas del amor y el sexo cantando éxitos de Pereza, Chenoa y Juan Magán, por ejemplo, sus infortunados papás se preguntan por qué se metieron en semejante follón.

¿Por qué valdría la pena? Sorprendiendo a muchos, el biopic de San Josemaría Escrivá de Balaguer se alzó al décimo puesto del ránking nacional en 2010, habiéndola visto más de 300.000 espectadores. Así pues, y dado el juego que da el personaje protagonista, urge que sus responsables se planteen una segunda entrega.

¿De qué iría? Otro proyecto cuya sinopsis es muy sencilla: si Encontrarás dragones se centraba en los avatares de Escrivá durante la Guerra Civil, Encontrarás dragones II debe seguir la trayectoria del personaje durante la posguerra, cuando, tras despertar algunas desconfianzas entre los cuadros del franquismo, el Opus Dei consiguió arraigar en el regimen hasta el punto de poner y quitar ministros. Como clímax final de la historia, proponemos el solemne acto de inauguración de la Universidad de Navarra.

Pagafantas

¿Por qué valdría la pena? Lo sentimos, señor Borja Cobeaga: sabemos que cocinarse el guión de Nueve apellidos catalanes debe tenerle a usted en un sinvivir, pero el hecho de que su firma aparezca en el filme español más visto de lo que va de año conlleva algunas servidumbres. Por ejemplo, contarnos qué pasó con Chema (Gorka Otxoa) tras aquel aciago y resacoso viaje en avión...

¿De qué iría? Si Chema ya nos resultaba patético persiguiendo a la despampanante Sabina Garciarena en su Bilbao natal... ¿A qué cotas de vergüenza ajena nos llevará hallándose solo, fané y descangallado en Buenos Aires? Una vez en la ciudad porteña, el héroe no sólo tiene que aguantar su destino de pringao, sino también la irrupción de sus amigos y su novia, que han viajado a Argentina para persuadirle de que se deje de historias y vuelva a casa. Además de con una María Asquerino respetuosamente resucitada mediante CGI como fantasma de doña Begoña, la película cuenta con la aparición estelar de Enrique Bumbury (tenía que pasar).

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