Samuel L. Jackson se ríe de la paranoia racial de Hollywood

Ahora que la carrera hacia los Oscar va despejándose, podemos afirmar que hay dos filmes con todos los números para llevarse una sartenada de nominaciones a los Premios de la Academia (de las estatuillas, es otro cantar): Manchester frente al mar y Moonlight. Dos películas con intenciones de retrato social, extremadamente serias y (en el caso de la segunda) con el ojo puesto en los marginados. ¿Qué clase de mala bestia puede arremeter contra dos filmes así? Pues está claro: Samuel L. Jackson, que las ha aprovechado para reírse de la actual obsesión de Hollywood por la representación de las minorías.

Jackson, que no ha sido nominado a un Oscar desde 1994 (cuando recibió su única candidatura por Pulp Fiction), se ha quedado a gusto en el Festival Internacional de Dubai. Según afirma, las buenas perspectivas de Moonlight y Manchester frente al mar en la temporada de premios se deben a que "este es uno de esos años en los que a Hollywood le apetece darse palmaditas en la espalda". Y eso que, asegura, las películas le han gustado: "¿Manchester frente al mar? Tienes que verla, es formidable", asegura. Entonces, ¿dónde está el fallo? "No es inclusiva", apunta Jackson, refiriéndose a que no hay actores afroamericanos en la película. "Y estoy seguro de que dirán lo mismo de Moonlight: 'Esto es una película de negros, ¿dónde están los actores blancos? Y de Manchester frente al mar dirán lo mismo, pero al revés".

Estas coces parecen ir más dirigidas a los paladines de lo políticamente correcto que a los filmes en sí. Pero cuando Jackson no tiene piedad es cuando menciona Belleza oculta, el último filme de Will Smith. "Es sólo otra de esas pelis que van en plan '¡Oh, la vida es bella, disfrútala!", señala. Y a continuación, queremos imaginar, añade un "Motherfucker!".