¿Se equivoca Spielberg? Indiana Joan ya existía y era... un personaje porno

Hace unos días, Steven Spielberg, eufórico tras el taquillazo de Ready Player One, hablaba del futuro de la saga Indiana Jones, desvelando los planes de una nueva entrega y diciendo, con media sonrisa, que quizá haya llegado el momento de convertir al personaje en una mujer.

Hasta ahí, todo perfecto. Sin embargo, Spielberg, que no es la primera vez que mete la pata en estos últimos meses, se aventuraba a decir que bastaría con renombrar al arqueólogo y llamarle Indiana Joan.

¿El problema?

Pues que, si aquí hay parodias porno hasta de Tomb Raider o de Marvel ¿cómo no iba a haberlas del pobre Indy? De hecho, las hay a decenas, con títulos como Carolina Jones o Alabama Jones pasando por Bikini Jones. Y entre tantas y tantas arqueólogas con aventuras destinadas al público adulto, una de las más conocidas es, precisamente, Indiana Joan.

Estrenada originalmente en 1984, el título Indiana Joan contra los mamoones es una traducción libre que se hizo en España de la intraducible Indiana Joan & the Black Hole of Mammoo y es nada más y nada menos que a una de esas películas eróticas "de caníbales" que tan de moda se pusieron en el momento. En ella, la versión pornográfica de Harrison Ford era una tal Barbie Dahl, actriz francesa que trabajó en la industria durante un corto periodo de tiempo y a la que le corresponde la corona que ahora ha creado Spielberg.

En su momento, la sinopsis la vendía en España de la siguiente manera "Aventura más divertida que la de Indiana Jones en el Templo Maldito, ya que a la maestra de Indiana Joan con el látigo se le añaden otra serie de argumentos irresistibles que obligarán al fiero en implacable Mammoon, jefe de jefes, a sucumbir con su secta de Mammoones ante la sapiencia y la destreza de Indiana Joan y sus compañeras de aventuras frente a las cuales, los canibales y despiadados Mammoones no tienen otro remedio que morder el polvo".

Construcciones gramaticales al margen, no se puede decir que la sinopsis no prometiera.

Otra historia XXX que parodiaba el éxito de Indy y en la que el personaje y el látigo lo recogía Porsche Lynn, leyenda del subgénero bastante más famosa de Dahl y que está -milagrosamente- todavía en activo gracias a haberse especializado en el mundo del sadomasoquismo, donde atiende personalmente en un gran centro construido en Arizona.

En esta aventura de 1989, la segunda encarnación de Indiana Joan tenía que penetrar en una cámara secreta egipcia, que, adelantándose por mucho a Stargate, fue creada por alienígenas que la esperan para que presencie sus extraños rituales sexuales.

Tiene pinta de que esta no llegó a estrenarse en nuestro país, pero aventurarse a darlo por seguro quizá sea demasiado.