Razones por las que 'Bienvenidos a la casa de muñecas' no es otra estúpida película americana

A menudo, cuando indagamos en el género cinematográfico de películas sobre adolescentes o de instituto (la gran mayoría americanas) no es de extrañar encontrarse con películas banales, superficiales o de trama fácil donde se presenta a unos protagonistas que son caracterizados por su estatus social en el reino del instituto, es decir, por su popularidad. O así como por los clásicos problemas que todos los adolescentes hemos tenido, como el despertar de la sexualidad, la propia imagen, los estudios, los amigos y enemigos o la familia, pero proyectados de una manera insustancial y vacía, como si la solución a todos esos problemas fuera ser nombrada reina del baile o animadora jefa, o triunfar como estrella del deporte en el equipo del instituto y fardar con los amigos de los ligues conseguidos.

Por suerte hay películas de instituto que no solo se centran en la clásica trama de “a chica le gusta chico y viceversa”, sino que tienen un contenido, unos valores y un mensaje más profundo que relatar a la audiencia, como es el caso de Bienvenidos a la casa de muñecas, segundo largometraje del director Todd Solondz (Happiness, Palíndromos, Wiener-Dog, etc.).

La película narra el día a día de Dawn Wiener, interpretada por Heather Matarazzo (Princesa por sorpresa, La casa de la fraternidad, Pactar con el diablo, etc.), una chica de 12 años que está en plena eclosión de la pubertad y que experimentará los problemas de ser una preadolescente en el sentido más realista, crudo y cercano a la realidad. El filme nos presenta a unos personajes que aparentemente parecen ser normales y corrientes, pero que profundizando en ellos y en sus vidas saldrán a la luz los miedos y debilidades, la crueldad, los valores, los deseos y las locuras que sus cabezas albergan y que normalmente, no se exhiben ante el resto de la sociedad por miedo al rechazo o a la burla.

PUBERTAD EN ESTADO PURO

Si hay algo que caracteriza a esta película es lo bien que plasma esa etapa por la que todos hemos pasado llamada pubertad. Donde los cambios físicos se manifiestan continuamente y todo resulta más complicado por el hecho de no ser ni del todo niña, ni del todo adulta. Donde el despertar sexual revoluciona las hormonas y se hacen locuras por los primeros amores o por los flechazos obsesivos. El filme resaltará acertadamente esta etapa y mostrará la realidad de la pubertad tal y como es, a diferencia de otras muchas películas de este género. Con sus cosas buenas y sus cosas malas.

Y sobre todo con la personalidad arrolladora e inigualable de la protagonista, quien no dejará de lado sus valores y su forma de ser con tal de agradar a los demás, sino que será ella misma en todo momento y esa resultará la única forma de salir adelante en su vida. Habrá de soportar las clásicas burlas y bromas debido a su físico ya que no es la clásica película de “patito feo se convierte en cisne y consigue ser feliz y popular”, sino que saldrá adelante tal y como ella ha sido siempre, con un carácter y una personalidad que ningún matón o mean girl conseguirá derrumbar nunca.

El filme hace una crítica muy dura a la imagen y a la superficialidad de la sociedad respecto a esta, quien juzga por el aspecto físico y no por el interior. La protagonista se plantea continuamente lo fácil que sería su vida si tuviera otro físico, si fuera otra persona (como por ejemplo su hermana pequeña a la que todo el mundo adora), pero en cierta manera acaba descubriendo que el físico no lo es todo y que es mejor aceptarse y ser una misma en vez de lamentarse por ello.

También nos sumergirá en el mundo del sexo, con aquellas primeras lecciones que descubríamos y compartíamos con amigos aun cuando quedaban algunos años para iniciarse en ese mundo. Dawn está dispuesta a conquistar a Steve Rodgers, un guitarrista que toca en una garage band con su hermano mayor Mark, y hará todo lo que esté en su mano por conseguirlo, sin importarle lo que los demás piensen de ella. Su objetivo es Steve y ni la diferencia de edad, ni las inseguridades que los demás intenten transmitirle, ni su inexperiencia con los chicos la conseguirá desviar de su meta. Es una protagonista que está completamente segura de sí misma y ello la convierte en entrañable y admirable para los espectadores.

EL ACOSO ESCOLAR

Bienvenidos a la casa de muñecas está marcada por una gran critica al acoso o bullyng que se sufre en las aulas de los institutos a diario, en este caso en los institutos americanos, donde las jerarquías de poder e influencia están más marcadas por el estatus social que uno ocupa que en otros países.

