[Protagonistas Goya 2014]: 'La gran familia española'

En septiembre juntamos a Daniel Sánchez Arévalo con Quim Gutiérrez y Antonio de la Torre, director y actores de la película más nominada en la 28 edición de los Goya. Esto fue lo que ocurrió. Por ANDREA G. BERMEJO
[Protagonistas Goya 2014]: 'La gran familia española'
[Protagonistas Goya 2014]: 'La gran familia española'
[Protagonistas Goya 2014]: 'La gran familia española'

Lección para mantas que no saben de fútbol. Penalti es con i latina y nunca lleves a tu jefe a una entrevista con Daniel Sánchez Arévalo, Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez. Ni siquiera cuando el balompié es sólo una anécdota en el argumento de su última película juntos, La gran familia española, crónica de una “no-boda” durante la Final del Mundial que España ganó en Sudáfrica. Aunque en el último filme del director de Azuloscurocasinegro, Gordos y Primos el fútbol sea sólo una excusa para hablar de lo importante –los líos afectivos de una familia; esta vez en la boda del último vástago, que ha dejado embarazada a su novia adolescente–, tendrás que pitar falta todo el rato para que allí se hable de cine y no de fútbol mientras los entrevistados se pelean como verdaderos hermanos. Por lo menos si tu jefe es hijo de fútbolista, futbolista él mismo, pichichi, máximo goleador en lo que @futbolycine se refiere y, sin ir más lejos, se apellida Marañón.

Antonio de la Torre: “¡Marañón! ¿El jugador del Espanyol? ¡Hostias, qué grande!”.

¿Vosotros os casaríais en la final del Mundial con España jugando?

AT: Yo sí. Bueno, yo ya me he casado.

Daniel Sánchez Arévalo: Yo no me casaría.

Quim Gutiérrez: Yo haría una fiesta para celebrar que tienes un compromiso. Pero no me casaría.

Pero… esa boda en plena final del Mundial está bien resuelta en la peli.

AT: Con una pantalla grande. Buena resolución.

DSA: Lo que pasa es que vimos el Mundial mientras rodábamos Primos. El plan de rodaje se establecía en función de los partidos de España. Quedábamos todo el equipo técnico y los actores a verlo en un bar y era un acontecimiento social. Yo me guardé esa sensación de que pocas cosas provocan tanta unión. Lo que ocurrió con ese Mundial, con España y con la Roja… Hasta éste [señalando a Quim Gutiérrez] se emocionó.

¿Por qué, Quim? ¿No te gusta el fútbol?

QG: Soy poco de fútbol y poco de selección española.

AT: Pero tú no digas eso, de verdad.

DSA: Es que es acojonante… [risas].

Dani, dices que no te vas a casar pero has hecho ya unas cuantas pelis de bodas.

DSA: Tres. Pero es que son no-bodas. Porque la de Gordos es una fantasía, la de Primos se aborta y ésta… Sobre todo, lo que me gusta de las bodas es el caldo de cultivo que se genera, de gente tan dispar junta. Y me gusta mucho también el tema de la composición. Tenemos una familia, vemos cómo se descompone y luego se vuelve a componer… Pero bueno, ya prometo dejar las bodas.

Sueles volver a cosas que ya has hecho, te gusta retomar ideas que ya salían en otras películas.

DSA: Sí. Me gusta depurar el estilo. Por ejemplo, cuando hice Traumalogía, el gérmen de esta peli, siempre pensé “aquí hay una película”. Creo que en mí hay una necesidad de revisitar los sitios para depurar. O igual es que no tengo tantas ideas, ésa es la otra lectura.

[Protagonistas Goya 2014]: 'La gran familia española'

¿Qué fue primero: la boda, la inspiración de Siete novias para siete hermanos, el Mundial…?

DSA: Lo primero fue la boda. Y yo tengo tendencia a hacer un homenaje al cine porque he crecido con él. Siete novias para siete hermanos es la película que más veces he visto en una sala de cine. Unas 20. Y en vídeo, más de cien.

¿Por qué te gusta tanto?

