En el rodaje de la serie de Mar Coll: vida y amarguras de un señor

Visitamos el rodaje de 'Matar al padre', la serie que Mar Coll ha realizado para Movistar +
En el rodaje de la serie de Mar Coll: vida y amarguras de un señor
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Cuentan los responsables de Movistar + que les gustó tanto Tres días con la familia, el primer largometraje de Mar Coll, que no dudaron en llamar a la cineasta para encargarle una serie de televisión. Así es como Matar al padre comenzó a tomar forma. La historia de Jacobo, un hombre de familia con un carácter complicado y con una obsesión exacerbada por el control, se narra en cuatro episodios que corresponden a distintos años en la vida de los personajes: 1996, 2004, 2008 y 2012.

En pleno rodaje –que un grupo de periodistas invadimos por unas horas, como un elefante en una cacharrería–, la cineasta explicó algunas de las ideas que planean en Matar al padre, su primera serie, protagonizada por Gonzalo de Castro (Jacobo), Paulina García (esposa de Jacobo y psicóloga de profesión) y Marcel Borràs (el hijo de la pareja protagonista). “Todas las pretensiones de control de Jacobo se vienen abajo con el tiempo”, señalaba Coll, que añadía que el tono de la serie es esencialmente “tragicómico”.

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“Hay un tema que subyace en la serie”, comentó Coll, “arranca en 1996, cuando España va para arriba, y termina en en 2012, con la crisis, en un momento en que el mundo ya no se parece a lo que Jacobo imaginó”. Tanto los actores como la directora hicieron hincapié en la importancia del tiempo de las series, que permite explorar un arco más amplio en relación a los personajes. El tiempo parece ser, de hecho, un tema fundamental a la hora de pensar en esta nueva ola de series que viene, dirigidas por autores como Mar Coll o Alberto Rodríguez. Por un lado, la duración de una serie permite, en palabras de Coll, “explorar mejor a los personajes, verles crecer”. Por otro lado, los tiempos para la producción y la realización parecen ser distintos a los del cine, si bien la directora insistió en que “el proyecto fue escrito como si se tratase de una película, con una gran variedad de localizaciones”.

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El tiempo, en cualquier caso, se erige como tema central. De hecho, la propia estructura de la serie y la amargura tragicómica que se desprende del personaje nos puede llevar a pensar en Olive Kitteridge, aquella serie en la que Frances McDormand interpretaba a una mujer que, a lo largo de varias décadas, iba sufriendo (y haciendo sufrir a los demás) los desgastes de la vida. Antes de la llamada de Movistar, Mar Coll ya estaba trabajando en la historia de Jacobo. Lo que comenzó siendo un proyecto para una película terminará siendo una serie de televisión. Más allá del formato, se trata del primer proyecto de Coll en el que el protagonismo recae en un hombre. Tras retratar la amistad entre dos amigas de infancia (La última polaroid, su primer cortometraje), a una joven que regresa a casa (Tres días con la familia), a una mujer en crisis (Todos queremos lo mejor para ella) y a otra mujer en crisis (La inquilina, otro cortometraje), ahora la cineasta se vuelca en el retrato de un padre de familia emocionalmente incapaz.

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Le acompaña, eso sí, Paulina García, que, gracias a su papel en la película chilena Gloria, se ha convertido en una de las actrices más interesantes del cine actual y que, en Matar al padre, hace su primera incursión como intérprete en Europa. Su experiencia en televisión incluye títulos como Narcos, en la que interpretaba a la madre de Pablo Escobar. “En las series de Netflix todo se hace de otra manera, aquello era una torre de Babel”, dijo García, antes de explicar que, para el papel de Matar al padre, hizo “un cásting por Internet, con la ayuda de un amigo”.

Con apenas dos cortos y dos largos, Mar Coll es, quizá, uno de los cineastas más interesantes a la hora de trabajar con actores y de definir, a menudo desde la ironía, las complejidades de las personas. En breve, todo este universo se podrá ver en la pequeña pantalla.

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