Queja del día: 2013, el verano de los estrenos tardones

¿Por qué películas con tanto atractivo taquillero como 'Star Trek: En la oscuridad' llegan a nuestras pantallas con meses de retraso? Por YAGO GARCÍA
Queja del día: 2013, el verano de los estrenos tardones
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Queja del día: 2013, el verano de los estrenos tardones

No es nada demasiado nuevo. El año pasado, sin embargo, tuvimos una situación muy similar cuando Prometheus llegó a nuestras pantallas tres largos meses después de estrenarse en Estados Unidos. Tampoco es excesivamente grave, siempre que a uno le sobre la paciencia y venza la tentación de pronunciar la palabra screener. Pero, en pleno verano de 2013, es un buen momento para llamar la atención sobre un hecho irritante: ¿por qué hay grandes producciones de Hollywood que llegan a España con tantas semanas de retraso?

Puestos a buscar un ejemplo histórico, podría decirse que En busca del Arca perdida se estrenó en Madrid en octubre de 1981, cuando al otro lado del charco había podido verse a comienzos del verano. Y eso sería muy cierto. Como también lo es que, pese a mediar un abismo entre la distribución de cine de entonces y la de ahora, Star Trek: En la oscuridad estará disponible aquí el próximo viernes 5 de julio (en la mayor parte de Europa, incluyendo Reino Unido y Alemania, llegó a las salas en mayo), y que tendremos que esperar hasta el 2 de agosto para ver Guerra Mundial Z, otro de los estrenos más interesantes que las majors nos pueden ofrecer actualmente. El cual, para mayor recochineo, habrá tenido ya por esas fechas su estreno comercial en más de 50 países.

Si observamos las listas de fechas de esteno que ofrece IMDb para ambos filmes, por otra parte, constatamos que, a España, tanto Star Trek como Guerra Mundial Z van a llegar con el carrito del helado, como dice la expresión popular: sus lanzamientos en nuestro país están entre los últimos del calendario, con las consecuencias negativas que ello implica. Una de ellas, bastante anecdótica, es la inundación de spoilers en internet: a estas alturas del cuento, hace falta mucha fuerza de voluntad, o mucho desinterés, para no saber ya a quién da vida Benedict Cumberbatch en la película de J. J. Abrams. Amén de la rabia que da encontrarse con multitud de comentarios e informaciones destinadas a un público que ya ha podido ver la película.

La otra consecuencia en la que pensamos nosotros no es tan lesiva para el público como puede serlo para las compañías. Porque, aunque ningún cinéfilo que se respete acudirá de primeras a una grabación mal hecha con una videocámara en un cine (o eso queremos creer aquí), la tentación que despiertan las palabras "dvd rip" vistas en un enlace puede ser mucho más poderosa. Claro, luego llegan los lloros y quebrantos cuando cintas de gran interés se quedan sin pantalla aquí, excusándose la industria en el socorrido argumento de "la piratería" para dejarlas inéditas. ¿O es que nadie recuerda el caso de La cabaña del bosque?

"La razón que dan las distribuidoras, y que yo me creo, es que hay que hacer hueco para los estrenos: un mercado como el de EE UU, con millones de espectadores potenciales, puede absorber una cantidad de lanzamientos que desbordarían en España", nos comenta Luis Martínez, jefe de Cultura del diario El Mundo y ex director de CINEMANÍA. Posteriormente, Martínez apunta a otros motivos para esta situación, como que las mismas majors no quieran ver cómo sus propios filmes se hacen sombra entre ellos: no olvidemos que Star Trek: En la oscuridad y Guerra Mundial Z pertenecen a Paramount.

Todo esto, por no hablar de otro detalle importante: las distribuidoras cobran a los exhibidores en proporción al número de copias y al de entradas vendidas. España, un país con cifras de asistencia a veces catastróficas y en el que se están cerrando cines, no es precisamente un mercado goloso a la hora de mantener beneficios. Lo cual obliga a dosificar el número de estrenos a fin de implantar una misma película en múltiples pantallas de una vez, controlando la demanda y asegurando grandes cifras de taquilla. ¿Algo más? Pues sí: según Luis Martínez, "la actitud de los exhibidores suele ser conservadora, y no les gusta hacerse la competencia unos a otros".

Ahora que nos hemos desahogado, es conveniente reconocer que el panorama no es apocalíptico. Durante este verano veremos estrenos simultáneos en España y EE UU (Lobezno inmortal) o casi simultáneos (Elysium). Pero, como ya hemos visto, estas situaciones confirman el panorama de un mercado debilitado, y situado cada vez más en la periferia de la gran industria. Lo cual, como recuerda Luis Martínez, tiene consecuencias menos llamativas, pero también perjudiciales: "Los blockbusters, en el fondo, siempre estarán a salvo. Pero a mí me preocupa más que películas con premio en Cannes como Laurence Anyways lleguen con años de retraso. O que otros filmes que son tema de conversación en el mundo civilizado aparezcan aquí tarde y mal, todo porque una distribuidora no puede lanzarlos en condiciones o no sabe qué hacer con ellos".

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