DSA: Pues es curioso. Estuve muchos años sin verla. Y cuando la volví a ver, cuando se me ocurrió incorporarla a La gran familia española, me pareció una película bastante machista y un poco rancia. Pero claro, es su época. Creo que me gustaba por esa sensación de ligereza que me provocaba, la alegría, los bailes…

¿Y el Mundial cuándo entra en la trama?

DSA: Es lo último que entra, y entra por mi necesidad de localizar la película en el tiempo. Decidí que quería que fuera actual. Y porque me había quedado muy enganchado a la sensación de bienestar que provocó en mí la victoria.

¿Dónde estábais ese día?

DSA: Yo estaba en Madrid, al día siguiente empezaba el montaje de Primos. Vi la final con Quim y mis colegas de toda la vida.

AT: Yo estaba en Sudáfrica.

¿Y cómo conseguiste la entrada?

AT: A través de la Federación. Me acuerdo de que estábamos en un restaurante y pasó al lado Ana Patricia Botín diciendo al teléfono “bueno, sí, es que tengo unos problemas con las entradas de mis hijos” y yo me senté en la mesa y le dije a mi hermano “tío, si Ana Patricia Botín tiene problemas para pillar su entrada, tú y yo, dos catetos de Málaga, ¿qué posibilidad tenemos de entrar?”. En ese momento pensé “estoy más eliminao que Tahití en la Copa Confederaciones”.

DSA: Yo pensaba “si algún día soy capaz de provocar con una peli esa sensación podré morir feliz”.

¿Se podrá ver La gran familia española en Holanda?

DSA: La enseñaron en Cannes al distribuidor holandés y dijo que “antes muerto que comprarla”.

¿Cuándo os habla Dani por primera vez de la peli?

AT: A mí Dani me ha prometido que nunca voy a dejar de currar en sus películas. Hace tiempo que me lo dijo: “has pasado un umbral que no llamarte ya es una putada”.

QG: ¡Yo no he estado en una!

DSA: A ver, en serio, que me interesa la respuesta.

QG: Me dijiste que ibas a continuar lo de Traumalogía pero con más hermanos.

AT: Sí, es verdad.

QG: Y la primera versión de guión la leí en Galicia rodando lo de Cuerda [Todo es silencio, 2011].

AT: No sé, yo no me acuerdo. Es que como tú siempre estás hablando de lo mismo tooooodos los días [risas]. Y además, siempre me puteas en todos los proyectos: “no sé si llamarte en ésta, no te veo…”.

DSA: Qué va, si fue al revés, estuviste a punto de no poderla hacer tú, por la peli de Almodóvar.

Como Raúl Arévalo, que aquí hace un cameo.

DSA: Sí. Además yo le dije “mira, primo, Almodóvar es Almodóvar, ni te lo pienses”.

AT: A mí me dijo lo mismo pero no coló. Eso es como esa vez que me echaron de un equipo de fútbol. Que para echarme, qué triste, me dijo el entrenador: “No, es que no quiero que dejes los estudios…”. Y yo le decía “¡si siempre he ido bien!”.

DSA: A veces la confianza apesta… pasa lo que pasa. Yo le paso un guión a Antonio pero tarda siglos en leérselo.

QG: Yo no tardo nada.

DSA: No, tú no, tú eres el ordenado.

Tú, Quim, eres de los actores con más proyectos en España ahora mismo.

QG: Sí, cierto.

DSA: Te está diciendo que estás saturando.

AT: Yo también he estado muy liado, tienes que comprender que tengo mucha oferta de trabajo…

QG: Sí, pero la pregunta era para mí, ¿eh? Ah, perdona, acabo de recordarlo, lo primero que mencionaste de la película fue el reportaje sobre el doctor Cavadas, en el que está basado mi personaje, hablaste de su endiosamiento y todo eso.

[Protagonistas Goya 2014]: 'La gran familia española'

Entonces… ¿escribes los personajes pensando en ellos?

DSA: En este caso concreto sí.

Quim, ¿por qué llevaste por ahí al personaje, más rebajado que en otros papeles cómicos en los que te hemos visto últimamente?