Todos conocemos esta realidad en donde la gente popular son los dueños y dueñas de los centros escolares y deciden quién es digno de ser hablado y quién de ser denigrado y repudiado. Asimismo, están los denominados geeks, que son los estudiosos o empollones o los freaks, que son considerados como los raros, los macarras y los que no entran ni en el canon popular ni en el canon geek.

El filme resaltará este aspecto de la escuela y nos llevará a un terreno donde la protagonista será continuamente molestada y acosada por sus compañeros, tanto por las chicas populares, como por los matones o por su propio hermano, considerado geek. Parece que nadie quiere darle una oportunidad. Incluso ella se convertirá en una matona en un momento dado, debido a la influencia recibida y a la impotencia de sentirse vulnerable y maltratada.

También nos mostrará una realidad no tan asimilada como los bullys adolescentes que será la crueldad de ciertos profesores, quienes se creen con derecho a intimidar y maltratar a sus alumnos por el mero hecho de ser adultos a cargo de estos y responsables de su educación. La pasividad o crueldad de los profesores harán que Dawn pase un autentico infierno en el instituto e incluso ayudarán a fomentar el acoso de sus compañeros en vez de menguarlo, como realmente debería ocurrir en estos casos.

NI BUENOS TAN BUENOS, NI MALOS TAN MALOS

Uno de los aspectos que nos muestra el film es que los villanos tienen sus razones personales para comportarse como tales. Así ocurrirá en el caso de Brandon, el matón que acosa a Dawn continuamente, quien sufre una realidad familiar complicada con un padre agresivo y un hermano con síndrome de Down, en un hogar familiar desatendido y hostil que, en conjunto, le llevará a comportase de tal manera. Acabará por forjar una amistad e incluso un romance en secreto con Dawn, quien será su único apoyo en su vida y le hará comprender que nadie debería de ser tratado de tal manera. Asimismo, Dawn comprenderá las razones por las que Brandon se comporta como tal y le encaminará hacia la comprensión y la reflexión de su comportamiento para con los demás.

Por otro lado, la película reflejará el comportamiento de los padres para con sus tres hijos, quienes tendrán como favorita a la hermana pequeña de Dawn, Missy y al hermano mayor, Mark, mientras que nuestra protagonista será también marginada en su propio hogar y no encontrará en quién apoyarse dentro de la familia nuclear. Veremos a una madre tratar con crueldad y desprecio a su hija, a quien rechazará por sus excentricidades y su físico y la obligará a cumplir con sus normas sin posibilidad de discusión o diálogo, y un padre que ignorará a sus hijos de manera magistral, como si con él no fuera el asunto.

También veremos a nuestra protagonista, debido a todas las influencias y vejaciones que soporta, convertirse en una especie de maltratadora que reflejará aquello que recibe en su escuela y en su propia casa, contra sus hermanos y su amigo y único miembro del Club de la Gente Especial, Ralphy. Nos mostrará su lado más perverso en ciertos momentos en los que, a riesgo de perder el control y hacer algo de lo que luego se pueda arrepentir, le costará controlar la ira que contiene dentro contra el mundo que la rodea. Por lo que, en vez de que la película muestre un aspecto del acoso en el que la victima solo es victima, se verá otra realidad de este, donde la victima, en ocasiones también es el verdugo de otros objetivos más débiles.

GANADORA DE SUNDANCE

 

Por ultimo, cabe destacar que la película fue galardonada con distintos premios, entre los que se encuentra el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance en 1996, un galardón prestigioso que ayudó a la película a despegar en su éxito, aun cuando fue rechazada por otros conocidos festivales de cine como el de Cannes, el de Venecia o el de Telluride. De hecho, cuando el director Todd Solondz recibió la carta en la que se le informaba de que la película había sido aceptada por el jurado de Sundance, pensó que era una broma pesada que alguien le estaba gastando.

La película tuvo una buena acogida en los cines recaudando 5 millones en taquilla, cuando había sido una producción de bajo presupuesto realizada con 800.000 dólares y hoy día se considera una de las mejores películas de culto sobre adolescentes que se han filmado, la cual refleja la realidad de la adolescencia tal y como es, en vez de centrarse en los clichés clásicos que tan bien conocemos de las clásicas y estúpidas películas americanas de instituto.