¿Se está convirtiendo Obama en un género cinematográfico?

Tras 'Michelle & Obama', sobre la primera cita del mandatario y su señora, 'Barry' cuenta su juventud para Netflix
¿Se está convirtiendo Obama en un género cinematográfico?
¿Se está convirtiendo Obama en un género cinematográfico?
¿Se está convirtiendo Obama en un género cinematográfico?

Tras el abandono del Despacho Oval tras dos legislaturas, como marca Vigesimosegunda Enmienda, Barack Obama puede alardear de dos cosas. La primera es, visto cómo está el patio, aquello tan bonito y tan antiguo de "otros vendrán que bueno me harán". La segunda: haberse convertido en estrella de cine. Ojo, porque no nos referimos a que el primer presidente afroamericano de la historia de EE UU vaya a pasarse a la interpretación. A donde vamos a parar es a que, en los próximos meses se estrenarán, no uno, sino dos largometrajes sobre su figura.

El primero de dichos trabajos es Michelle & Obama, el filme de Richard Tanner que nos cuenta la primera cita entre el dirigente (Parker Sawyers) y su futura esposa Michelle (Tika Sumpter), por entonces compañera suya de trabajo en un bufete de Chicago. Gracias a este filme, que se estrena en España el 22 de diciembre, podremos descubrir cosas tan interesantes como que los futuros inquilinos de la Casa Blanca quedaron para ir al cine. Sólo que, como era 1989, fueron a ver la muy combativa Haz lo que debas de Spike Lee en lugar de una comedia romántica. El filme, todo se ha dicho, suma un 98 por ciento de críticas positivas en Rotten Tomatoes, con medios tan duros de pelar como el Chicago Reader y The Atlantic dándole buena nota. Una de las pocas voces discordantes es la de The New York Times, que la califica sin empacho de "hagiografía". 

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Unos pocos días antes, el 16 de diciembre, Netflix lanzará otro filme sobre el político, este de tono más ambicioso. Se trata de Barry, filme que retrocede aún más en el tiempo para narrar la juventud de Obama y sus años de estudiante en un instituto neoyorquino. El futuro presidente tiene el rostro del debutante Devon Terrell, mientras que también intervienen Anna Taylor-Joy (La bruja), Ellar Coltrane (Boyhoody, como la madre del héroe, Ashley Judd. Aquí tienes el tráiler.

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¿Qué podemos deducir de esto? Pues, para empezar, que Barack Obama ha sido el presidente estadounidense que más y mejor ha sabido meterse a los medios en el bolsillo durante lo que llevamos de siglo. Es un gran orador, tiene una obvia fotogenia y, además, está libre de las manchas en su vida personal (efectivamente: aquí pensamos en Bill Clinton) y de las sospechas de tener unos grados de menos (¿recuerdas los chistes a costa de la inteligencia de George W. Bush?) que tanto empañaron a sus predecesores en el cargo. Así pues, resulta material de primera para un biopic.

Por otra parte, estos estrenos (y los que vengan, porque alguno más podría caer en el futuro) nos crean una duda. Está claro que la presidencia de Obama ha marcado un hito histórico en la superpotencia, como ocurrió -salvando las distancias- con la de Abraham Lincoln. Así pues, no es raro que el cine y la TV se fijen en su figura, al igual que en la del Gran Emancipador. Algo muy sorprendente si tenemos en cuenta, no ya que Obama sigue con vida, sino que, técnicamente, su mandato aún no ha terminado... y que estos trabajos fueron producidos antes de las elecciones en EE UU.

Pero, para ser digno, un retrato biográfico necesita tener en cuenta tanto las luces como las sombras del retratado, y los años de Obama en el poder quedan aún demasiado cerca como para juzgarlos objetivamente. De ahí que estos filmes lo muestren antes del inicio de su actividad política, evitando de este modo abordar algunas de sus decisiones más cuestionables. ¿Veremos alguna vez el biopic definitivo de Barack Obama? Eso sólo lo sabremos con el tiempo.

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