QG: Porque era un personaje que era lo opuesto a los otros que he hecho con él. Es alguien que es lo contrario a tener las emociones a flor de piel. Las cubre de unas cantidades de miedos, y capas y actitudes… También es alguien con cierta asepsia emocional, que le cuesta sentir, saber exactamente qué siente. Es un regalo de personaje, un tío que empieza siendo chulo y arrogante y acaba con una declaración final como la suya…

DSA: Yo me acuerdo cuando escribí el monólogo inicial que pensé: ‘Esto lo tiene que hacer Quim’, porque lo veía. Aquí me pasó con la parte final, con los últimos 15 minutos de la peli… A Quim le gusta mucho ese reto de coger la peli, echársela a cuestas y llevarla hasta el final sabiendo que esa última parte es la más arriesgada.

Vamos, que lo importante se lo das siempre a Quim…

AT: Básicamente.

QG: Sí, pero el que se lleva los premios es el otro.

Pero tu papel también tiene su aquél, interpretar al hermano depresivo.

QG: No por hacer de depresivo, sino por hacer de alguien que no habla. Eso para Antonio, sin duda, es el reto [risas]. Lo de Antonio es agotamiento amoroso. Eso es lo que te provoca.

Dani, decías en el rodaje que querías representar el choque entre la España de cuartos y la España joven que cree que todo puede cambiar.

DSA: Sí, sería el choque entre el hermano mayor, esa España que tarde o temprano fracasa y piensa que todo acaba saliendo mal, y la Selección, una España con garra, con talento y empuje que creen que todo puede suceder de verdad. Gasol, Nadal, Alonso, Lorenzo… No tienen complejos.

Y si linkeamos eso con el panorama actual del cine… ¿dónde nos situamos?

DSA: Ya, lo que pasa es que yo creo que lo que hay que hacer es no engancharse a eso, que las cosas están muy mal a nivel general y en la industria del cine, también. Pero no hay que sucumbir a ese pesimismo. Hay que tirar pa’lante.

¿Cómo es Dani dirigiéndoos? Igual la confianza que hay es hasta contraproducente.

QG: No, al contrario.

DSA: ¡Antonio [que está cuchicheando con Carlos Marañón], escucha!

Preguntaba que cómo es Dani dirigiéndoos habiendo tanta confianza.

AT: Pues este rollo. “Antonio, ¡escucha! ¡escucha!”.

QG: Es que tú lo pones muy fácil. Te lo digo hasta yo cuando no está él.

AT: Tú no digas tanto. Tú estate a tus respuestas.

DSA: La confianza efectivamente tiene que, de vez en cuando, se me escape algún grito. A Antonio. Pero al margen de esos momentos muy puntuales, creo que sabemos colocarnos en nuestro sitio.

¿Y con los actores nuevos [Patrick Criado, Arantxa Martí y Sandra Martín]?

DSA: Pues yo he disfrutado muchísimo, la verdad. Una cosa es que me encante repetir con ellos y lo seguiré haciendo porque son familia y creo que son los mejores actores cuando yo escribo para ellos. No es sólo por amistad. Pero también necesito esa cuota de lo nuevo. Es un universo que conoces mucho menos y tienen poca experiencia.

Tu cine tiene algo de terapia de grupo.

QG: Hacemos muchísima terapia. Es curioso porque hacemos mucha revisión de temas de los que llevamos hablando desde que empezamos a currar. Y a mí me pasa una cosa, además, y es que mis personajes siempre están impregnados de algo contemporáneo al momento de rodar.

AT: Una cosa sanadora de este oficio es la posibilidad de poder expresar emociones. A parte que yo no entiendo interpretar de otra manera.

DSA: Igual que cuando yo escribo buceo en mis emociones para contar historias que no tienen nada que ver conmigo, también me tengo que identificar con los personajes, saber cómo reaccionan.

AT: Y ahí sí que está el lado bueno de conocernos.

¿Y no acabáis hartos los unos de los otros en rodaje?

DSA: Para mí darme la vuelta y verlos es una sensación de casa, maravillosa. Aunque sí, hay veces que tengo que decir: “Antonio, ya, para”.

AT: ¿Por qué me pones a mí de ejemplo?

DSA: Porque con Quim me ha pasado menos.

AT: Porque habláis de vuestras cosas, de ropa…

DSA: Y tú sólo hablas de fútbol, ¡todo el día!

AT: ¿De fútbol? ¡De la vida!

Lee la crítica de La gran familia española.

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