¿Qué fue primero: Annie Hall o Diane Keaton?

Seleccionamos las mejores frases de 'Ahora y siempre' (Lumen), las memorias de Diane Keaton, actriz fetiche de Woody Allen y su mejor personaje.
¿Qué fue primero: Annie Hall o Diane Keaton?
¿Qué fue primero: Annie Hall o Diane Keaton?
¿Qué fue primero: Annie Hall o Diane Keaton?

"Annie y yo rompimos. Y yo, yo, todavía no he conseguido hacerme a la idea, sabes, yo, yo sigo dándole vueltas a nuestra relación en mi cabeza". Cinco letras. Un nombre. Annie. Fue una de las primeras palabras que le escuchamos tartamudear a Woody Allen mirando a cámara. 

Annie, Annie, Annie. Ay, Annie Hall (¿quién no ha tenido en su vida una Annie Hall?). Afortunadamente, el director de Midnight in Paris era incapaz de sacarse de la cabeza a esa chavalita patosa con sombrero de caballero que decía "La di da, la di da" cuando se ponía nerviosa, y que al mismo tiempo, tenía el poder de convertir la cocción de unas langostas en una fiesta nacional. 

Diane Keaton, la elegida por Allen para llevar la neurosis femenina a cotas de simpatía hasta entonces insospechadas, había sido su pareja sentimental hasta dos años antes del rodaje de Annie Hall (1977). "Mucha gente dio por sentado que Annie Hall era la historia de nuestra relación… Después de 35 años, ¿a quién le importa?", se pregunta Keaton en Ahora y siempre, sus memorias, editadas por Lumen en España.

En ellas la actriz homenajea a la figura de su madre. Nunca sabremos si Diane le rompió el corazón a Woody como la madrastra de Blancanieves o si una de las mejores películas de todos los tiempos es fruto de la más absoluta ficción. Pero si algo queda tras la lectura de Ahora y siempre es la sensación de haber sido copilotos de una de las mujeres más excéntricas y maravillosas de la historia del cine recorriendo a toda pipa las calles de Manhattan en un Volkswagen descapotable.

Estas son las razones por las que Diane Keaton nos recuerda tanto a Annie Hall:

1. Ella misma

Si la propia Keaton lo dice... nosotros la creemos.

"Sabía que había conseguido un Oscar por interpretar una versión afable de mí misma. Lo tenía claro".

2. "Di-Annie Oh Hall-ie"

Primera sorpresa. El verdadero nombre de Diane Keaton era Diane Hall.

"Yo era, como me llamaba mi padre, Di-Annie Oh Hall-ie (…). El día que conseguí el carnet de actriz fue el fin de Diane Hall. Al parecer ya había una Diane Hall famosa y respetada. Entonces se me ocurrió que podía mantener la cuestión en familia utilizando el apellido de soltera de mi madre: Keaton. Diane Keaton".

2. "Tengo, que irme ya, Duane, porque, me esperan en el planeta Tierra".

Los problemas mentales (la actriz no especifica cuáles) de Randy, el hermano poeta de Diane Keaton, no se le escaparon a Woody Allen, siempre tan atento al "mundo enfermedades", y fichó a Christopher Walken para interpretar a Duane, el hermano marciano y con instintos suicidas de Annie Hall. Así se lo expresa a la actriz en la siguiente carta:

"Cabeza hueca, tontita: ¡He decidido dejar que tu familia me haga rico! Resulta que forman un material de primera para una película...".

3. "Esta corbata es un regalo de la abuelita Hall".

"Woody nos dirigió como siempre. Suéltate en los diálogos. Olvídate de las marcas. Muévete como una persona de verdad. No te preocupes demasiado por las palabras y vístete como te apetezca. ¿Vestirnos como nos apeteciera? Eso era una novedad. Así pues, hice lo que Woody dijo: me puse lo que me apetecía, o mejor dicho, copié mis ropas de las que llevaban las mujeres elegantes que veía en las calles de Nueva York".

4. "Quiero un corned beef de pastrami con pan inglés y, ah, mayonesa, tomate y lechuga".

Annie Hall
Annie Hall
Cinemanía

La cara de Woody Allen en su primera cita con Annie Hall era de alucine. ¿Había conocido alguna vez a alguna mujer que comiese tanto como ella? Sí. A Diane Keaton, la zampona. Woody recreó los banquetes de su excompañera y amiga en numerosas escenas de la película, sin saber que tras su voracidad se escondía una terrible bulimia con la que la actriz convivió tres años:

"Woody ignoraba a qué me dedicaba yo en la intimidad de su cuarto de baño. Le maravillaba mi notable apetito, decía que me ponía morada... Con demasiada frecuencia tiraba de mí una obligación más fuerte que mi enamoramiento de Woody Allen. Por ejemplo, supongamos que él quería ver a las tres de la tarde el documental The Sorrow and the Pity en la calle 59 con la Tercera. Pues no podía ser, yo no podía ir. No tenía tiempo de cobrar mi cheque del mes e ir al Woolworth's de la calle 86 antes de que cerraran a las siete. Me había quedado sin caramelos Kraft, sin judías con tomate Boston o sin chicle de sabores variados. Es triste que las exigencias de la bulimia resultaran más fuertes que mi deseo por Woody".

5. "¿Que si estoy familiarizado con la envidia del pene? ¿Yo? Soy uno de los pocos hombres que la padecen".

¿Envidia del pene? Es fácil imaginarse a Woody Allen ligeramente arrepentido tras haber aconsejado, primero a Diane y más tarde a Annie, que siguiesen sus pasos y fuesen a ver a una psicoanalista.

"Una vez tendida boca arriba, con el techo por horizonte, estaba lista para exponer la historia de mi neurosis… Con la doctora Landau analicé el pasado frente al presente y el presente a causa del pasado. Ella me introdujo en el concepto de 'envidia del pene' de Freud".

6. "Por favor, no estoy de humor para tragarme un documental de cuatro horas sobre el nazismo".

Diane, te compadecemos, sabemos que tuviste que tragarte ochocientas veces y sin pestañear The Sorrow and the Pity y, probablemente, toda la filmografía de Bergman del tirón, dilaciones sobre la última de Fellini incluidas.

"Todas mis experiencias culturales venían de la mano de Woody Allen. Me llevó al cine a ver Persona, de Ingmar Bergman, y El discreto encanto de la burguesía, de Luis Buñuel. En Madison Avenue contemplamos los cuadros del expresionismo alemán en la galería Serge Sabarsky. Fuimos al Museo de Arte Moderno a ver una exposición de Diane Arbus…".

7. "Dime, ¿has hecho tú esas fotografías de ahí?".

"Mientras Woody animaba mis proyectos artísticos con comentarios como "PD: Han llegado tus fotos. ¡Cada vez mejores! ¡En serio!", Warren [Beatty, segunda pareja de Keaton] miraba de soslayo uno de mis collages y decía: "Eres una estrella de cine. Eso era lo que querías. Los has conseguido. Acéptalo. ¿Adónde te va a llevar todo esto?".

8 ."La di da, la di da".

"Woody se acostumbró a mí. No pudo evitarlo: le encantaban las neuróticas".

9. La mamma

La madre de Diane Keaton, una figura muy presente en sus memorias (hay incluso fragmentos de sus diarios), lo tuvo claro desde la primera proyección de Annie Hall:

"Solo vi a Diane, sus gestos, sus expresiones, sus trajes, su pelo, etc. Toda ella".

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