Primeras impresiones de 'Scre4m'

Con los pelos de punta y la sangre aún sin coagular, CINEMANÍA te ofrece un primer diagnóstico sobre el regreso de Wes Craven a Woodsboro. Por YAGO GARCÍA
Primeras impresiones de 'Scre4m'
Primeras impresiones de 'Scre4m'
Primeras impresiones de 'Scre4m'

Tras las imágenes, el tráiler, los clips, el capítulo de Descarga completa y los rumores de todo tipo que han despertado durante la producción, CINEMANÍA ha tenido ocasión de echar un vistazo a Scre4m, la cuarta parte de la saga terrorífica de Wes Craven. Una vez más, Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette se enfrentan a 'Cara de fantasma' y su cuchillo, acompañados en esta ocasión por una nueva promoción de víctimas entre las que destacan la 'sobrinísima' Emma Roberts y el 'hermanísimo' Rory Culkin. Aquí tenéis nuestras opiniones, enumeradas y sin spoilers.

* Una película dentro de otra película dentro de...

Como todos sabemos, la saga Scream va de chotearse de los tópicos del cine de terror, asustando al público en el proceso. Scre4m juega desde el principio con esta premisa... Y con otra más: la tradición que exige que cada entrega de la serie comience con una llamada telefónica a la primera víctima. Claro que Wes Craven y el guionista Kevin Williamson han aprovechado para ofrecernos un órdago referencial a costa de los once años transcurridos desde Scream 3, y las siete entregas (sí, siete) de su 'saga-dentro-de-la-saga', Puñalada. Contando para ello con Kristen Bell, una Anna Paquin encantadoramente pija y Aimee Tergarden (Friday Night Lights), entre otras.

* "¿Quién me mandaría volver a Woodsboro?"

Los personajes de la saga Scream nunca han sido muy entrañables, y nunca lo han pretendido. Pero aquí la cosa se sale de madre en lo que a caracterización se refiere: Neve Campbell es más antipática que nunca y no oculta sus kilos de más. La incompetencia del sheriff David Arquette llega a cotas históricas, mientras que su señora (en la ficción, que ya no en la realidad) Courteney Cox está dispuesta a hacer lo que sea para encontrar una buena exclusiva que le devuelva al ruedo periodístico. Y es que, como se nos hace notar en varias ocasiones, los asesinatos de 'Cara de fantasma' son la única cosa interesante que ha ocurrido en el pueblo...

* Demasiado jóvenes para morir

Reconozcamos que Craven ha hecho un buen trabajo escogiendo carne fresca para la cuarta parte de Scream. Emma Roberts asume dignamente un papel evocador del de Neve Campbell en las primeras entregas, pero aquí la palma va para los secundarios: Hayden Pannettiere (qué bien le sienta el pelo corto a esta chica, oye), un Rory Culkin aquejado de frikismo terminal y Alison Brie, entre otros, se muestran de lo más dignos a la hora de ser (entre otras cosas) acuchillados, defenestrados y electrocutados. Por si alguien lo dudaba, 'Cara de fantasma' sigue igual que siempre, con su máscara y su túnica.

* ¿Mark Zuckerberg? Un aficionao...

"¿Un acosador que te persigue en Facebook? Si fuera a través de Twitter, sería creíble". Con esta frase, que suena en sus primeros minutos, Scre4m deja claro que para sus autores no existe la brecha tecnológica. Emisiones en streaming, blogs, redes sociales... Todos estos elementos juegan un importante papel en la trama, aunque en ocasiones no tanto como debieran, aprovechando incluso para promocionar la App para iPhone que te permite hablar con la voz de nuestro asesino enmascarado favorito.

* No puedes rodar un reboot sin mancharte las manos (de sangre)

Dada la incorporación de tantos nombres nuevos, Scre4m ha suscitado una duda importante entre los fans: ¿será un relanzamiento enmascarado? Tranquilos: Wes Craven y su guionista de cabecera han pensado en ello, y la película está llena de fino cachondeo a costa de las recientes resurrecciones de sagas de terror. Así, tenemos unas nuevas reglas de supervivencia (para aquellos que crean saberse ya todos los trucos) y, sobre todo, un momento memorable en el que la Pannettiere recita (de corrido y sin equivocarse) los títulos de todos los slasher clásicos que han vuelto a la pantalla en la última década. La lista, rodada en plano fijo por un Craven más cachondo que nunca, es larga. Larguísima.

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