Roma: 'Vacaciones en Roma', 'La dolce vita', 'El vientre del arquitecto'

Me voy a tomar la libertad de dejar por un momento de lado la actualidad y escaparme esta semana a Roma, una ciudad que como muchos de vosotros conocía través del cine (y los libros de Historia) y que hasta hace unos días todavía no había tenido oportunidad de pisar. En realidad, con Roma, como con París y otras grandes urbes europeas, sucede que las tienes tan a mano y sus calles las has recorrido tantísimas veces con los ojos en decenas de películas que tienes la sensación de conocerlas desde siempre. El suyo es otro claro ejemplo de que no hay guía de viaje ni campaña del Ministerio de Turismo que pueda hacer tanto por una ciudad como una película atractiva

En ese sentido dice Duncan Garwoord, el autor de la guía Lonely Planet dedicada a Roma (que, todo sea dicho y a diferencia de otras guías de la misma casa, es bastante flojita) que a la hora de conocer la ciudad a través de la gran (y pequeña) pantalla las cinco películas que mejor han retratado la capital italiana son El talento de Mr. Ripley, Roma, ciudad abierta, Querido diario, Roma (la superproducción de HBO para la pequeña pantalla) y Vacaciones en Roma. Servidor discrepa, como en tantas otras informaciones de la guía en cuestión que sobre el terreno se reveló tan corta de información como indiscutiblemente anglosajona...

Me instalé con mi chica en el barrio del Trastevere, aquel en el que en buena medida se desarrollan las aventuras en vespa de Audrey Hepburn y Gregory Peck, otros anglosajones lost in translation. Buscábamos reproducir así la Roma de las trattorías, los paseos románticos en Vespa y demás tópicos construidos a golpe de Cinemascope. El alojamiento se encontraba en la falda de la montaña, un bed & breakfast bastante encantador, sí, decorado con motivos de la Roma inmortal de la Cinecittá (a nosotros nos tocó la habitación Sophia Loren) pero por la noche aquello se asimilaba mucho más al escenario en el que se desarrolla la trama de un giallo que al bullicio de tonos pastel según lo definió William Wyler: calles solitarias, en medio de una zona arbolada por la que de vez en cuando atravesaba la línea del autobús.

Al volver del viaje corrí a la cineteca doméstica en busca de explicaciones: hay que decir que las diferentes ediciones que Vacaciones en Roma ha tenido en dvd apenas han prestado atención a los escenarios en que se desarrolla el filme y que se convierten en tanto o más protagonistas que el periodista y la princesita que junto a fueron protagonistas de la película: cortos inspirados en la película, documentales centrados en la pareja protagonista, recuerdos de los años dorados de la Paramount, pero de las calles del Trastevere y su supuesto bullicio a día de hoy nada de nada...

La película que probablemente cuente con la escena romana más reconocible en toda la Historia del cine sea La dolce vita y el baño de Anita Ekberg en la Fontana di Trevi. Precisamente hace unos días el crítico musical Diego Manrique contaba en la web de El País algunas curiosidades musicales a propósito de la película de Fellini, como las apariciones breves de Nico o Adriano Celentano. La dolce vita ha tenido una vida curiosa en dvd en nuestro país. A pesar de haber sido una de las cintas más mitificadas de su tiempo nunca ha caído en manos de las grandes majors, así que sus derechos han pasado de las manos de Suevia (que publicó ediciones sencilla y especial en dvd) a Llamentol (una edición que a pesar de anunciar la remasterización digital tampoco llama la atención por su extraordinaria calidad de imagen. Eso sí, incluía tres capítulos de la serie documental Caminando con Fellini, casi 5 de estudio de la obra del maestro italiano); y por último A Contracorriente la publicó hace tan solo unos meses por vez primera en blu ray con un estudio del filme a cargo de Gerardo Sánchez Fernández. Hay que decir también que aquellos que busquen reconocerse en las calles de Roma en la película se llevarán un chasco: al margen de la famosa escena de la Fontana di Trevi y de unas escenas rodadas en el Vaticano, el resto de la película transcurre en las afueras de la ciudad.

En realidad, más allá de lo que diga Duncan Garwoord, si hay una película que habría que recomendar encarecidamente a todo aquel viajero que vaya o vuelva de Roma es El vientre del arquitecto, del también británico Peter Greenaway. Ya sé que está muy mal visto sacar a Greenaway a colación a día de hoy, porque su reputación como cineasta cotiza más a la baja que las acciones de Bankia y, como en el caso del banco, razones nos ha dado para ello. Pero dejando de lado la cantidad de filmes infumables que ha firmado de 8 ½ mujeres en adelante (cinta que, por cierto, esta semana publica Cameo en dvd), lo cierto es que pocos filmes, por no decir ninguno han reflejado nunca la fascinación por la arquitectura de una ciudad convirtiéndola en objeto central del filme como en esta película de 1987: podría decirse que la trama gira en torno al Panteón de Agripa, (objeto de fascinación para Étienne-Louis Boullée, que a su vez obsesiona al protagonista), se desarrolla durante los momentos cumbres en Il Vittoriano (como bien dicen en un momento dado en el filme, conocido por los italianos como “la máquina de escribir” o “la tarta de nata”), visita y fotografía todos los grandes monumentos de la Roma Clásica (el Foro, el Mausoleo de Augusto, la Villa Adriana,…) y hasta convierte a la arquitectura fascista de Mussolini en la “mala” de la película (el Foro Itálico).

En España El vientre del arquitecto sólo cuenta con la edición en dvd que editó sin demasiado bombo ni cuidando demasiado los detalles Karma Films en 2010. Aquellos que quieran disfrutar a tope del filme harían mejor haciéndose con la edición británica en blu ray publicada por BFI: aunque la cinta tiene bastante grano, los extras merecen la pena con un dvd que contiene el guión al completo del filme en PDF, las partituras y un pack de prensa, además de un libreto de 30 páginas con entrevistas.