"¡Queremos los Anna, los Oscar femeninos!"

Generalmente, a no ser que la Academia de Hollywood tenga la ocurrencia de dárselos a un Jean-Luc Godard o similar, los Oscar honoríficos (rebautizados Governors Awards) suelen ser una pobre fuente de titulares. Sin embargo, las estatuillas de honor otorgadas anoche dieron pie a dos momentos inesperados. Además de la estampa de David Lynch piropeando a su estatuilla dorada, la directora italiana Lina Wertmüller celebró el trofeo pidiendo una versión femenina del 'hombrecito' dorado.

Wertmüller, la primera directora nominada al Oscar (por Pascualino Siete Bellezas, en 1976), transmitió su mensaje a través de Isabella Rossellini, que le sirvió de traductora. "Le gustaría cambiarle el nombre al Oscar y ponerle uno femenino", tradujo Rossellini (vía The Hollywood Reporter). "Le gustaría llamarlo 'Anna'. ¡Mujeres en la sala, por favor, gritad: '¡Queremos los Anna, los Oscar femeninos!".

Otras dos cineastas, Jane Campion y Greta Gerwig, acompañaron a Wertmüller mientras esta levantaba su trofeo. La directora de Lady Bird se refirió a la premiada como "la madrina de todas nosotras", mientras que Campion (El piano) fue más agresiva. "¿Cómo corriges siglos de dominio patriarcal?", se preguntó, antes de recordar que la lista de mujeres nominadas a la categoría "es tan corta que parece un haiku". Según apuntó la neozelandesa, 350 hombres han aspirado al premio al Mejor director frente a solo cinco mujeres (incluyéndolas a ella, a Wertmüller y a Gerwig).

La de estas tres directoras no fue la única reivindicación feminista que sonó durante la ceremonia. Al recoger su Oscar honorífico, Geena Davis también recordó el estreno de Thelma y Louise para llamar la atención sobre la poca presencia femenina en la industria, y reclamó más personajes femeninos importantes en sus filmes.